Sunday Morning Service

Sermón de la Mañana #189 | HAMBRE DEL ALMA



24 Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús. 25 Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá? 26 Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. 27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a este señaló Dios el Padre. 28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? 29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado. 30 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer. 32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. 33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. 34 Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. 35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

Juan 6:24-35

Pastor Jose Juarez

Notas de sermón: 

Sermon’s.com   nos da una ilustración así: Jesús nos presenta esa hambre insaciable dentro de nosotros que con demasiada frecuencia intentamos apaciguar a través de estrategias de adormecimiento, como el alcohol, el ejercicio, la comida u otros medios. En lugar de enfrentar las cosas de frente, a menudo intentamos anestesiar nuestra pena, nuestro dolor, nuestra culpa, vergüenza o vacío llenando nuestros corazones y estómagos con cosas poco saludables.

A las culturas asiáticas les gusta llamar a estos antojos insaciables nuestro «fantasma hambriento». Visualizan el arquetipo del «fantasma hambriento» como una figura malsana y escuálida con un vientre hinchado por ingerir todas las cosas equivocadas del mundo en lugar de buscar la satisfacción espiritual. Si bien el concepto del «fantasma hambriento» proviene de la espiritualidad asiática, para los cristianos, el significado resuena con lo que Jesús está describiendo en nuestras escrituras para hoy. Jesús acababa de terminar de alimentar a unas 10.000 personas (hombres, mujeres y niños) en la orilla de una colina, y ahora buscaba un respiro de la multitud que lo seguía. Pero continuaron buscándolo y encontrándolo. Pero, ¿por qué razón?

Jesús se detiene en nuestra escritura de hoy y confronta a los que lo siguen, diciéndoles que no lo están buscando por las razones correctas.

Y la palabra de Dios nos muestra en la profecía del profeta Amos que vendrán días en que todo el mundo sufrirá la peor hambruna que el hombre ha podido experimentar, pues será generalizada no solo en los países pobres sino en los países ricos industrializados, de mar a mar, desde el norte hasta el sur y de oriente a poniente, habrá hambre en la tierra, pero no piense que será hambre de alimentos; sino hambre y sed espiritual, es decir hambre y sed de la palabra de Dios. Lo grave de esta hambruna es porque no van a tener la palabra de Dios o sea que no tendrán salvación, no tener esperanza para la vida, no tener vida espiritual ya que la palabra de Dios es vida para nuestra alma.

Muy pronto la iglesia de Cristo será quitada de este mundo y la palabra de Dios escaseará, las iglesias cerrarán sus puertas, y los pastores ya no predicarán, ya no tendrán la libertad de llevar a todos el mensaje de salvación, las personas tendrán hambre y sed de la palabra de Dios, pero no la encontrarán. Tendrán hambre y sed del pan espiritual pero no encontrarán el pan y no serán saciados. Ahora en nuestros días lastimosamente está ocurriendo todo lo contrario a la profecía del profeta Amos, tenemos pan en abundancia, tenemos palabra de Dios las 24 horas del día por medio de la radio, la televisión y el internet, tenemos iglesias donde congregarnos, tenemos pastores que nos predican la palabra de Dios, es decir tenemos pan, pero no tenemos hambre.

La palabra de Dios nos muestra en la profecía del profeta Amos que vendrán días en la que la humanidad sufrirá la peor hambruna que el hombre puede experimentar, pues será generalizada no solo en los países pobres sino en los países ricos, de mar a mar, desde el norte hasta el oriente, habrá hambre en la tierra, pero no será hambre de alimentos sino hambre y sed espiritual, es decir hambre y sed de la palabra de Dios. Lo grave de esta hambruna es porque, no tener palabra de Dios; significa no tener salvación, no tener esperanza para la vida, no tener vida espiritual pues la palabra de Dios es vida para nuestra alma. Un día la iglesia de Cristo será quitada de este mundo y la palabra de Dios escaseará, las iglesias estarán cerradas, los pastores ya no predicarán, ya no tendremos libertad para llevar a todos el mensaje de salvación, las personas tendrán hambre y sed de la palabra de Dios, pero no la encontrarán. La gente tendrá hambre y sed del pan espiritual pero no encontrarán el pan y no serán saciados.

¿Cómo se manifiesta en nuestra vida cristiana esa falta de hambre espiritual?

1.       MENOSPRECIANDO LA COMIDA DEL SEÑOR EN LA IGLESIA (MALAQUIAS 1:6-7)

6 El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? 7 En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable.

Jesús se llama a sí mismo el Pan de vida, el que creé en Él no tendrá hambre ni sed. Jesús es la verdadera comida, Jesús es la verdadera bebida. Muchas de estas personas de toda aquella multitud de 5, 000 hombres (sin contar mujeres y niños), decidieron tomar unas barcas y atravesar el mar de Galilea en busca de Jesús ya que pasó la noche y se dieron cuenta que ya no estaba con ellos. Pero ya vimos que las motivaciones que impulsaban a estas personas a seguir a Jesús no eran nobles ya que solo lo buscaban porque les había dado de comer y no porque realmente buscaran los intereses del reino de los cielos. Jesús conoce las verdaderas intenciones de los hombres y por ello les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Aquellas personas estaban allí no porque buscaran el reino de Dios y su justicia, sino porque veían en Jesús la posibilidad de que les satisficiera todas sus necesidades. En nuestra sociedad las personas viven trabajando por aquello que no les da la vida eterna. Necesariamente, todos debemos trabajar para devengar un salario, y mantener a nuestra familia y superarnos; pero lo malo es cuando nuestra prioridad es el trabajo únicamente, y lo espiritual queda relegado a segundo plano. Cuando esto es así corremos el peligro de poner en riesgo nuestra vida eterna y perder nuestra oportunidad de salvación por vivir afanado buscando la comida que no da vida eterna, tal y como lo dijo nuestro Señor Jesucristo. Muchos me llaman nuestro Señor, pero lo menospreciamos cuando no llegamos a su mesa, el alimento espiritual que con amor prepara para nosotros y lo sirve por medio de los ministros en las iglesias. La gente prefiere comer en la mesa del banquete del mundo lleno de cosas que no sacian, nos alimentamos de materialismo, de felicidad comprada, de vanidad, pero nuestro corazón está vacío. El Señor nos llamó con su amor a la casa del banquete que es su iglesia (Cantares 2:4) Me llevó a la casa del banquete, Y su bandera sobre mí fue amor. Pero es evidente que muchos de nosotros como iglesia, que somos la novia del cordero preferimos comer en la mesa de los que no tienen su amor con nosotros, y llenamos nuestra vida de alimentos que no nos alimentan, sino que nos causan daño a nuestra vida (Proverbios 23:6-8) No comas pan con el avaro, Ni codicies sus manjares; 7 Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo. 8 Vomitarás la parte que comiste, Y perderás tus suaves palabras.

2.      TENER EL ALIMENTO EN LA CASA Y NO COMERLO (1 Pedro 2:2) 

2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 

 Si el cuerpo está funcionando bien, vamos a tener hambre y sed. Pero si no tenemos hambre y sed es porque estamos enfermos. Es la falta de hambre lo preocupante, para satisfacer nuestra hambre y sed que es lo que está fallando. La leche espiritual no adulterada es la palabra de Dios, y el Señor nos manda a desearla como niños recién nacidos, ya que el niño desea alimentarse de día y de noche de la leche de su madre. En nuestros hogares, todos tenemos una Biblia o a veces cada miembro de la familia tiene su propia Biblia, hoy en la actualidad existen Biblias en los teléfonos y en las Ipods, hay mucho pan, pero no tenemos el hambre de leerla, pasamos días y hasta semanas sin leer la palabra de Dios. Es por eso que el Señor tiene que llevar a la gente al desierto de los problemas, de las enfermedades, de la escasez, para hacerlos volver a sentir hambre por su palabra (Deuteronomio 8:2-3)  2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. 3 Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. Es importante señalar que la leche espiritual debe ser «no adulterada». Esto significa que debe ser pura y sin mezclas de falsas enseñanzas o filosofías humanas. La palabra de Dios es nuestra fuente de alimento y es vital que nos alimentemos y crezcamos correctamente en nuestra fe. ¿Y cómo puedo hacer para alimentarme? Una forma práctica es a través del estudio diario de la Biblia y meditar en ella. Debemos desear con ansias la leche espiritual pura y buscarla diligentemente.

Continúa en importante rodearnos de hermanos en la fe que puedan edificarnos y fortalecernos en nuestra vida espiritual. Asistir a la iglesia regularmente y participar en grupos de estudio bíblico es de gran ayuda en el crecimiento. También debemos estar dispuestos a renunciar a todo lo que nos contamina y nos aleja de Dios, y buscar siempre vivir una vida santa y agradable a su vista.

3.APARTARNOS DEL VERDERO EVANGELIO (2 TIMOTEO 4:1-3)

2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,

El Apóstol Pablo habla de una confrontación entre la “Sana Doctrina” y la “Comezón de Oír”. Esta tensión nos indica que cada una de ellas tendrá ciertos síntomas o características.

 La Sana Doctrina No se quiere escuchar por parte de quienes no la quieren vivir. (Para ellos, la Sana Doctrina, son palabras “ofensivas” es muy aburrida.

 Y por eso es que La Sana Doctrina tiene cada vez menos predicadores. La gente no quiere que se le confronte con la verdad…ELLOS SOLO QUIEREN OIR LO QUE LES CONVIENE.  La sana doctrina se predica con la verdad inconmovible de Dios.  (Todo predicador debe hablar de acuerdo a la Biblia, lo demás debe desecharse. Pablo le mando a Timoteo que predicara la palabra de Dios, el verdadero pan espiritual, esa palabra que nos hace ver nuestros pecados, nos reprende, nos exhorta y nos enseña la sana doctrina.

La comezón de oír produce un rechazo a la sana doctrina. La gente se acostumbró a escuchar otras cosas, y cuando escucha SANA DOCTRINA, ya no le gusta. Se desvía de la verdad y entra en las medias verdades para luego meterse en el tema de la mentira. (y casi todo lo cree, aunque no esté apegado de la verdad).

Pero como dice el apóstol Pablo en el mundo moderno las personas tienen comezón de oír, pero no tienen hambre de la palabra de Dios, tienen comezón de oír cosas nuevas, comezón de oír nuevas revelaciones, nuevos movimientos del Espíritu, pero no quieren recibir la sana doctrina del Señor. Hoy quieren oír de prosperidad, de ser rico, de tener éxito, pero no quieren escuchar el mensaje de salvación y no quieren ser confrontados con su pecado. Hoy en el presente la iglesia de Cristo sigue ofreciendo el pan de vida que es Cristo Jesús, ese pan que da vida, que da esperanza, que da paz, ese pan que satisface el alma (Mateo 5:6) Pero mucha gente, cristianos también prefieren buscar información sobre extraterrestres, sobre como existen esos enigmas del universo, queremos llenar con la ciencia el hambre y la sed de nuestra vida y menospreciamos el pan de vida que es Cristo Jesús. Si en su vida no tiene paz, si se siente culpable, hay dificultades, hay stress por las situaciones que está viviendo, busque al Señor Jesús, el pondrá el Espíritu Santo en su corazón y le hará entender todas sus promesas para su vida. No debemos esperar más, rindamos nuestra vida a Jesús y va a experimentar esa paz que sobrepasa todo entendimiento.

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