Sunday Morning Service

El Sermón de la Mañana #123 | ESPERANZA DEL EVANGELIO



Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.»

Colosenses 1:23

Pastor Juarez

Notas de sermón:                                 

I. NO NOS APARTEMOS DE ESA ESPERANZA.

Muchas personas parece que han perdido su esperanza, que los problemas del mundo, la economía, la pandemia, las tendencias pecaminosas han marcado su estilo de vida y les ha hecho olvidarse, de cuál es su verdadera esperanza. No la perdamos de vista, recordemos que Cristo volverá por segunda vez, esperemos que llegue ese día y tengamos firme nuestra fe. Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra. 2 tesalonicenses 2:15

Tenemos que asegurarnos de estar firmes, si ya hemos creído en Cristo, quedémonos con Él, hay que permanecer fundados en la fe, sin movernos de la esperanza del evangelio que hemos oído.

II. EN CUANTO A LA BASE DE ESA ESPERANZA.

Para poder estar firmes en la fe hay que estar fundados en la fe. Si estamos fundados en la fe entonces estaremos firmes en la fe. Así que hay un deber: permanecer firmes en la fe y la manera para lograrlo es permanecer fundados en la fe. Veamos ambos puntos de cerca. Por fe debemos entender la fe que mora en nuestro corazón. La fe que Dios ha implantado en nuestras vidas. La fe que el Espíritu Santo ha producido en nuestro corazón. Hermanos, la fe salvadora es un don de Dios. Es algo que Dios produce en nosotros y que nosotros no podemos producir. Pablo nos dice: esa fe debe madurar. Nuestras convicciones deben de ir creciendo más y más. Nuestra fe debe ir fortaleciéndose cada día. Nuestros pasos al caminar la vida cristiana deben ser cada vez más firmes, más estables, más sólidos.

«sin abandonar la esperanza que ofrece el evangelio.»

– – Hoy que vivimos en este mundo la salvación de

nosotros los creyentes es esencialmente basada en la «esperanza» – nosotros vivimos

por la fe. (2 Corintios 5:7) (porque por fe andamos, no por vista);

Si nosotros estamos viviendo verdaderamente una vida de creyente, nosotros tomamos a Dios en Su palabra y confiamos en Él para hacer lo que Él dice que Él hará y ha hecho – eso es la definición de «creyente» – ‘uno quien cree en Dios’.

– -El creyente tiene la «esperanza», «la anticipación, la expectativa y la confianza» que

Dios ciertamente nos ha reconciliado a Él mismo mediante la fe en la muerte sacrificial

de Cristo, y nosotros estamos para mantener inquebrantablemente aquella «esperanza»

y fe sin ser «movidos lejos» de ella. (Colosenses 1:23)

– – Pablo y Timoteo están escribiendo a los creyentes de Colosas porque la

enseñanza de doctrinas falsas entre los Colosenses presentó una amenaza

significativa a ellos, permaneciéndose «bien cimentados y estables» en la fe. (v.2:8)

– – La enseñanza de doctrinas falsas fue planteando una amenaza significativa de

atraerlos «lejos de» la «esperanza» y la «fe» que Dios ciertamente los ha reconciliado

a Él mismo, como está declarado en el mensaje del «evangelio» que fue «proclamado» a ellos.

Las doctrinas que componen el mensaje de «evangelio» han sido establecidas por

Dios, y ellas no están para ser modificadas, alteradas, o representadas en una manera

que engaña.

III. CÓMO PODEMOS SER MOVIDOS LEJOS DE LA ESPERANZA DEL EVANGELIO

– El mandato aquí es que: los creyentes tienen un deber de permanecer fieles para sostener el evangelio – las doctrinas que componen las «buenas noticias » mensaje desde el cual ellos estuvieron hechos reconciliados a Dios. Los creyentes están para tener un entendimiento básico del evangelio, cómo Dios los ha reconciliado a Él mismo, y luego ellos están para mantenerse firmes en este entendimiento para el resto de su vida. – – Aquellas personas, quienes están verdaderamente reconciliadas, sostienen esta esperanza y ellas fácilmente saben en qué su reconciliación y salvación están basadas. –

Todos hemos experimentado no solo el temor al fracaso, sino que en efecto hemos fracasado una y otra vez en nuestro caminar con Dios. Hemos prometido con determinación en nuestro corazón ya no volver a pecar en alguna área de nuestras vidas, pero poco tiempo después estamos fallando… una vez más. Una de las cosas más seguras en nuestro caminar es que el sufrimiento llegará a nuestra vida. Sea por una enfermedad, pecados propios o de personas que amamos, divorcios, muerte, traiciones, malos entendidos, etc, los momentos difíciles están siempre a la puerta. – Así, aquellos, quienes son creyentes verdaderos, naturalmente poseen el conocimiento acerca de su salvación, lo cual los estimula y los impulsa para estar «bien cimentados y estables» en su fe. Satanás utiliza un gran poder para mantener a la persona lejos de la esperanza, y al que la halla, Satanás usa toda su astucia y fuerza para intentar alejarlo de ella. Nuestra esperanza es experimentar una resurrección corporal, en la que recibiremos un cuerpo nuevo y glorificado como edificio eterno del alma (Hechos 23:6; 24:15). (6) Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurrección de los muertos se me juzga. (15)  teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos. Tener esperanza en Cristo nos da consuelo en medio de los sufrimientos en esta vida presente. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos”, 1 Pedro 1:3. La esperanza en medio de esos tiempos difíciles solo puede venir de una relación leer la Palabra y hacer oración, que va llevando gradualmente a una obra santificadora que produce paciencia, gozo, y perseverancia. “Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva día en día”, 2 Corintios 4:16. La esperanza que experimentamos  viene de poder entender la soberanía del Señor en nuestra vida. Él hace lo que quiera y todos sus designios son siempre buenos. “Por el Señor son ordenados los pasos del hombre, y el Señor se deleita en su camino”, Salmos 37:28. Podemos perder la esperanza del Evangelio teniendo una orgullosa opinión de nosotros. (Col.2:18; Pr.16:18). Nos alejamos cuando nos dejamos llevar por el desaliento. Satanás quiere alejarnos de la Roca de nuestra salvación (Deuteronomio.32:15). Pero engordó Jesurún, y tiró coces (Engordaste, te cubriste de grasa); Entonces abandonó al Dios que lo hizo, Y menospreció la Roca de su salvación. El pueblo de Israel está pronto a abandonar a su Dios. Hecho que iba a suceder pronto y al cual estaban inclinados. La abundancia y la prosperidad, el orgullo y se le llama Jesurún que quiere decir Recto.

Ahora le invitamos a que no se dejen mover de la esperanza del Evangelio, ni hacia un lado ni hacia el otro (Heb.10:23). Comienza con faltando al culto de la iglesia y se convierte en cristiano puramente casual. Algunos que antes caminaban con nosotros, asistiendo a los cultos de adoración, ahora han perdido su esperanza, desanimándose ante el poder de la tentación, ante las pruebas, o ante la hipocresía o palabras ofensiva de algún hermano.

Cada dificultad puede ser un medio para glorificar al Señor, sabiendo que nuestro carácter será probado para producir en nosotros esperanza. “Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones sabiendo que la tribulación produce paciencia, y la paciencia, carácter probado, y el carácter probado, esperanza, y la esperanza no desilusiona porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones, por medio del Espíritu Santo que fue dado”, Romanos 5:1-5. Le invito a que acepte al Señor Jesús ahora, y confíe con sinceridad de corazón y con plenitud de fe en su poder.

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