Sunday Morning Service

Sermón de la Mañana #188 | DIOS TIENE EL CONTROL



Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. 2 Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. 3 Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos. 4 Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos. 5 Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman estos? 6 Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. 7 Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco. 8 Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: 9 Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? 10 Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones. 11 Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. 12 Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. 13 Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido. 14 Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.

Juan 6:1-14

Pastor Jose Juarez

Notas de sermón: 

Hay dos historias en Juan 6:1-21: la alimentación de los 5.000 y Jesús caminando sobre el agua durante una tormenta en el Mar de Galilea. Estas dos historias responden a dos preguntas importantes.

Primero, ¿cuándo 5 + 2 x 1 = 12? Matemáticamente, nunca. Pero en la historia de la alimentación de los 5.000, la fórmula de multiplicación funciona así: cinco hogazas de pan de cebada, más dos peces pequeños, multiplicado por Jesús, el único hombre que tiene el control, equivale a doce cestas de pan sobrante. El ingrediente clave en esa fórmula de multiplicación es Jesús, quien cuando le entregamos el control a él, realiza multiplicaciones, maravillas e incluso milagros. Dale a Jesús lo que tienes y él milagrosamente puede hacer mucho más de lo que puedes imaginar con ello. ¿Cómo ocurre este milagro de la multiplicación? Puede suceder siempre y cuando recordemos que Jesús tiene el control.

Segundo, ¿cómo podemos ser salvos de aquellas cosas de la vida que nos superan, nos abruman o amenazan con deshacernos? Cuando las tormentas de la vida nos amenazan, podemos recurrir a Aquel que es más fuerte que nosotros y más fuerte que las tormentas mismas. No podemos evitar las tormentas. Acuden a los buenos, a los malos y a los indiferentes. Así como Dios no promete guardarnos del valle de sombra de muerte, Dios no promete eliminar las tormentas de nuestras vidas. Por otro lado, Dios promete que podemos atravesar los valles y las tormentas de la vida si confiamos en que Jesús tiene el control.

Ese es el mensaje de ambas historias en Juan 1:1-21. En la primera historia, la alimentación de las 12.000 personas, Felipe se enfrentó a lo que parece ser un problema sin solución. Al ver la gran multitud, Jesús le pregunta: «¿Dónde compramos pan para que coma esta gente?» Jesús, los apóstoles y al menos 5.000 personas estaban en la región montañosa justo al norte del Mar de Galilea, sin ciudades cercanas. Hacía mucho tiempo que no comían. La pregunta que se le hace a Felipe parece no tener respuesta. Luego, otro de los apóstoles, Andrés, hizo una declaración que suena como una solución totalmente inadecuada. «Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos peces». Luego dijo lo que todos los que estaban cerca deben haber estado pensando: ¿Pero, qué son cinco panes y dos peces; entre tanta gente? Control: ¿quién tiene el control aquí? Ni Felipe, ni Andrés, ni la gente hambrienta, ni el niño con el almuerzo que su madre le preparó antes de irse de casa. Control: ¿quién tiene el control?…

En el capítulo 6, el apóstol Juan presenta a Jesús como el sustentador de la vida. Curiosamente el tema del pan está presente casi en todo el relato de dicho capítulo y comienza con uno de los milagros más sorprendentes que nuestro Señor realizo durante su ministerio, y a su vez constituye la cuarta señal en este evangelio, la multiplicación de los panes y los peces. Este milagro de la multiplicación de los cinco panes y dos peces se relata en los cuatro evangelios. Mundo Bíblico.

1.     1.   JESUS SE APARTA DE LAS MULTITUDES.

Después de haber cumplido su viaje misionero, los apóstoles volvieron a encontrarse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho. Es así que, el Señor los llamó aparte para que tuvieran un tiempo de descanso con él, pero su descanso se vio interrumpido por las multitudes que llegaron en su búsqueda.

En otra ocasión después que Jesús supo que Juan el Bautista había sido llevado hasta la muerte por Herodes Antipas, Mateo nos dice que decidió apartarse a un lugar desierto: Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado. Esta porción nos enseña la parte humana de Jesús. La acción de Jesús de tomar la decisión de salir fuera de la región de Galilea donde usualmente realizaba su ministerio nos indica que quería estar solo, porque las multitudes le seguían y a lo mejor su cuerpo humano estaba cansado de tanto trabajo. Según Juan nos da referencia a esta historia, ya tenía dos años de ministerio y todo el trabajo en este periodo había sido exhaustivo, trabajo que consistía en sanar a los enfermos, predicar el evangelio y enseñar en las sinagogas. También, Marcos nos dice que el propósito de apartarse a un lugar desierto era el de descansar: “Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado. Él les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer. Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto”, (Marcos 6:30-32). Por tanto, eso nos hace pensar que el cuerpo humano de Jesús se encontraba agotado y necesitaba un momento a solas, lejos de las multitudes que lo buscaban para un milagro, y es razonable que por esto decidió apartarse a un lugar desértico. En segundo lugar, podemos pensar que la noticia de la muerte de Juan el Bautista debió haber causado tristeza en el corazón de Jesús y eso junto con su cansancio físico, debió haberlo llevado a tomar la decisión para partir en una barca a un lugar desierto y apartado. Esto sin dudas es una clara muestra de la parte humana de Jesús. Tomado de Mundo Bíblico

Es maravilloso ver como el Señor se preocupa por las personas; primero por los discípulos para que tuvieran ocasión de descansar, y luego por las multitudes hambrientas y cansadas.

Pero aquí podemos ver también una lección para los obreros que dedican su vida a la obra del Señor: es importante tener tiempos de descanso junto al Señor. Porque el servicio en la obra del Señor produce un gran desgaste físico, emocional y espiritual. Diferente es con nuestras almas que han sido redimidas, que soportan más; no así nuestros cuerpos, que sólo pueden soportar cierta medida de esfuerzo y trabajo. Siempre debemos considerar que, es sabio apartar tiempo para recuperar fuerzas y también para buscar tiempos de intimidad con el Señor.

Marcos nos describe la actividad de esos días como muy agobiante: «eran muchos lo que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer». Viendo eso el Señor les llevó a un lugar desierto en busca de paz.

2.      2.  PARTICIPANDO EN LA OBRA DE JESUS.

Actualmente en el mundo tenemos una multitud de personas que están hambrientas, que son vistas, tal como las vio el Señor en ese momento, como ovejas que no tienen pastor, son multitudes necesitadas de esperanza, sedientas del amor de Dios, hambrientas de una palabra que les consuele, necesitadas del perdón de Dios. Vemos que Jesús no se enfoca en lo que no tenemos, no se enfoca en lo que nos hace falta, el mando a preguntar: ¿qué era lo que tenían?, y TENIAN cinco panes y dos peces, y como vimos esos cinco panes y dos peces puestos en las manos de Jesús serían suficientes para alimentar a esa multitud hasta saciarse y dice la escritura que sobraron doce cestas llenas. Observemos detenidamente que Jesús preguntó cuántos panes tenían, Jesús no fija su mirada en que hacía falta, porque Él obra con lo que tenemos no con lo que nos hace falta. Casi siempre lo que nos detiene para servir al Señor es lo que no tenemos, lo que nos hace falta, decimos: Si tuviera más tiempo, Si tuviera dinero, Si hubiera estudiado en el seminario, Si  tuviera más conocimiento de la escritura, etc

Con lo que contaban eran cinco panes y dos peces, es decir era muy poco para repartirlo entre toda la multitud, como humanos decimos es nada.

Pero esos cinco panes y dos peces en las manos de nuestro Señor son más que suficientes para saciar el hambre de toda una multitud, son más que suficientes para cambiarle la vida a miles de personas, pero todo EN LAS MANOS DE JESÚS.

El Señor no quiere que le ofrezcamos lo que no tenemos (2 Corintios 8:12) 12 Porque si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene. Él quiere que le entreguemos NUESTROS CINCO PANES Y NUESTROS DOS PECES.

Es probable que no tengamos dinero para la obra. Pero tengo tiempo para ir y ganar almas para Cristo. .

Es que soy muy tímido y no puedo salir a ganar almas, Pero puede dar dinero para ofrendar y diezmar para que otros salgan a predicar la palabra de Dios.

Pero se juntan las excusas. No tengo dinero y ni puedo salir a ganar almas. Entonces ore para que el Señor abra puertas para que más almas escuchen el evangelio en todas partes.

3 orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, (Colosenses 4:3) A lo mejor Dios le ha dado un talento que no está usando para la obra

Ahora Póngalo al servicio del Señor para edificación de la iglesia usted no espere ser llamado, entréguele al Señor sus panes y sus peces para bendición de su pueblo.

3.      3.  JESUS EL GRAN PROVEEDOR.

     Aquel día Jesús tomo los cinco panes y dos peces y los bendijo en presencia de todos e inmediatamente comenzó a partir el pan y a repartirlo a sus discípulos y estos a su vez los repartieron a las multitudes de tal forma que todos comieron hasta estar satisfechos y aun así sobraron doce cestas llenas: Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. Con este milagro Jesús nos muestra que puede saciar todas nuestras necesidades porque Él es nuestro pastor que vela por nuestro bienestar: “Jehová es mi pastor; nada me faltará”, (Salmo 23:1). En tiempos de Jesús el pescado y el pan era el alimento básico de la región. El pan para los pobres generalmente era elaborado de cebada, y los pececillos eran del tamaño de unas sardinas, generalmente los preparaban para conservarlos en medio del calor del desierto. El evangelio según Juan es el único de los cuatro evangelios que especifica que fue un muchacho quien tenía los cinco panes y dos pececillos, no sabemos si fue Andrés quien descubrió a este muchacho con su comida o fue el muchacho mismo quien llevo ante Jesús sus alimentos para que éste los usara, pero a los ojos  de los discípulos lo era muy poco. Aquí podemos ver un principio espiritual muy importante en cuanto al sostenimiento y satisfacción de nuestras necesidades y es poner a los pies de Jesús lo poco que tengamos, porque Él los multiplicará. Mundo Bíblico

 Si confiamos en Él Señor y somos obedientes Él suplirá todo lo que nos haga falta. Él es el dueño de todo lo existente en el universo. Ponga su vida a disposición de Él le dará la solución a sus necesidades y le promete la vida eterna, crea en Cristo Jesús como su salvador y Señor, ahora es el día de salvación

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