En el séptimo año de Jehú comenzó a reinar Joás, y reinó cuarenta años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Sibia, de Beerseba. 2 Y Joás hizo lo recto ante los ojos de Jehová todo el tiempo que le dirigió el sacerdote Joiada. 3 Con todo eso, los lugares altos no se quitaron, porque el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.4 Y Joás dijo a los sacerdotes: Todo el dinero consagrado que se suele traer a la casa de Jehová, el dinero del rescate de cada persona según está estipulado, y todo el dinero que cada uno de su propia voluntad trae a la casa de Jehová, 5 recíbanlo los sacerdotes, cada uno de mano de sus familiares, y reparen los portillos del templo dondequiera que se hallen grietas. 6 Pero en el año veintitrés del rey Joás aún no habían reparado los sacerdotes las grietas del templo. 7 Llamó entonces el rey Joás al sumo sacerdote Joiada y a los sacerdotes, y les dijo: ¿Por qué no reparáis las grietas del templo? Ahora, pues, no toméis más el dinero de vuestros familiares, sino dadlo para reparar las grietas del templo. 8 Y los sacerdotes consintieron en no tomar más dinero del pueblo, ni tener el cargo de reparar las grietas del templo.9 Mas el sumo sacerdote Joiada tomó un arca e hizo en la tapa un agujero, y la puso junto al altar, a la mano derecha así que se entra en el templo de Jehová; y los sacerdotes que guardaban la puerta ponían allí todo el dinero que se traía a la casa de Jehová. 10 Y cuando veían que había mucho dinero en el arca, venía el secretario del rey y el sumo sacerdote, y contaban el dinero que hallaban en el templo de Jehová, y lo guardaban. 11 Y daban el dinero suficiente a los que hacían la obra, y a los que tenían a su cargo la casa de Jehová; y ellos lo gastaban en pagar a los carpinteros y maestros que reparaban la casa de Jehová, 12 y a los albañiles y canteros; y en comprar la madera y piedra de cantería para reparar las grietas de la casa de Jehová, y en todo lo que se gastaba en la casa para repararla.
2 Reyes 12:1-12
Pastor Jose Juarez
Notas de sermón:
Estas palabras pertenecen a un RESTAURADOR DE GRIETAS de la Casa de Dios, al rey Joás, Octavo gobernante del reino sureño de Judá. Reinó cuarenta años (c 835-c 796 a.C.). En el 841 a.C., cuando apenas era un niño, su padre Ocozías fue asesinado por el rey Jehú de Israel. Entonces Atalía, la madre de Ocozías se apoderó del trono después de asesinar a todos los hijos de Ocozías menos un hijo pequeño, que fue salvado sólo porque la hermana de su padre, Josaba, esposa del sumo sacerdote Joiada, lo llevó fuera y lo ocultó (2 R. 11:1-3; 2 Cr. 22:10-12). Pasando 7 años del reinado de Atalía, Joiada presentó al joven príncipe a los oficiales del ejército y consiguió su apoyo para destronar a Atalía y poner como rey a Joás. Bajo la protección del ejército se puso en marcha el plan y el niño fue proclamado rey en el templo. Atalía, atraída por las aclamaciones, se dirigió a ese lugar, pero luego fue muerta (2 R. 11:4-16; 2 Cr. 23:1-15). Joiada se puso de inmediato a restaurar la adoración de Dios y a destruir el templo de Baal. Cuando el joven rey llegó a la adultez, reparó el templo, que ya tenía unos ciento cincuenta años de existencia, pero dejó que los lugares altos continuaran como lugares de adoración (2 R. 11:17-12:16; 2 Cr. 23:16-24:16).
Dios siempre ayudará a quienes se dispongan RESTAURAR GRIETAS en el Templo de Dios, y para todos aquellos que estén dispuestos a invertir sus recursos en favor de la obra de Dios y no para gastar en sus propios beneficios. Dios no quiere gente con mucho dinero, Dios quiere siervos restauradores, pues Dios quiere ver restaurada su Casa, la cual somos nosotros. Así como Dios restauró y reconstruyó las grietas del Templo, también quiere hacer lo mismo en nuestras vidas espirituales cuando enfrentamos grietas y debilidades.
- Grietas Espirituales
Cuando hablamos de las grietas en este caso, son grietas en nuestra vida espiritual, estamos reconociendo que estas grietas son señales visibles de debilidad y peligro. Nos indican que algo no está funcionando correctamente en nuestra relación con Dios. Todo edificio se sostiene con una buena base. En la construcción de un edificio, los cimientos son esenciales para su estabilidad. Si la base es fuerte y bien construida, el edificio resistirá las inclemencias del tiempo, los vientos huracanados e incluso los temblores de tierra. Pero, si la base no es sólida o está debilitada, todo el edificio está en peligro. En el contexto espiritual, también enfrentamos grietas y debilidades. Por ejemplo, la pérdida de motivación por la oración y la Palabra de Dios es una de las señales más obvias de grietas espirituales. Pero si llegamos a reconocer estas grietas debemos dar el primer paso para la restauración. Así como Dios restauró y reconstruyó el hogar caído de David, también quiere hacer lo mismo en nuestras vidas espirituales cuando enfrentamos grietas y debilidades. Como cristianos debemos aprender a conducirnos cuando hay grietas en nuestra vida, y aprender a curarlas. Parece ser que esas grietas son una señal que indica, cuando quiere deteriorarse algo; es el inicio de algo que está por perderse. Nuestro cuerpo es el Templo del Espíritu Santo y si Dios depositó el Espíritu en nuestro cuerpo debemos preocuparnos de que lo que Dios deposite en nuestra vida no se vaya, no se pierda, sino que se retenga, y que por causa de una grieta se comience a perder la bendición de Dios. Debemos asegurarnos que los que se llenan de Dios no quieren perder esa bendición. El profeta Jeremías nos dice: “porque dos males, ha hecho mi pueblo, me dejaron a mí fuente de agua viva, y cavaron para si cisternas, cisternas rotas que no retienen agua”. Jeremías 2:13 Las cisternas que cavaban en ese entonces, el propósito principal era para almacenar el agua de lluvia, o de los manantiales que había en esos lugares. Y cuando no llovía, de mayo a septiembre, donde el verano es muy caliente, el que tiene la cisterna sabe que tiene agua guardada. Pero cuando quedan secas, el sol comienza a agrietarlas por la falta de agua, pero antes que llegara el agua. Había que buscar la manera de solucionar ese problema para que el agua no se perdiera, por eso las reparaban, tapaban las grietas para poder almacenar el agua. No podemos perder la bendición de Dios, esto es algo tan valioso, lo que Dios nos da es para nuestra misma provisión, es más necesario que el agua que tomamos. Cuando hay grietas en nuestra vida primero debemos curarlas y luego así recibir la bendición que Dios nos da. Deberíamos tomar en cuenta que antes de recibir la bendición de Dios, se repararan las grietas que hay en nuestra vida para poder, almacenar, reservar y retener más de todo lo que Dios nos quiere dar.
- No ignoremos las Grietas.
Cuando ignoramos las grietas en nuestra vida espiritual, corremos el riesgo de un derrumbe espiritual, lo cual tiene consecuencias profundas y devastadoras. Si bien puede ser bastante doloroso y difícil confrontar y sentir las grietas en nuestra base espiritual y reconocer que estas grietas son el resultado de provenir de una historia de pecado, también es algo, muy bueno comenzar a ver y reconocer todo esto. Porque cuando sentimos y vemos las grietas en nuestros cimientos con mayor claridad, nos revela el trabajo que debe hacerse para ayudar a cambiar nuestras vidas. Cuando usted se siente enfermo y va al doctor y descubre la enfermedad puede ser doloroso, pero ahora también sabe con qué está lidiando y qué intervenciones puede necesitar tomar para llegar a un lugar más saludable y menos grave. No podemos ignorar los planes del enemigo, ya que la Biblia nos advierte sobre sus astutas artimañas. Debemos estar alerta y fortalecer nuestra fe, confiando en el poder de Dios para resistir sus ataques y mantenernos firmes en su palabra. Debemos estar conscientes de las maquinaciones y estrategias del enemigo para no caer en sus trampas. Algunas de ellas incluyen el engaño, la tentación, la división, el desánimo, la confusión y el orgullo. Es importante mantenernos alerta y equipados con la armadura de Dios, la cual nos ayudará a resistir y cerrar nuestras grietas.
La importancia de reconocer y no ignorar las grietas en nuestra vida espiritual radica en que la Palabra de Dios nos advierte que Satanás es astuto y busca devorarnos (1 Pedro 5:8). Si ignoramos sus artimañas, seremos más vulnerables a sus engaños y tentaciones. Reconocer las estrategias del enemigo nos permite estar alerta, defendernos con la armadura de Dios y tomar decisiones sabias y correctas para mantenernos firmes en nuestra fe. Además, nos enseña humildad y dependencia de Dios, ya que nos hace conscientes de nuestra incapacidad para enfrentar al enemigo por nuestras propias fuerzas. En resumen, no ignorar nuestras grietas espirituales es crucial para proteger nuestra relación con Dios y mantenernos firmes en nuestra fe.
- Nuestra base es Cristo.
Para evitar un derrumbe espiritual inminente y mantener una vida espiritual sólida, es esencial construir una base firme en Cristo. Como Joás podemos conformar nuestro corazón a Cristo, e invertir como él todos los recursos de esta vida para ver restaurada “Las grietas de la Casa de Dios”, que somos nosotros. Estas actitudes se darán, cuando escuchemos la Palabra de Dios, si su corazòn se estremece al oírla y si su corazón, se humilla y quiere cumplirla, será un restaurador de grietas. Lo que nos debe motivar realmente es el amor de Cristo, Él lo hizo todo y se entregó a sí mismo por completo aún hasta la muerte para darnos vida eterna (Juan 3:16), para bendecirnos, para llenarnos de felicidad, paz, amor, bendición, eso es lo que realmente debe motivar al cristiano. No importa cuán malas que estén las cosas o que estemos convencidos que no nos encontramos bien, Jesús está ahí, tan misericordioso y amoroso como siempre. Es durante esos momentos cuando sentimos que fracasamos en las cosas importantes que necesitamos apartar la mirada en nuestro yo y fijar nuestros ojos en Cristo. Cuando le encomendamos a Él nuestras victorias, nuestros fracasos y nuestros esfuerzos, Él nos mantiene. Jesús conoce nuestras luchas mucho antes que nosotros y nos anima a ver más allá de esas luchas y mirarlo a Él. Si quitamos la mirada de todo lo que no somos, podemos aceptar lo que Él dice que somos. Existen momentos cuando sentimos que nuestra base se está derrumbando. Aún allí Jesús es sólido y nos ofrece la fuerza que nos ayudará a cerrar nuestra grieta. Jesús dio el significado de la frase “permanecer en Cristo” cuando se comparó a una vid y a los creyentes como sus sarmientos: “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí” (Juan 15:4). Ese ejemplo nos ilustra la unión vital que existe entre cristianos y Jesucristo. La palabra “permaneced” básicamente quiere decir “quedarse”. Cada cristiano está inseparablemente enlazado a Cristo en todas las áreas de su vida. Nosotros dependemos de Él por la gracia y el poder para obedecer. Nos fijamos obedientemente en Su Palabra para instruirnos en cómo vivir. Le ofrecemos nuestra profunda adoración y alabanza, y nos sometemos a Su autoridad sobre nuestras vidas. Los cristianos conocen a Jesucristo como la fuente y sustentador de sus vidas. Jesús reiteró la importancia de permanecer como símbolo de fe verdadera cuando dijo, “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos” (Juan 8:31).
Para evitar un derrumbe espiritual inminente y mantener una vida espiritual sólida, es esencial construir una base firme en Cristo. Acepte a Cristo como su salvador personal ahora.
