6 Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de Madián por siete años. 2 Y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel, por causa de los madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fortificados. 3 Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas y amalecitas y los hijos del oriente contra ellos; subían y los atacaban. 4 Y acampando contra ellos destruían los frutos de la tierra, hasta llegar a Gaza; y no dejaban qué comer en Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos. 5 Porque subían ellos y sus ganados, y venían con sus tiendas en grande multitud como langostas; ellos y sus camellos eran innumerables; así venían a la tierra para devastarla.
Jueces 6:1-5
Notas de sermón:
Después de la muerte de Deborah y Barak, durante todo ese tiempo se mantuvieron en la adoración a Dios, y que, tal vez, vivían bastante cerca de los cuarenta años de descanso, o de los veinte años de su victoria sobre Jabin; Pero se murieron estos líderes y, los hijos de Israel cayeron a la idolatría, ya que ese fue el pecado que cometieron.
En el mundo andaremos solos por él camino; no hay otra persona, puesto que cada uno somos diferentes al otro. La voluntad y el plan de Dios es diferente para cada individuo; por lo tanto, solo un individuo puede caminar por ese camino.
Los madianitas eran gente era gente que vivía en el desierto y descendían de la segunda esposa de Abraham, Cetura (Génesis 25:1-2). De esta relación surgió una nación que siempre estuvo en conflicto con Israel. Años antes los israelitas, cuando todavía peregrinaban en el desierto con Moisés, lucharon contra los madianitas y casi los destruyeron completamente (Números 31:1-20). Debido a que no los aniquilaron totalmente, como había ordenado Dios, la tribu volvió a poblarse. Aquí estaban de nuevo oprimiendo a Israel.
¿Conoce usted a alguien que pueda ayudarle? ¿Hay alguien que esté dispuesto a ayudarle? ¿En cuál camino anda, en el que Dios le tiene preparado, o en el que usted ha escogido? y usted dice: Esto es lo que quiero hacer en mi vida. Por eso, llevo esta vida. Y voy a hacerlo como mejor me place.
Estamos viviendo en un mundo cada vez más caótico, en el siglo veinte vimos la persecución brutal de judíos y de cristianos fieles en países como Alemania, Rusia y China y ahora, el pueblo de Dios sigue enfrentando tortura y muerte en países de todo el medio Oriente, África y Asia Incluso en las naciones Occidentales que por mucho tiempo han mantenido principios cristianos, la represión de la expresión y las prácticas cristianas cada día aumentan más. Piense en esto y considere el mundo en el que vive hoy; es un mundo muy complejo y, es muy malo. Hay mucho dolor, error, la gente sufre, hay mucha aflicción, malos líderes, enseñanzas y filosofías falsas. ¿Cómo puedo saber si estoy en la senda correcta?
Nos preguntamos, ¿Habrá alguien que pueda darnos direcciones correctas para correr la vida, en cualquier campo? ¿O lo hacemos solos por nuestra propia cuenta? Hay muchos que creen que pueden lograrlo sin Dios; intentan vivir tomando decisiones que no toman en cuenta a nadie más. Esas decisiones, a veces, son buenas y, otras veces, malas.
En este caso Dios trajo a Israel hacia la servidumbre por medio de la opresión de los madianitas. Este fue un ejemplo de la gracia y misericordia de Dios hacia Israel porque la opresión les haría correr de regreso hacia Dios. Hubiera sido peor si Dios les hubiera dejado solos.
1. BUSCANDO LA DIRECCION DE DIOS. Jeremías 42:1
Leemos en Jeremías 42:1. que los capitanes de las fuerzas del remanente de los judíos fueron a Jeremías después de la deportación de sus compatriotas a Babilonia, y le dijeron: «Ruega por nosotros al Señor tu Dios, para que nos muestre el camino por el cual podemos caminar. y lo que podemos hacer «, e incluso obligados por un juramento solemne a obedecer la voz del Señor, y hacer lo que sea que él les ordene por boca de Jeremías. Es en esos momentos de incertidumbre que debemos clamar a Dios y pedirle que nos muestre el camino, que nos muestre la verdad y nos corrija si es necesario. Buscar a Dios en estos momentos es fundamental para mantenernos en el camino correcto y evitar errores que puedan desviarnos de nuestro propósito. Es vital entender que Dios es nuestro Padre lleno de amor y sabiduría, que está dispuesto a mostrarnos el camino que debemos seguir. El deseo de Él es que caminemos en la verdad y en la voluntad perfecta que tiene para nosotros. Porque si hay algo en nuestra vida que estamos haciendo mal, su dirección nos dirá lo que debemos hacer, confiemos en Él, porque no corrige para condenarnos, sino para corregirnos y llevarnos por la senda de la rectitud. Dios nos corrige con amor, siempre buscando nuestro bienestar y crecimiento espiritual. la Biblia nos enseña que buscar la dirección de Dios no solo es necesario en momentos de crisis, sino que debe ser una práctica constante en nuestra vida. Proverbios 3:5-6 nos exhorta a confiar en el Señor con todo nuestro corazón y no apoyarnos en nuestra propia prudencia. Al reconocerlo en todos nuestros caminos, Él enderezará nuestras veredas. Esta promesa nos asegura que, si buscamos a Dios y estamos dispuestos a seguir su guía, Él nos dirigirá hacia caminos de bendición y plenitud. Su palabra nos enseña que buscar la dirección de Él no solo es necesario en momentos de crisis, sino que debe ser una práctica constante en nuestra vida. Proverbios 3:5-6 nos llama a confiar en el Señor con todo nuestro corazón y no apoyarnos en nuestra propia prudencia. Al apoyarnos en Él en nuestras decisiones, Él enderezará nuestras veredas. Esta promesa nos asegura que, si buscamos a Dios y estamos dispuestos a seguir su guía, Él nos dirigirá hacia caminos de bendición y plenitud.
2. PEDIR CONSEJO A LA PALABRA DE DIOS. Proverbios 3: 5-6
La confianza en la palabra Dios es la base para recibir Su dirección. Casi siempre, confiamos en nuestras habilidades, nuestras experiencias para tomar decisiones, pero este enfoque hace a un lado la sabiduría infinita de Dios. Tener fe implica rendir nuestro control y depender completamente de Su soberanía. Este nivel de confianza requiere humildad para reconocer nuestras limitaciones y la grandeza de Dios. Existen ejemplos bíblicos para mostrar esta verdad. Abraham confió en Dios al dejar su tierra sin saber adónde iba (Génesis 12:1-4). Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. 4 Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.
Aunque enfrentó muchas dudas, su fe lo llevó a ser bendecido y convertirse en el padre de una nación. En el caso contrario, el rey Saúl perdió la dirección divina al confiar en su propio juicio, desobedeciendo las instrucciones de Dios (1 Samuel 13:8-14). 8 Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. 9 Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto. 10 Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. 11 Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, 12 me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto. 13 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. 14 Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105).
La palabra de Dios es la principal fuente de dirección divina. Conforme a ella, Dios nos revela Su carácter, principios y voluntad para nuestras vidas. En ella encontramos sabiduría experiencial y eterna que nos ayuda a tomar decisiones en consonancia con su propósito.
El salmista compara la Palabra de Dios con una lámpara, iluminando nuestro camino en un mundo lleno de oscuridad y confusión. En tiempos de duda, la Escritura ofrece claridad, mostrando qué decisiones honran a Dios y cuáles debemos evitar. Por ejemplo, el mandamiento de amar a nuestros enemigos (Mateo 5:44) Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
nos guía en relaciones difíciles, mientras que principios como la mayordomía nos enseñan a administrar nuestros recursos (Proverbios 3:9-10). Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; 10 Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.
Buscar la dirección de Dios sin recurrir a Su Palabra es como intentar navegar sin un mapa. Al incorporar la lectura bíblica en nuestra vida diaria, encontramos la guía necesaria para caminar en Su voluntad y experimentar Sus bendiciones. (Alejandro Rodríguez)
Para iniciar bien en la búsqueda de la dirección de Dios, es ir a Él en oración y decirle honestamente que de verdad queremos conocer Su voluntad al respecto.
Cuando comparamos nuestras decisiones con la Palabra de Dios nos trae luz a las situaciones que estamos atravesando, sin embargo, a veces no es entendible. Pero la palabra de Dios es completa, y sus palabras llenas de vida (Hebreos4:12) nos guiarán más cerca de Él y de Su dirección en cualquier situación que enfrentemos. 12Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Por eso es que la palabra de Dios es la lámpara y la luz a seguir: Usted no necesita caminar en la oscuridad no necesitamos tener que caminar en la oscuridad tratando de descubrir nuestro camino o sugerir caminos que nos interpreten posibles señales. La palabra de Dios proporciona toda la luz que necesitamos para encontrar nuestro camino (Salmo 119:105). Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
Busquemos la sabiduría permitiendo que la palabra de Dios comience a iluminar nuestro camino.
La búsqueda de Dios es un viaje individual, resulta único para cada uno de nosotros. Es probable que sea un camino lleno de dificultades y desafíos, pero puede ser también un camino de paz, de esperanza y de amor. Este camino comienza en el interior de nuestro ser, y nos conduce a través de las experiencias de la vida y termina cuando nos encontramos con el amor y la gracia de Dios. Acepte a Cristo hoy y entréguele su vida que Él sabrá que hacer con usted.
