3 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. 2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. 3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,[a] espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8 El viento[b] sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. 9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? 10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? 11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. 12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? 13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Juan 3:1-17
Pastor Jose Juarez
Notas de sermón:
Esta ilustración es tomada de sermons.com. Durante años, el inicio del programa de televisión «The Wide World of Sports» ilustró «la agonía de la derrota» con un doloroso final para un intento de salto de esquí. El esquiador parecía estar en buena forma mientras bajaba por el salto, pero luego, sin razón aparente, cayó de cabeza por el costado del salto, rebotando en la estructura de soporte hasta la nieve de abajo.
Lo que los espectadores no sabían era que eligió caer en lugar de terminar el salto. ¿Por qué? Como explicó más tarde, la superficie de salto se había vuelto demasiado rápida, y a mitad de camino por la rampa, se dio cuenta de que; si completaba el salto, aterrizaría en el terreno nivelado, más allá del área de aterrizaje inclinada segura, lo que podría haber sido fatal. Sorprendentemente, el esquiador no sufrió más que un dolor de cabeza por la caída. Cambiar el curso de la vida puede ser una tarea dramática y a veces dolorosa, pero el cambio es mejor que un aterrizaje fatal al final. Este es el problema que tiene Nicodemo. Jesús le dice a Nicodemo que se enfrenta a un aterrizaje fatal si no cambia de dirección. Pero Nicodemo sólo conoce un camino, y es el camino de la tierra. Es la única forma que cualquiera de nosotros conoce. De repente Jesús aparece en escena y comienza a hablar del Cielo, de nacer de nuevo. Nicodemo oye las palabras «Es necesario que nazcas de nuevo», pero está confundido. Así que pregunta: «¿Cómo puede una persona volver al vientre de su madre y salir de nuevo?»
Nos sorprende que Nicodemo esté tan confundido. Es un líder religioso y debería entender las lecciones espirituales, pero de alguna manera siente que se ha perdido alguna verdad crucial. Y hay una razón por la que va a Jesús. Él tiene la sospecha de que Jesús podría ser capaz de proveer ese detalle importante que faltaba. De alguna manera, Nicodemo se ha dirigido en la dirección equivocada y ahora debe cambiar su rumbo.
1. Primero, Nicodemo era un hombre religioso.
Este es un líder religioso que se acerca a Jesús de noche, posiblemente para que nadie lo vea conversando con Él (Juan. 3:1-2). Pertenece a los fariseos, la secta religiosa y política más estricta e influyente en Israel. A pesar de ser un distinguido maestro de las Escrituras, se interesó en Jesús luego de conocer las señales que Él realizaba (v. 2,10). Su nombre es Nicodemo. No importa cuán religiosos seamos, pero necesitamos ser más que simples espectadores de los milagros de Jesús. Necesitamos recibir en nosotros mismos el milagro del nuevo nacimiento (v. 3). Jesús nos da una condición: “En verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios” (v. 5). El que no nace del agua y del Espíritu “No entra al reino de Dios”. La religión de Nicodemo no puede salvarlo. Él necesita creer en Jesús, al igual que cada uno de nosotros. Los caminos del Espíritu son misteriosos para el hombre, pero Dios es soberano para hacer nacer de nuevo a hombres pecadores y obrar en ellos conforme a Sus propósitos. Nicodemo necesitaba respuestas a muchas de sus preguntas relacionadas con el Reino de Dios y el Salvador de Israel prometido en las escrituras, pero reconoció que Jesús, el cual había venido de Dios, le pudo responder sus preguntas. No importaba tanto conocimiento que tenia de las escrituras y su intento de guardar estrictamente la ley, estaba muy alejado de Dios. No podía entender el lenguaje espiritual con el que Jesús le hablaba, refiriéndose al nuevo nacimiento, el cual se basa en el arrepentimiento y la obra del Espíritu Santo en el corazón de cada persona (Lucas 17:21). El Señor le explica a Nicodemo sobre la Salvación y la Vida Eterna, utilizando parte de las escrituras donde Moisés levantó una serpiente de bronce en el desierto. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía. Números 21:9 Es así como, Nicodemo más adelante pudo entender la obra redentora de Jesucristo, cuando fue levantado en la cruz por los pecados de la humanidad. Concluyendo que, es que, ante la mordedura del pecado, el poner la mirada en Cristo tiene los mismos efectos de salvación. De Nicodemo aprendemos que: Aunque fue un hombre muy estudiado e intelectual, tuvo la humildad de acercarse a Jesús para aprender de Él. Y sabiendo el riesgo que estaba tomando, fue junto a José de Arimatea ante las autoridades romanas a pedir el cuerpo del Señor para sepultarlo (Juan 19:38-40). 38Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces vino, y se llevó el cuerpo de Jesús. 39También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras. 40Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, según es costumbre sepultar entre los judíos. Ahora encontramos a algunas personas en las iglesias que tienen títulos, carreras hechas, y algunos hasta tienen posiciones y cargos, y les llamamos hermanos en Cristo, maestros, diáconos, servidores, pastores, apóstoles, profetas, pero al igual que Nicodemo ¡NO HAN NACIDO DE NUEVO!
Es probable que algunos de nosotros al igual que Nicodemo hemos llegado de noche a Jesús, dentro de la iglesia nos llaman cristianos, pero no testificamos a Cristo frente a los demás Lucas 9:26 26 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles.
Ahora vemos como muchas personas se avergüenzan de ser cristianos, tienen temor de ser reconocidos por los hombres como seguidores de Jesús, no quieren ser criticados, no quieren recibir las burlas, no están dispuestos a padecer por causa de Cristo. Una persona que ha nacido de nuevo, que reconoce el sacrificio que Cristo hizo para salvarlo, estará dispuesta a padecer por causa del nombre de Cristo (Hechos 5:40-42) 40 Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. 41 Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. 42 Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo. Los títulos, cargos y los privilegios son dados por los hombres, pero la salvación únicamente por nuestro Dios por medio de la fe en Cristo.
2. En segundo lugar, Nicodemo era una persona poderosa.
Además de ser un fariseo, también a Nicodemo se le menciona como un «gobernante de los judíos», lo que indica su prominente posición en la sociedad judía y su probable membresía en el Sanedrín, que era el tribunal supremo de la nación judía durante ese tiempo. Nicodemo fue, sin duda, un personaje clave en la vida de Jesús. Pues su rango como parte del Sanedrín y como líder religioso judío establece un puente de diálogo entre el judaísmo y la fe cristiana naciente. La conversación nocturna que mantuvo con Jesús fue significativa, pues se exploraron conceptos vitales como el nuevo nacimiento y el amor de Dios al mundo. Es notorio que en la conducta de Nicodemo se refleja un camino de búsqueda personal, intercambio interreligioso y una transformación. Este hecho es muy relevante hoy en día, porque nos invita a mantener una mente abierta ante las distintas manifestaciones de fe y a buscar siempre la verdad y la justicia, independientemente de las circunstancias. Cuando vemos el poder de este personaje, nos damos cuenta que Nicodemo no era un fariseo común, era una persona de reconocida popularidad dentro del judaísmo de esos días. En (Juan 7:50) le vemos como miembro del Sanedrín, que era la corte suprema de los judíos. Además, Jesús dijo de él que era «maestro de Israel» (Juan 3:10).
Si pudiéramos esperar a alguien entre los judíos del que se pudiera reconocer que conociera la voluntad de Dios para el hombre, éste sin duda debería ser Nicodemo. Sin embargo, a través de la conversación con Jesús, vemos sus tremendas dificultades para comprender las verdades espirituales que le intentaba enseñar. Tomado de Escuela Bíblica.
Nicodemo fue uno de los hombres más poderosos e influyentes de todo Israel durante este período de tiempo. Nicodemo es un hombre rico, poderoso y religioso. cuando este hombre vino a Jesús, lo hizo humildemente y fue muy elogioso con Jesús. Llegó con algunas preguntas serias, pero me atrevo a decir que no esperaba la respuesta que recibió. Jesús le dijo: “¡Tienes que nacer de nuevo!, v. 3, 7. Seguramente, Nicodemo debió pensar que esto era un error. Después de todo, si miraras a este hombre y todo lo que tenía a su favor, ¡nunca esperarías que necesitara nacer de nuevo! ¡No Nicodemo! Tal vez ese borracho necesita ser salvado y nacido de nuevo. Tal vez esa mujer descarriada necesita el nuevo nacimiento. Bueno, esa vida desperdiciada en la cuneta necesita nacer de nuevo, pero alguien como Nicodemo, seguramente eso no se aplica a él. Tomado de Biblia.Work
La Biblioteca del Maestro
Continúo con la Biblioteca del maestro: Nicodemo era un hombre respetable Cuando caminaba por las calles, la gente sabía quién era y se lo señalaban a sus hijos. Fue tenido en gran estima por todos los que lo conocieron y lo vieron. ¡Él era, después de todo, una regla en Israel! Aun así, ¡lo que logramos no cambia lo que somos! Es bueno ser respetado y tener un buen nombre entre los hombres, pero eso no te dará un lugar en el Cielo.
Jesús enseñó que debemos dejar a un lado la vida vieja y pecaminosa para convertirnos en nuevas creaciones, transformadas, renovadas y reformadas por la gracia de Dios, no por obras personales. Jesús nos dijo que debemos «nacer de nuevo». Pablo escribió a los Corintios, “si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, han llegado cosas nuevas» (2 Corintios 5:17). Nuestra pasada vida pecaminosa murió con Cristo. La nueva vida nace de su resurrección. Nicodemo descifró algo de los misterios de Dios y el significado de la salvación en su conversación con Jesús. Poco después de que Jesús hablara de nacer de nuevo, nos entregó uno de los pasajes más famosos de las Escrituras, uno que resume la totalidad del Evangelio. «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3:16). El renacimiento espiritual y la nueva vida que se ofrecen a través de la gracia de Jesucristo, es más que una solución rápida para una enfermedad terrenal. Es una cura espiritual que nos permite experimentar y disfrutar de una eternidad espiritual con Cristo. Los fariseos habían caído tristemente en la trampa del legalismo y, al hacerlo, perdieron el corazón de Dios en Cristo. Para nacer de nuevo, debemos tener una nueva naturaleza, nuevos principios, nuevos afectos, nuevos objetivos, todo tiene que estar renovado. Renacido en Cristo, todo debe estar a propósito a Su imagen y voluntad. En Él, se nos dan nuevas visiones, motivaciones, un corazón nuevo y un nuevo comienzo.
Todos podemos tener un poco de fariseo en nosotros de vez en cuando, pero el Espíritu Santo llega a vivir dentro de nosotros para convencernos y guiarnos a la confesión y al cambio genuino. Cuando Nicodemo ocultó su interés y fe en Jesús, ganó cosas materiales: mantuvo su poder, su riqueza y posición. Pero perdió las enseñanzas valiosas de Jesús. Cuando permitimos que Jesús entre en nuestras vidas, Él se convertirá en nuestra prioridad, y nuestra paz. Nadie, ningún ídolo, dinero o relación se compara. Como seguidores de Jesús, nos damos cuenta de que Él vale mucho más que cualquier otra cosa o cualquier otra persona.
Si usted aun no ha creído en Jesús como su salvador hoy, permítame invitarle a venir a Jesús para salvación ahora mismo.
