Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza. una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento.
Apocalípsis 12:1
Pastor Jose Juarez
Notas de sermón:
En el capítulo 12, de Apocalipsis Juan ve la visión de una mujer “vestida de sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.” (Apocalipsis 12:1). Veamos la igualdad entre esta descripción y la descripción que dio José a su padre Jacob (Israel) y a su madre y sus hijos (Génesis 37:9-11). 9 Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. 10 Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? 11 Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto. Podemos deducir que las doce estrellas se refieren a las doce tribus de Israel. Por lo tanto decimos que la mujer en Apocalipsis es Israel.
Hay otra evidencia para esta interpretación, porque Apocalipsis 12:2-5 habla de una mujer con un niño y dando a luz. Es evidente que la Biblia habla que María dio a luz a Jesús, también es verdad que Jesús, el Hijo de David de la tribu de Judá, provino de Israel. Y por ese lado, Israel dio a luz – o sacó a la luz – a Jesucristo. El versículo 5, nos dice que el niño de esta mujer “regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.” Esto claramente describe a Jesucristo. Jesús ascendió al cielo (Hechos 1:9-11) y un día establecerá Su reino en la tierra (Apocalipsis 20:4-6), y Él la gobernará con perfecto juicio (la “vara de hierro”; ver Salmo 2:7-9)
El refugiarse la mujer en el desierto por 1,260 días, es referido al tiempo futuro llamado la Gran Tribulación. Mil doscientos sesenta días, son 42 meses (de 30 días cada uno), lo cual es lo mismo que 3 ½ años. A la mitad del período de la Gran Tribulación, dice que el Anticristo colocará una imagen de sí mismo en el templo que se construirá en Jerusalén. Esta es la abominación de que Jesús habló en Mateo 24:15 15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), y Marcos 13:14. 14 Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes. Cuando él Anticristo haga esto, romperá el pacto de paz que había hecho con Israel, e Israel tendrá que huir para protegerse – posiblemente a Petra (ver también Mateo 24; Daniel 9:27). Petra, que en el griego antiguo significa “piedra”, se encuentra en un valle bastante angosto que está ubicado al este del Valle de la Aravá. Específicamente, el asentamiento está en la región montañosa de Edom a una altitud de entre 800 y 1396 metros sobre el nivel del mar. El lugar donde se encuentra Petra está cerca de la frontera con Israel, al sureste de Jordania. Esta huída de los judíos es ilustrada como la mujer huyendo al desierto. Apocalipsis 12:12-17 habla de cómo el diablo hará guerra contra Israel, tratando de destruirlo (Satanás sabe que le queda poco tiempo, relativamente hablando – ver Apocalipsis 20:1-3, 10). También revela que Dios sustentará a Israel en el desierto. Apocalipsis 12:14 dice que Israel será protegida del diablo por “un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo” (“un tiempo” = 1 año; “tiempos” = 2 años; “la mitad de un tiempo” = medio año; en otras palabras, 3 ½ años.) Los judíos han sido perseguidos durante miles de años. Desde la antigüedad, la época precristiana hasta el antisemitismo contemporáneo en el mundo islámico, el pueblo judío ha sido implacablemente señalado, marginado y asesinado. Tomado de Studyiando y continúa Durante el Holocausto del siglo XX, los nazis asesinaron sistemáticamente a millones de judíos. Aunque el Holocausto fue el ejemplo más sangriento y destructivo de antisemitismo en la historia. Lo primero que ve Juan en esta visión fue una gran señal. Lo que Juan vio parecía ser enorme, en tamaño o en significado. Sēmeion (señal) describe un símbolo que señala una realidad. El método literal de interpretar las Escrituras nos permite el uso de lenguaje simbólico, pero se entiende que señala una realidad literal. En este caso, muestra que la mujer que vio Juan no era una mujer real. Además, la alusión al “resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (v. 17), muestra que esta mujer es una madre simbólica. La mujer es la segunda de cuatro mujeres simbólicas identificadas en Apocalipsis. La primera, aunque una mujer real, tenía el nombre simbólico Jezabel (2:20). Ella era una maestra falsa y simboliza el paganismo. Otra mujer simbólica, descrita como una ramera, aparece en 17:1-7. Ella representa la iglesia apóstata. La cuarta mujer, descrita en 19:7-8 como la esposa del Cordero (cp. 2 Co. 11:2), representa a la verdadera iglesia. Algunos afirman que la mujer en esta visión representa a la iglesia, pero como el contexto pone en claro (cp. v. 5), ella representa a Israel. El Antiguo Testamento también representa a Israel como una mujer, la adúltera esposa del Señor (Jeremías. 3:1, 20; 1 Dicen: Si alguno dejare a su mujer, y yéndose esta de él se juntare a otro hombre, ¿volverá a ella más? ¿No será tal tierra del todo amancillada? Tú, pues, has fornicado con muchos amigos; mas ¡vuélvete a mí! dice Jehová. 20 Pero como la esposa infiel abandona a su compañero, así prevaricasteis contra mí, oh casa de Israel, dice Jehová. Ezequiel 16:32-35; Oseas.2:2), a quien Dios finalmente restaurará para sí (Isaías. 50:1). Así dijo Jehová: ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿O quiénes son mis acreedores, a quienes yo os he vendido? He aquí que por vuestras maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre.
Una alusión al arca del pacto (11:19) 19 Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.
Esto hace identificar a la mujer como Israel. Lo que hace que Israel desempeñe un papel fundamental en el tema de los postreros tiempos. La semana setenta de la profecía de Daniel (la tribulación) tendrá que ver con Israel, tal y como sucede con las primeras sesenta y nueve (cp. Daniel. 9:24-27). 24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. 25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.
El comentario Mac Arthur Nuevo Testamento dice: La figura de Israel en los últimos tiempos concuerda con la promesa de Dios con relación a su continua existencia como nación.
Además de eso, la presencia de Israel durante la semana setenta de la profecía de
Daniel está en armonía con las promesas de Dios a la nación de un reino (Is. 65:17-25; Ez.
37:21-28; Dn. 2:44; Zac. 8:1-13) y salvación nacional (Zac. 12:10–13:1; 13:8-9; Ro.
11:26).
Siendo a menudo instrumento del juicio de Dios, Satanás ha perseguido al pueblo judío a lo largo de su historia. Él sabe que destruir a Israel haría imposible que Dios cumpliera sus promesas al pueblo judío. Dios no le permitirá hacerlo, pero usará a Satanás para castigar a Israel. No es ninguna sorpresa que el diablo intensificará su persecución a Israel al acercarse el establecimiento del reino milenario. Como se observó antes, la séptima trompeta tocará casi al final de la tribulación. Quedarán solo semanas, o cuanto más algunos meses, desde ese momento hasta la venida del Señor Jesucristo. Acabándosele el tiempo (cp. v. 12), el pueblo judío se convertirá en un blanco especial del odio de Satanás y de sus destructivos ataques. Juan vio que la mujer estaba vestida del sol, y tenía la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Esa descripción refleja el sueño de José, que se registra en Génesis 37:9-11: Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto. En la metáfora del sueño de José, el sol representa a Jacob, la luna a Raquel, y las once estrellas a los hermanos de José. La alusión al sueño de José es apropiada, ya que su vida se asemeja a la historia de Israel. Ambos soportaron la indignidad del cautiverio en las naciones gentiles, pero fueron al final librados y exaltados a un lugar de eminencia en un reino.
El que la mujer estuviera vestida del sol refleja la gloria, de la redimida Israel, debido a su condición exaltada como nación escogida de Dios (cp. Dt. 7:6; 14:2; 1 R. 3:8; Sal. 33:12; 106:5) Is. 43:20). 20 Las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido.
También la vincula con Jacob (el sol en el sueño de José), un heredero en el pacto abrahámico; la continua existencia de Israel como nación refleja el cumplimiento en curso de ese pacto (cp. Gn. 12:1-2). 12 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. La alusión a la luna debajo de sus pies pudiera ser una descripción adicional de la condición exaltada de Israel. También pudiera incluir el concepto de la relación de pacto de Dios con Israel, ya que la luna era parte del ciclo de los tiempos reglamentarios de Israel para la adoración (cp. Nm. 29:5-6; Neh. 10:33; Sal. 81:3; Is. 1:13-14; Col. 2:16). Nehemías 10:33. 33 para el pan de la proposición y para la ofrenda continua, para el holocausto continuo, los días de reposo,[a] las nuevas lunas, las festividades, y para las cosas santificadas y los sacrificios de expiación por el pecado de Israel, y para todo el servicio de la casa de nuestro Dios.
La corona (stephanos; la corona asociada con el triunfo en medio de sufrimientos y batallas) de doce estrellas (siendo José la duodécima) en la cabeza de la mujer se refiere a las doce tribus de Israel. Después de describir la forma en que estaba vestida la mujer, Juan observó su condición: estaba encinta. Esa también es una conocida metáfora neotestamentaria que describe a Israel (cp. Is. 26:17-18; 66:7-9; Isaías 26:17-18. 17 Como la mujer encinta cuando se acerca el alumbramiento gime y da gritos en sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jehová. 18 Concebimos, tuvimos dolores de parto, dimos a luz viento; ninguna liberación hicimos en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo.
Jer. 4:31; 13:21; Mi. 4:10; 5:3). El que la mujer estuviera encinta confirma aun más su identificación como Israel; la Iglesia no puede ser madre, ya que aun no está casada (2 Corintios 11:2). 2 Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo. Estando encinta, la mujer clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. Al igual que una mujer cuando está de parto siente dolor, así la nación de Israel tenía dolor, esperando por la llegada del Mesías. La causa de parte del dolor es la persecución por parte de Satanás, quien intenta destruir a la madre. La nación tuvo dolor cuando el Mesías vino la primera vez. Así será en su Segunda Venida. Desde la primera promesa de un Redentor que lo destruiría (Gn. 3:15), Satanás ha atacado a Israel. Durante siglos, Israel ha agonizado y sufrido, anhelando al Hijo que vendría a destruir a Satanás, el pecado y la muerte, y que establecería el reino prometido. Ninguna nación en la historia ha sufrido tanto tiempo o tan duramente como Israel, tanto por el castigo de Dios, como por los furiosos esfuerzos de Satanás por destruir a la nación a través de la cual vendría el Mesías. Luego de describir los agonizantes dolores de parto de la mujer, Juan presenta la causa de su sufrimiento. Comentario Mac Arthur Nuevo Testamento. Acepte a Cristo como su Salvador personal.
