Sunday Morning Service

Sermón de la Mañana #159 | HACIENDO CAMBIOS EN MI VIDA



El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; 11 Apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala. 12Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.

1 PEDRO 3:10-12

Pastor Jose Juarez

Notas de sermón: 

Algunas personas han llegado a la conclusión de que necesitan un cambio en sus vidas, pero no hacen nada para realizar que dichos cambios sean una realidad, o a lo mejor hacen ciertos cambios superficiales. Hay cambios en apariencia, con peinados, forma de vestir, algunos; cambio de empleo, de casa o de ciudad. Hasta han llegado a hacer cambio de iglesia, pero usted ha pensado hacer cambios en su vida espiritual.

Ha hecho un inventario de lo que quiere cambiar o mejorar y no ha podido, será que usted quiere arreglar las cosas por usted mismo. Por qué no le da la oportunidad a Cristo de que Él lo haga, o piensa usted que ¿Él no puede arreglar ese problema? ¿Por qué no lo deja que Él actúe?

Es por eso que si queremos un verdadero cambio en nuestra vida tenemos que tomar el consejo que nos da la palabra de Dios.

Juan 15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Usted solo no podrá lograrlo.

  1. APÁRTARSE DEL MAL (1 PEDRO 3:11A) 11Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala.

Apártese del mal,

¿Qué nos hace pensar que nos va ir bien, si hacemos lo malo? pero hay lamentos de personas que se quejan de lo mal que les va en la vida, pero no reconocen que todo eso malo de lo cual se quejan; es resultado, es consecuencia de su estilo de vida, de sus malas decisiones y de sus malos caminos. (Lamentaciones 3:39) ¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Laméntese el hombre en su pecado.

Se ha preguntado usted ¿por qué no funciona su matrimonio?  Si bien hay poca diferencia entre los problemas matrimoniales entre cristianos y no cristianos, un creyente de Cristo tiene la capacidad de reconocer los problemas a la luz de la Palabra de Dios y experimentar el poder transformador de Su Espíritu. ¡La felicidad conyugal puede ser una realidad!

Todos nos ponemos a la defensiva, especialmente cuando alguien intenta desafiar nuestros deseos, nuestras opiniones o nuestras ideas. Comencemos a considerar primero la perspectiva, lo que ve su cónyuge; ganar una discusión solo debilita su matrimonio. “3Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. 5Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2:3-8). Viera que cuando éramos novios todo era color de rosa. Debemos considerar ese cambio en nuestra vida y saber que todos somos humanos y que fallamos, pero que Dios nos ha dotado del poder de perdonar y aceptar a la persona tal y como es. No se desanime, por muy mal que le esté yendo no deje de confiar en Dios y prepárese para el cambio; de eso depende el que las cosas salgan bien.

 Deje que Cristo cambie todo esto.  Si lo permite

tendrá que aprender que lo primero que Cristo va a

hacer es poner a cada uno en su lugar. 13Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 14Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. 15Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.

 En el pasaje de Juan 16:13 al 15 vemos la Obra de El Espíritu Santo, ¿por qué no sigue esos pasos? En nuestras propias fuerzas, siempre caeremos en la derrota y el fracaso en el querer alcanzar el cambio. El Espíritu Santo lo guiará a toda verdad.

  1. EL CAMBIO INICIA CON LA DETERMINACIÓN DE SOMETERNOS A DIOS.

Someternos a Dios significa organizarse uno mismo bajo el mando del punto de vista de Dios, ya no viviremos de acuerdo con la antigua forma de vida que estaba dirigida bajo un punto de vista humano. Es un proceso entregando nuestra voluntad a la de nuestro Padre. Tenemos que disponernos de corazón hacia el cambio con ayuda de Dios. Ha sido un fracaso con otros intentos. Con mi propia fuerza no lo consigo. En el proceso de cambio con ayuda del Espíritu Santo, es necesario renunciar al pecado, en cualquiera de sus manifestaciones

Solamente caminando tomados de la mano de Dios—nos separaremos de la maldad del pecado. Nadie nos podrá obligar.

También la palabra de Dios nos habla que debemos someternos a Dios en (Santiago 4:7). 7Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.

En Efesios leemos que los cristianos han de someterse «unos a otros en el temor de Cristo» (Efesios 5:21). 21Someteos unos a otros en el temor de Dios.

 También leemos que la esposa debe someterse a su marido como para al Señor, y el esposo debe «amar» a su esposa (Efesios 5:22-25). El apóstol Pedro escribe, «Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes» (1 Pedro 5:5). Lo que se deja ver aquí es la humildad. Uno no puede someterse a Dios sin humildad. La obediencia requiere que nos humillemos para rendirnos a la autoridad de otro, y se nos dice que Dios resiste el orgullo – lo opuesto de la humildad, y la arrogancia que da paso al orgullo.

  1. NECESITAMOS CAMBIAR NUESTRA ACTITUD (SALMO 100:2) Servid a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo

Es lamentable que para muchos servir al Señor y congregarse en la iglesia no es motivo de alegría ni de gozo, sino que es un dilema, es una molestia, y aunque la persona tenga un ministerio, aunque tenga un privilegio y se congregue en la iglesia, debemos comprender que más que nuestras acciones prestadas a nuestro Dios a Él le agrada nuestra actitud, no es de suficiente valor lo que hacemos para él , sino con qué actitud lo hacemos (Colosenses 3:23-24) Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.

Consideremos que a nuestro Dios no se puede engañar, él conoce cómo está nuestro corazón para con Él, solamente Él conoce verdaderamente con qué actitud nos presentamos delante de él, la escritura nos dice en (Malaquías 1:12-13) Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de Jehová, y cuando decís que su alimento es despreciable. 13Habéis además dicho: !Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová.

Sabía usted que Dios quiere bendecirnos, para Él es una alegría bendecirnos y hacernos bien (Jeremías 32:40-41) Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. 41Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma.

Y él también quiere que nosotros nos deleitemos en él, que nos deleitemos sirviendo, que nos deleitemos adorándolo, que nos deleitemos en su casa recibiendo su palabra (Salmo 37:4) Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

No se sienta fracasado en su vida como cristiano, pensando que todo le está saliendo mal. A situaciones como éstas, usted que es un cristiano, lo mejor que puede hacer es recordar, que ya no es usted el que dirige su vida, sino que Cristo. Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Y si no ha podido superar su situación es porque quizá se ha alejado de Él, y debe considerar también que El mismo dijo: “Separado de mí nada podéis hacer” Juan 15:5

Solamente en Dios tenemos verdadera vida, solamente en Dios tenemos verdadera paz, solamente en Dios tenemos bendición, TODO LO QUE EL MUNDO OFRECE ES UNA ILUSIÓN.

Es por eso que necesitamos pasar de esa vida de inseguridad en la que hemos vivido nuestro cristianismo, a la convicción de que no vamos a encontrar nada mejor que la vida que nuestro Dios nos ha dado. Ya verá que estos cambios funcionarán en usted, también vale la pena entender, que no somos nosotros los que estamos supuestos a cambiar las vidas de los demás; sino que Él mismo cambió nuestras vidas y arregló nuestras situaciones, y Él también es capaz de arreglar la vida de los demás. Aquellos factores que propiciaban nuestra derrota en lo personal y espiritual, son transformados. Por eso cabe aquí una pregunta decisiva para su vida: ¿Está dispuesto a recibir al Señor Jesucristo como Señor y Salvador? Recíbalo hoy y experimentará el cambio que tanto anhela en su vida.

  

                             

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