27 Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; 28 bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. 29 Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. 30 A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. 31 Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
32 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. 33 Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. 34 Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. 35 Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. 36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. 37 No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. 38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
Lucas 6:27-38
Pastor Jose Juarez
Notas de sermón:
Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
Mi identidad es algo muy valioso, si yo, no sé quién soy, entonces no sé a dónde voy. Como cristianos nacidos de nuevo por la fe en Jesucristo, tenemos una nueva identidad, un propósito, un fin; pero nuestro enemigo se ha encargado de distorsionar esa identidad con sus mentiras y falsas creencias, anulando así, toda efectividad y poder en nuestra vida. Satanás continúa atacando esa área de la vida del creyente porque sabe que mientras más lejos estemos de nuestra identidad, más cerca estaremos del fracaso. Identidad.- cualidad de idéntico. Idéntico significa: “Igual”, “lo mismo”. Nosotros no creeríamos que Donald Trump apareciera diciendo yo soy Nayib Bukele, la gente no creerá que es otra persona, porque la gente lo ve y lo reconoce, así pasa con el creyente lo que miran en ellos es lo que confirma sus vidas. Y nadie va a creer lo que dice que representa ser y lo tomarían como un suplantador de alguien que no se es. Nos preguntamos ahora: ¿Por qué es que la gente no cree ya más en la Iglesia? Es probable que la iglesia haya perdido su identidad y aunque insistamos en presentarnos como iglesia de Cristo, no nos creen. Y es que lo que ven en algunos creyentes, sus acciones hablan mas fuerte que sus propias palabras.
Esta debe ser nuestra identidad:
1.- Ser imitadores de Jesucristo: Lucas 6:27-38
27 Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; 28 bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. 29 Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. 30 A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. 31 Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
32 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. 33 Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. 34 Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. 35 Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. 36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
Para identificarnos como creyentes en Cristo y ayudar a los demás a crecer como discípulos, debemos estar dispuestos no solo a decirles cómo, sino también ser modelos de Cristo, por eso también se hace necesario que seamos imitadores de Cristo, como lo dijo Pablo: «Sed imitadores de mí como yo de Cristo»… Debemos ser imitadores de Cristo. Jesús se convierte en algo más que un ejemplo para nosotros, y no podremos reconciliarnos con Dios simplemente por tratar de imitarlo. Debemos ser imitadores de Cristo, viendo también a otros ser imitadores de Cristo. Pablo dice sed imitadores de mí, pero él también era imitador de Cristo. Existe una petición de la práctica de la Palabra de Dios en la que el Espíritu es enfático y es que es ese ejemplo que Cristo ha dado a sus seguidores para que lo imiten. La iglesia necesitaba un patrón perfecto a seguir, un modelo impecable. Quiere una encarnación viviente de esas reglas o disciplinas del evangelio que se imponen tan estrictamente a cada creyente, y Él Señor nos ha presentado con gracia nuestro verdadero modelo.
2.- Nuestra Identidad. Colosenses 3:8-14
8 Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. 9 No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, 10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, 11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. 12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
Nuestra verdadera identidad no es lo que soy o lo que he logrado, sino de lo que Dios ha hecho en mí. (Fil 3:4-9) 4 Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: 5 circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; 6 en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. 7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, 9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
En la sociedad tengo una identificación y se basa en
Quiénes son mis padres, lugar de nacimiento, mi profesión u oficio
La Biblia declara que sin Cristo éramos: (Efesios 2:1-3) Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Éramos hijos de desobediencia. Hijos de ira. Hacíamos la voluntad de la carne.
Pero ahora nuestra nueva identidad nos habla a vestirnos siempre como los escogidos de Dios que somos. Este pasaje también nos habla de no volver a vestir lo que era nuestra vestimenta anterior y a que nos revistamos del nuevo hombre que somos en Cristo.
Ahora debemos dejar a un lado – ira, enojo, malicia, blasfemias, palabras deshonestas, dejar las mentiras…
Si todavía practicamos todo esto, entonces nuestra identidad no es como la de hijo de Dios, caminamos como hijos de desobediencia. Ahora con nuestra nueva identidad, nuestra identidad en Cristo Jesús. 2 CORINTIOS 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. y desde el momento que Cristo vino a nuestra vida él nos dio una nueva identidad espiritual. Ahora no tenemos que desanimarnos en nuestra vida cristiana, aunque algunas personas no crean en el cambio que Dios ha hecho en nosotros, aunque nos digan que nunca vamos a cambiar, nosotros debemos creer en las palabras que nuestro Dios ha dicho de nosotros. Ahora que conocemos cuál es nuestra nueva identidad, liberémonos de nuestro pasado, que no nos afecte los errores que hemos cometido, o por la crítica negativa de otras personas, DIOS NOS HA DADO UNA NUEVA IDENTIDAD, debemos vivir con gozo y con esperanza, agradecidos por lo que el Señor ha hecho en nuestra vida. Acepte a Cristo como su Salvador personal y adquiera su nueva identidad.
