Sunday Morning Service

Sermón de la Mañana #154 | BENDECIDOS



5 Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.

Mateo 5:1-8

Pastor Jose Juarez

Notas de sermón: 

¿Es una vida bendecida sinónimo de éxito en la vida? ¿Es bendecido la persona que vive   la buena vida? Un matrimonio sin problemas, hijos obedientes, un buen trabajo, un cuerpo sano, una carrera exitosa, amigos queridos de confianza, con mucho dinero. Si estas son las características de una vida bendecida, entonces tener todas estas cosas debe traducirse como una vida totalmente bendecida.

Generalmente asociamos la palabra Éxito con aquello que tenga que ver con triunfo, alcanzar logros, tener bienestar, ser de fama, ser popular, tener lujo, etc.  Aparentemente son exitosos aquellas personas que prácticamente lo tienen todo, son los que sobresalen, son aquellos que son reconocidos fácilmente, aquellos que son perseguidos por la prensa para una foto o para algún comentario.

 Pero la Palabra de Dios dice que es diferente la definición de exitoso, la describe de una forma diferente a la persona de éxito en la vida, a esa persona Dios le llama BIENAVENTURADO.   La palabra Bienaventurado tiene varias definiciones:     Makarios – grande: Bienaventurados, bienaventurado, bienaventurada, bendito, feliz.  Doblemente Bendecido – Beatitud – gozo del cielo, Doblemente Dichoso, Doblemente afortunado, Doblemente Feliz

 Es comenzar a gozar todos los beneficios del Cielo

1.- Personas Bendecidas son LOS POBRES EN ESPIRITU:              Mt. 5:3

“…porque de ellos es el reino de los cielos”

Bendecidos los pobres en espíritu significa aquellas personas que reconocen su pobre estado espiritual y saben que están mal espiritualmente sin la presencia de Dios. Es quien está desprovisto de Dios y reconoce su pobreza total ante el Señor.

El éxito o bendición de un cristiano no se mide por las riquezas, en bienes materiales, hay que considerar que, aunque la prosperidad material también puede formar parte de las bendiciones de Dios para la vida de sus hijos, no debemos creer que el éxito o bendición en la vida cristiana es solamente acumular riquezas y tener bienes materiales (Lucas 12:15) Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. Son los que no conocen el egoísmo.

 Los que reconocen que están en bancarrota espiritual y necesitan a Dios.

Ser bendecido es poder reflejar a Cristo con nuestra vida, por medio de su carácter (Mateo 11:29) Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;

Es reconocer con humildad que sin Cristo no podemos gozar la Vida Eterna.

Los que reciben el regalo de la Vida Eterna con agradecimiento y no como que si sus obras lo merecieran.

Son aquellos que no saben lo que es tener envidia.

 Son aquellos que son luz, para que los que se encuentran en tinieblas puedan encontrar también el camino de salvación, que es Jesucristo (Efesios 5:8) Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.

Son aquellos que su vida produce frutos agradables para nuestro Dios (Gálatas 5:22-23) Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

La bendición de Dios significa no vivir afanado ni angustiado por el mañana y lo que diga la gente; sino poder experimentar siempre en nuestra vida el cuidado, la protección y la provisión divina del Señor (Mateo 6:31-33) No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

2.- Personas de Éxito son los que LLORAN:                                Mt. 5:4

“…porque ellos recibirán consolación”

Los que lloran, por ahora. “los que lloran” son los mismos que han reconocido su ruina y bancarrota espiritual y por eso lamentan su condición, se entristecen por su maldad y lloran por su pecado.

 Los que apenados por su pecado se acercan a Cristo por perdón.

 Los que entienden que por ellos murió Cristo.

Los que tienen sensibilidad a la necesidad de otros.

 Los que procuran el bienestar de los más desafortunados.

Los que oran porque Dios pueda bendecir a los desafortunados, así como lo ha hecho con ellos, los que desean que otros tengan lo que ellos tienen y si se multiplicara más a ellos, se alegrarían aún más. dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento, rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos…” (Joel 2:12-13).

Pero este lloro es necesario y provechoso para el hombre, porque eso nos conduce al arrepentimiento. Por eso el apóstol Pablo decía que “la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación… pero la tristeza del mundo produce muerte” (2 Corintios 7:10) la tristeza según Dios, es provocada por el Espíritu Santo, nos humilla, nos acerca a Él, nos lleva al arrepentimiento y por eso produce salvación y vida eterna.

3.- Personas de Exito son los  MANSOS:                                               Mt. 5:5

“…porque ellos recibirán la tierra por heredad”

 Los mansos bendecidos no son los más rudos, sino; que Jesús dice que son todo lo opuesto a los valores del mundo. No necesariamente significa debilidad, significa que está en total control de cualquier situación de desventaja que sufra.

La definición de mansedumbre: La «mansedumbre» es una actitud humilde que se expresa en soportar pacientemente las ofensas. «Mansedumbre» es un sinónimo práctico. Implica misericordia y autocontrol. La mansedumbre no significa debilidad. A veces confundimos las dos cosas. Pero la diferencia entre una persona mansa y una persona débil es la siguiente: una persona débil se queda sin hacer nada. Una persona mansa, en cambio, puede dar una respuesta negativa y mal intencionada. pero decide no hacerlo.

La palabra manso según la lengua original se usaba para describir la rienda de un semental. Es la idea de un caballo controlado por un bocado y una brida. El caballo elige someterse a la autoridad. Eso es mansedumbre. La mansedumbre no es debilidad; es poder bajo control. Es un caballo amaestrado. La palabra de Dios lo describe de esta manera: Proverbios 16:32 Reina-Valera 1960 32 Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad. La mansedumbre siempre utiliza sus recursos apropiadamente, a diferencia de las emociones fuera de control que tan a menudo son destructivas y no tienen lugar en su vida como creyente. La mansedumbre caracteriza a nuestro Señor Jesucristo. Él siempre defendió la gloria de Dios y, en última instancia, se entregó en sacrificio por los demás (1 Pedro 2:21-23) 21Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; 23quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;

Sin embargo, cuando llegó su momento de sufrimiento, Jesús se sometió a la voluntad de su Padre y soportó los abusos y las intenciones asesinas de los líderes que se prestaron para tal injusticia. Demostró mansedumbre hasta el final. «Mientras era acusado injustamente, no devolvía maldad; mientras sufría, no profería amenazas, sino que se encomendaba al que juzga con justicia» (1 Pedro 2:23).

( Johnnie Moore comentario)    Aunque Jesús dijo: «Bienaventurados los mansos», en nuestra cultura no celebramos la mansedumbre. En cambio, celebramos la agresividad.  Celebramos el obtener cosas fraudulentas, en algunos casos el aprovecharse de otra persona. Véalo en el drama diario no vemos el momento en que una persona se contiene mansamente, a pesar de haber sido agraviado. No queremos ver eso. En novelas y películas queremos ver que una persona tome venganza en la que la primera mitad consista en cosas malas que le suceden al personaje principal, y la última mitad consista en cosas malas que le suceden a la gente que le hizo esas cosas al héroe de la película. Eso es lo que nos entretiene. Eso es lo que celebra nuestra cultura.

Hay una diferencia de lo que enseña nuestro Señor. El celebra la mansedumbre. La escritura nos dice que el último es el primero. Dar es recibir. Morir es vivir. Perder es encontrar. El más pequeño es el más grande. La mansedumbre es una fortaleza. La idea es que vivamos según la verdad de Dios-no según lo que nuestra cultura dice que debe hacernos felices.

En este mensaje de Jesús el lo predica dentro de un contexto. En esta oportunidad no va dirigido al rico y poderoso. Él no está predicando a las personas que tienen la capacidad de ordenar y hacer que algo suceda. En este caso, él está predicando a los aldeanos gente pobre y sin mucha preparación, y dice: que, si usted es una persona mansa, si tiene la fuerza bajo control, si usted es ese tipo de personalidad, le asegura que no solamente será feliz; sino que tendrá un tipo de vida y un tipo de poder que trasciende incluso el poder del César Romano. Porque cuando Jesús predica un sermón, no sólo incluye a nuestra vida terrenal. Tiene en perspectiva algo más grande, y soy convencido de que los que heredan el reino a veces son aquellos cuyas historias nunca se conocen en nuestro mundo, excepto un día cuando estemos en el cielo y descubramos que esa pequeña persona ubicada en el lugar más inimaginable y que Dios utilizó para cambiar la historia. Nunca conoceremos el final de la historia hasta que se llegue a él.  Acepte a Cristo Hoy y Él le dará la vida Eterna.

  

                             

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