Sunday Morning Service

Sermón de la Mañana #148 | OLVIDANDONOS DE DIOS



21Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú; Israel, no me olvides.

Isaías 44:21

Pastor Jose Juarez

Notas de sermón: 

Estamos tan afanados con el día a día, con nuestras ocupaciones, nuestros deberes, responsabilidades, que fácilmente desplazamos el lugar de Dios como prioridad en nuestra vida. Hay olvidos que nos pueden costar la pérdida de nuestras vidas. La escritura nos muestra que el pueblo de Israel se olvidó de Dios, de todas las obras poderosas que Él realizó con ellos, los milagros, señales y del cuidado especial que tuvo siempre; a pesar de que Dios les advirtió lo que podría pasar si ellos lo olvidaban, de igual forma lo hicieron. Ahora les invito a vernos en el espejo de lo sucedido con la nación de Israel para que podamos detectar y corregir si nos está sucediendo lo mismo. En el ser humano tiene una tendencia a ser olvidadizo, vivimos el presente y se nos olvida el pasado, tendemos a ser malagradecidos con los que estuvieron con nosotros en los malos momentos y cuando nos encontramos en los buenos se nos olvida. Algunas veces nosotros hemos sido los infieles y fornicarios, seguimos a otros dioses (trabajo, estudios, televisión, hobbies, deberes, personas, etc.) y olvidamos a nuestro Dios y lo que hizo en nuestras vidas. Es la misma forma de actuar de algunos cristianos, es exactamente lo que muchos hacemos para con nuestro Dios.

  

 

Veamos a algunos personajes que se olvidaron de Dios :

  1. EL REY BELSASAR:

Daniel 5:1 / 30-31

El rey Belsasar hizo un gran banquete a mil de sus príncipes, y en presencia de los mil bebía vino. 30 La misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos. 31 Y Darío de Media tomó el reino, siendo de sesenta y dos años.

Es importante no confundir el nombre de Belsasar con el de Beltsasar, ya que este último era el nombre babilónico dado al profeta Daniel por el príncipe de los eunucos en Babilonia (Daniel 1:7).

El nombre Belsasar significa «Bel protege al rey».

Bel era un título utilizado en Mesopotamia para designar a varias deidades. En la versión griega del Antiguo Testamento, el nombre de este gobernante aparece como Baltasar. Dio un banquete para mil de sus señores y, ebrio por el vino, hizo traer los vasos sagrados de su abuelo Nabucodonosor, el cual había saqueado del templo de Jerusalén y, con sus príncipes, bebió de ellos. Él mismo, junto con sus invitados, sus esposas y concubinas, bebía vino de los vasos sagrados, que solamente eran utilizados por los sacerdotes y sumo sacerdotes de Dios y alababa a los falsos dioses que idolatraban. Esto fue una terrible profanación delante de Dios (Daniel 5:1-4).

Es terrible olvidarnos de la Palabra de Dios y que somos hijos del Rey: a Belsasar Se le olvidó que Dios era el Rey de reyes y Señor de Señores. El nunca pensó que un día los banquetes terminarían

Se le olvidó que Dios es omnipresente y ve todo, hasta se le olvidó que un día tendría que morir. Confiemos en que a nosotros no se nos olvide la palabra de Dios, porque se nos verá reflejado en el diario vivir. La palabra de Dios nos declara que nosotros somos hijos de Dios, es decir que nosotros tenemos un Padre Celestial, un Padre atento a nuestras necesidades, un Padre con mucho amor, un Padre que tiene poder y lo utiliza con nosotros. Se nos ha olvidado que somos hijos de Dios y por eso vivimos ansiosos y preocupados por las cosas materiales (Mateo 6:31-32)  No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Siempre queremos seguir enredados en el mundo pecaminoso y se nos olvida que tenemos un Padre Celestial que nos disciplina (Hebreos 12:4-8) La vida de muchos que se llaman cristianos pareciera como que si van a vivir para siempre en este mundo, pues viven una vida apegada a lo terrenal, afanados por tener cada día más bienes en este mundo, siempre buscando acumular más y más riquezas terrenales como si fueran a pasar la eternidad en este mundo (Salmo 49:11) Su íntimo pensamiento es que sus casas serán eternas, Y sus habitaciones para generación y generación; Dan sus nombres a sus tierras.

Pero lo que Dios dice: Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca; Proverbios4:5

Pero se nos ha olvidado que Cristo viene en su segunda venida y nos hemos dedicado a otras cosas, no pensamos en el regreso de Cristo, pensamos en negocios, pensamos en hacer dinero, pensamos en las fiestas, pensamos en el trabajo, en el deporte, pero se nos ha olvidado que Cristo vendrá por nosotros.

2.- Nabucodonosor:   Daniel 3:1 – 4:4 , 4:22 /31-32

22 tú mismo eres, oh rey, que creciste y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra. 31 Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti; 32 y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere.

 La biblia menciona cuando cuenta que la generación siguiente a la de Nabucodonosor se había olvidado de quien era realmente Dios razón por la cual empezaron a sumergirse en el pecado y fueron derrotados por sus enemigos.

El rey Nabucodonosor fue uno de los gobernantes con un gran poder que jamás haya aparecido en el escenario mundial, pero, como todos los reyes, su poder no fue nada frente al único Dios verdadero de Israel. Dios le dio a Daniel la capacidad de interpretar los sueños de Nabucodonosor, pero el rey no se sometió por completo a Dios. Daniel explicó un sueño que predijo que el rey se volvería loco durante siete años, viviría en los campos como un animal, con el pelo largo y las uñas, y comería pasto. Pero se olvidó de Dios. Un año después, mientras Nabucodonosor se jactaba de sí mismo, el sueño se hizo realidad. Dios humilló al gobernante arrogante convirtiéndolo en una bestia salvaje. A veces reconoció a Dios, pero su fidelidad duró poco.

Se le olvidó que hay un solo Rey y ese es Dios. Se le olvidó que si Él se lo dio también se lo puede quitar. Se le olvidó tener dominio sobre si mismo. Se le olvidó que Dios humilla a los soberbios. Por ignorancia cree que el Dios de Daniel, aunque más poderoso, es sólo uno más entre los dioses. A pesar de que Dios se le revela en una forma personal, Nabucodonosor no lo ve. Dios le muestra su existencia, su poder y su favor. Lo ha escogido para revelársele, para revelarle no sólo su futuro sino el de la humanidad. Es posible que una persona no hábil para hacer cosas grandes no tenga la disciplina para hacer las cosas pequeñas que se le encomiendan, pero una persona capaz de llevar a cabo las cosas grandes que se le encomiendan muestra que fue fiel en las cosas pequeñas que le ayudarán a desarrollar la disciplina necesaria para el momento oportuno y no olvidarse de Dios.

3.- Uno más si nos olvidamos de Dios, podría ser usted o Yo

 Si usted se ha sentido igual a los personajes que hemos mencionado anteriormente, si usted se identifica con las características de estos reyes babilónico, Dios tiene hoy para usted el mismo mensaje que tuvo para esto reyes: Dios lo ama, Dios se le revela, y no debe usted esperar a tener un sueño especial o una profecía personal especial para recibir esta revelación. Dios se le revela en su palabra, en la Sagrada Escritura, en la oración, en la asistencia a la iglesia, esta mañana Dios se le revela, se le está revelando a través de este mensaje.

– Que no se nos olvide que Jesús es Real

– Que no se nos olvide que Jesús nos ama

– Que no se nos olvide que Jesús quiere salvarnos

– Que no se nos olvide que Jesús quiere perdonarnos

– Que no se nos olvide que Jesús nos quiere llevar con Su Padre al cielo y estar allí para siempre.

 Abandone usted a sus ídolos, a sus otros dioses, los que hoy ocupan en su corazón el lugar que sólo corresponde a Dios. Le pido que abandone usted sus vicios, su orgullo, sus envidias, mentiras y actitudes soberbias. Dios es severo con el hombre soberbio, pero también es cierto que en su infinito Amor y Misericordia perdona a quienes reconocen su error y se arrepienten de Corazón.

Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Romanos 1:20

El problema con el hombre que se hizo a si mismo por su propio esfuerzo es que alaba su propia obra. Todo lo que usted tiene en la vida – la capacidad de ver, de escuchar, de alimentarse, de gozar de libertad, un cerebro en toda su capacidad, todo eso es para agradecerle a Dios y no olvidarlo. Démosle gracia a Dios, porque de gracia recibimos, acepte al Señor Jesús hoy, y crea en Él y le perdonará sus pecados.

                            

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