Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.
Salmo 40:4
Pastor Jose Juarez
Notas de sermón:
Una de las partes más difíciles de ser cristiano es el hecho de que ser un seguidor de Cristo no nos hace inmune a las pruebas y las tribulaciones de la vida. Algunos se preguntan ¿Por qué un Dios bueno y amoroso nos permite pasar por cosas tales como la muerte de un ser querido, enfermedades y situaciones difíciles que pasamos nosotros mismos y nuestros seres queridos, dificultades económicas, preocupación y temor? Es obvio que, si nos amara, todas estas cosas serían eliminadas de nosotros. Pero No, no es así. La Palabra de Dios enseña claramente que Dios ama a aquellos que son Sus hijos, y “todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28). Eso debería significar entonces que las pruebas y tribulaciones que Él permite en nuestras vidas son parte de todas las cosas que nos ayudan a bien. Por lo tanto, para el creyente, todas las pruebas y tribulaciones deben tener un propósito divino.
El Salmo comienza relatando lo que vivió el salmista cuando se hallaba en el pozo de la desesperación, en el sufrimiento y la angustia. El salmista, que clamó a Dios pidiendo su respuesta y esperó en él con paciencia, fue testigo de cómo el Señor se inclinó a él, le sacó del problema, y le dio una nueva razón para cantar y alabarle. A esta salvación divina el salmista respondió en los versos 4-5 dando a conocer el reino de Dios; es decir, proclamando las virtudes y los hechos de Dios. El verso 4 nos lleva del testimonio personal a la conclusión en un dicho proverbial: “Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira”.
Esa afirmación es fruto de la propia experiencia del salmista. El hombre feliz es aquel que escoge confiar en Dios, en lugar de tomar parte con los soberbios o los que se desvían por caminos equivocados de mentira. Bienaventurado el hombre que pone en Jehová su confianza, que pone a Jehová como su única confianza, y no respeta a los soberbios, recurriendo a ellos en busca de ayuda, ni a los que se desvían a la mentira, a los falsos ídolos y vanidades de esta vida, a todo aquello en lo que los hombres hacen la base de su esperanza y confianza fuera de Dios. El salmista habla ahora, en el gozo de Su liberación, se incluye a sí mismo con toda la congregación de creyentes al exaltar las misericordias de Dios.
- SIENDO TESTIMONIO VIVO.
Servir, es estar al servicio de alguien, sujeto a una persona por cualquier motivo haciendo lo que él quiere o dispone. Aquí incluiremos el servicio a Dios. Todo verdadero creyente es un siervo de Dios (Romanos 6:22) 22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Hemos dejado de pertenecemos a nosotros mismos. Ya no soy dueño de mi vida, sino que tengo al mejor amo y Señor del universo: Dios mismo. Cuando el apóstol Pablo tuvo el encuentro con Jesús en el camino a Damasco, una de las primeras cosas que le preguntó fue: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hechos 9:6). Cuando nos convertimos en discípulos de Jesús somos sus siervos. Servimos por agradecimiento. El servicio a Dios fluye de un corazón agradecido a Él por perdonarnos y darnos salvación en esa cruz por su sangre preciosa. La suegra de Pedro cuando el Señor la sanó de su fiebre; ella le servía a Él y a sus discípulos (Mateo. 8:15). Debemos servir a Dios sirviendo a los demás. Para servir a los demás, hace falta tener un corazón contrito y humillado y también amoroso. Debemos considerar a los demás como superiores a nosotros mismos: Filipenses 2: 3-4 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. A veces pensamos que solo podemos servir en la iglesia, pero en su organización, debe haber un orden y no por eso todos deben o pueden predicar en un púlpito, no todos van a ser maestros de jóvenes o niños, no todos seremos evangelistas, etc. Para mantener el orden y que una iglesia funcione, todos los miembros han de poner al servicio del Señor los dones que recibieron de parte del Espíritu Santo. Él, Dios nos da dones para servir a los demás, no para nuestro propio beneficio, sino para la edificación de su pueblo. Servir se convirtió en un estilo de vida. Ahora en todas las actividades de la vida del creyente debe haber un espíritu de servicio. En Filipenses 2:5-8 dice: 5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2:5-8
Nuestro servicio a Dios debe ser para glorificar el nombre de Él y de esa manera pueda aceptar este servicio y Él se agrade de nosotros. De lo contrario Dios no va aceptar nuestro servicio que le ofrezcamos a Él.
- ANUNCIANDOLO AL MUNDO. 1Pedro 4:12-13
12 Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, 13 sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.
Es probable que para muchos esto es algo que nos puede parecer muy extraño, y estar esperando en Dios. ¿Por qué sentirnos gozosos de estar enfrentando pruebas y dificultades en nuestra vida?
De hecho, si tomamos una actitud diferente sería, que lo que nos debe extrañar sería, ¿por qué no estar enfrentando ninguna prueba ni dificultad en nuestra vida? Por que como cristianos sabemos que tenemos un enemigo en común que se llama satanás y debería hacernos reaccionar, si no estamos siendo un objetivo del enemigo, tendríamos que preguntarnos ¿Qué está pasando con nuestra vida cristiana? ¿Qué está pasando con nuestra vida espiritual? si nuestra vida ya no le interesa al diablo, algo está pasando porque nuestra vida no representa ningún atractivo para los propósitos del enemigo, ya pertenecemos a su reino; es decir no estamos dando frutos, no estamos siendo útiles para el Reino de Dios; sino; al contrario, con nuestro testimonio estamos siendo más útiles al enemigo que para el Señor, y entonces ¿Para qué nos va a atacar? Pastor Oscar Flores. Satanás trata de robarnos la paciencia, porque sabe que en nuestra vida Dios nos ha dado muchas bendiciones, espirituales y materiales, pero principalmente el enemigo quiere robarnos las bendiciones espirituales, la paz en nuestra familia, el gozo de nuestro corazón, el amor en nuestro matrimonio, nuestra relación con Dios, etc. Y lo que pasa es que, hay muchos cristianos; que no encuentran significado a lo que hacen, y dan mal testimonio. Santiago nos recomienda algo muy importante: Santiago 1: 2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas. También debemos tener cuidado de nunca hacer excusas por nuestras “pruebas y tribulaciones” si son el resultado de nuestra propia maldad. «Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno» (1 Pedro 4:15). Dios perdonará nuestros pecados porque el castigo eterno para ellos ha sido pagado por el sacrificio de Cristo en la Cruz. Sin embargo, todavía tenemos que sufrir en esta vida las consecuencias naturales por nuestros pecados y malas decisiones. Pero Dios usa incluso esos sufrimientos para moldear y formarnos para Sus propósitos y nuestro bien supremo. “Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira”. Las pruebas desarrollan la piedad, y eso nos permite “…[gloriarnos] en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:3-5). Jesucristo fue el ejemplo perfecto. “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). Estos versículos revelan aspectos de Su propósito divino tanto para las pruebas y tribulaciones de Jesucristo como por las nuestras. El perseverar comprueba nuestra fe. «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Filipenses 4:13). Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira. Salmo 40:4
Las pruebas y tribulaciones vienen con un propósito y una recompensa. “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna… Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman»(Santiago 1:2-4,12). A través de todas las pruebas y tribulaciones de la vida, tenemos la victoria. “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:57). Aunque estamos en una batalla espiritual, Satanás no tiene autoridad sobre el creyente en Cristo. Dios nos ha dado Su Palabra para guiarnos, Su Espíritu Santo para fortalecernos, y el privilegio de venir a Él en cualquier lugar y en cualquier momento, a orar por todo. Aun si voy por valles tenebrosos, no temo el peligro que me acecha, porque tú estás a mi lado; Tu vara de pastor me reconfortará. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Salmo 23:4
Le pido confiar en Dios en medio de las pruebas, será de mucha ayuda en su vida, es importante recordar todos los días que el amor, la gracia y la luz de Dios siempre estarán a nuestro favor, solo tenga fe y confíe en Dios, acéptelo ahora y Él le dará la vida Eterna, Jesús le espera con los brazos abiertos.
