Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
Definición de gratis. Tomado de D.ABC Popularmente, el término gratis se usa con frecuencia para designar aquello que se realiza sin la necesidad de un previo o posterior pago, es decir, a todo evento, acontecimiento, bien o servicio que se brinda, entrega a otro, sin que medie un pago de dinero por recibirlo se lo denominará como gratis.
Y no porque las cosas sean gratis, es que carezcan de valor; Gratis es para el que lo recibe, pero alguien lo tuvo que haber pagado. A lo mejor usted ha recibido en su vida algo gratis, pero alguien tuvo que hacer algún gasto, y eso también tiene que ver con lo que Cristo nos ha dado. Pensemos en lo que nos ha dado Cristo y es bastante y a nosotros no nos ha costado nada, lo hemos disfrutado de gran manera, y que nadie nos podrá dar lo que Cristo nos ha dado, ha sido gratis para nosotros, pero para Cristo no le fue nada barato; pagó un alto precio, para que ahora nosotros lo podamos gozar.
Efesios 2:8-9
Pastor Jose Juarez
Notas de sermón:
1.- Gratis La Vida ETERNA: Juan 3:16
Juan 3:16 leemos: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna»
En la muerte en la cruz el Señor Jesucristo vino a ser quien llevó nuestro pecado. No solamente cargó con nuestros pecados, sino que también nos dio su justicia (2 Corintios 5:21). Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. Cuando creemos en Cristo como nuestro Salvador, recibimos su vida, y El perdona la deuda de nuestro pecado. La muerte de Cristo es un juicio en donde gracias a ello, también los resultados son el perdón y la vida eterna (Juan 6:40). 40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Nuestra fe en la muerte de Cristo en la cruz como pago por nuestro pecado nos asegura la vida eterna. Lo que nadie nos puede ofrecer, ni la religión, raza o posición social. El único que lo puede hacer es Cristo, por amor a nosotros y lo sigue compartiendo con todo aquel que lo quiera recibir. En la cruz El tomó sobre sí mismo todo el pecado de la humanidad —pasado, presente y el futuro. ¿Cómo es posible que alguno cambie todo eso? Si Cristo tomó sobre sí todo nuestro pecado, ¿qué es lo que puede hacer que Dios cambie su veredicto de que no somos culpables? ¡Nada en lo absoluto! Nadie puede cambiarlo. Él nos dio Su regalo gratis de la vida eterna, en el mismo momento en que nosotros nacimos espiritualmente, y nunca se puede perder (Juan 3:15-16, 15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 16Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:36 36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
36; 6:47; 10:28). Es una vida que no tiene fin, y nadie la puede tomar de usted. No hay límites finales a la vida eterna. Lo impresionante de esta nueva vida en Cristo, es que Jesús se ha unido Él mismo a nosotros para que recibamos esta vida que Él da en abundancia para toda la eternidad. Las Escrituras nos dicen que Dios nos promete ampliar nuestra capacidad espiritual hasta que la vida de Cristo; se reproduzca en nosotros. Estamos poco a poco siendo conformados a Su imagen y semejanza.
2.- Gratis, Por el Rescate:
‘el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.’ 1 Timoteo 2:6
Un rescate es algo que se paga para la liberación de alguien que es mantenido cautivo. Los rescates resultan gratis, pero alguien tiene que pagar el costo del rescate.
Es evidente, que Jesús pagó a Dios el rescate por nuestras vidas. El precio del rescate fue Su propia vida, el derramamiento de Su sangre, un sacrificio. Debido a Su muerte en la cruz, cada persona en el mundo tiene la oportunidad de aceptar ese regalo y ser perdonada por Dios. Porque sin Su muerte, la Ley de Dios aun requeriría ser satisfecha – por nuestra propia muerte. Los rescates terminan con felicidad, pero son otros los que salen con marcas del rescate. El rescate de Jesús es una expresión suprema de amor. Nos muestra la profundidad del amor de Dios por nosotros y su deseo de tener una relación renovada con la humanidad. Nuestro texto en Efesios también nos recuerda que nuestra salvación no se gana a través de nuestras propias obras o esfuerzos, sino que es un regalo gratuito de Dios a través de su hijo Jesús. El rescate de Jesús es un regalo gratuito de Dios para todos los que lo aceptan como su salvador personal. Al reconocer su sacrificio y vivir para Él, podemos encontrar paz, seguridad y propósito en nuestra vida diaria. Si usted ha creído y aceptado a Jesucristo en su vida, es total, completa y eternamente perdonado por todos sus pecados en el pasado, presente y futuro. Jesús pagó el precio más alto por usted y perdona su deuda con Dios como un regalo gratuito llamado gracia. Cristo nos libertó para siempre, por eso debemos poner nuestra fe en él y ser fortalecidos para morir cada día a las obras del pecado, y ser vivificados por el Espíritu Santo para hacer el bien. No hay ninguna condenación para los que viven para Cristo Jesús, para los que son siervos del bien y aborrecen las obras del pecado, más para los que aún las practican y se gozan en ellas sufrirán la condenación eterna, a menos que se arrepientan poniendo su fe en Cristo para alcanzar el perdón.
3.- Gratis, El Cielo de Dios: Juan 17:24; Filipenses. 3:20-21
24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. Filipenses 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; 21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. ‘Ésta es la obra de Dios: que crean en aquel a quien él envió’”. Eso es todo lo que tenemos que hacer. ¿Eso es todo? ¿Solo creer? Jesús no dice «hagan eso» o «sepan esto». Él dice, en su mensaje: «No pueden hacer suficiente, así que yo lo haré por ustedes. Solo crean en mí”. Debemos pensar en esto: Jesús no solo fue un maestro sobre Dios. Porque Él es Dios. No solo nos mostró el camino al cielo. Él es el camino al cielo.
Esto significa que ningún esfuerzo humano puede funcionar en este mundo. Jesús es el final de todos los esfuerzos para ser suficiente, todos los esfuerzos que hagamos no funcionan siempre y cuando Cristo sea el medio para llegar a Él. Él es gracia. Él es libertad. Cristo pagó la entrada por nosotros. Él es el único que puede otorgarnos esa entrada. No hay precio en el mundo, no se puede ganar con nada, usted puede tener dinero, pero; no se podrá comprar la entrada o membresía como puede comprar la del mejor club, pero al cielo solamente el precio que pagó Cristo. Y esto es la realidad en este mundo que es gratis. Las personas no van al cielo porque son buenas. La palabra de Dios dice que nadie puede ganar el regalo del cielo. El cielo es un regalo, es gratis. Sin embargo, la única cosa que todo pecador debe hacer es dejar que Jesús entre en su corazón para que Él sea el Señor de sus vidas. Gálatas 5:19-24 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Pecar es estar destituidos de las enseñanzas santas de Dios. El pecado fue lo que hizo que se terminara el paraíso del Edén. Y todos nosotros, al igual que Adán y Eva, somos pecadores. Usted es pecador. “Todos han pecado y están destituidos de la Gloria de Dios” (Romanos 3:23). El pecado nos separa de una relación con Dios (Isaías 59:2). pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír. Hay una gran brecha entre nosotros y Dios y nada hay que podamos hacer para atravesarla. El pecado nos engaña y nos hace pensar que lo malo es bueno y que lo bueno es malo (Proverbios 14:12). Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte. Esto nos hace pensar que estamos bien cuando no lo estamos. El pecado trae consecuencias, pero Dios ha provisto una solución para nuestro pecado: (Romanos 6:23). 23Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Jesucristo, el Hijo de Dios, nos amó tanto que se hizo hombre para librarnos de nuestros pecados (Juan 3:16). Él vino para identificarse con nosotros en nuestra humanidad y nuestra debilidad, pero lo hizo sin ser manchado por nuestro pecado, nuestro engaño de nosotros mismos, y nuestras fallas morales (Hebreos 2:17-18) 17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. 18 Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados. Cristo les ofrece a todas las personas el don del perdón, la salvación y la vida eterna: 17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. (Apocalipsis 22:17).
Si desea aceptar a Jesucristo como su Salvador, usted puede repetir la siguiente oración: «Dios, sé que he pecado contra ti y merezco el castigo. Pero Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, de manera que, a través de la fe en Él, yo pueda ser perdonado. Me arrepiento y me aparto de mi pecado y pongo mi confianza en Ti para mí salvación. ¡Gracias por Tu maravillosa gracia y por Tu perdón – el don de la vida eterna! En nombre de Jesús, ¡Amén!».
