Sunday Morning Service

Sermón de la Mañana #209 | DOMINGO DE RAMOS



7 y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima. 8 Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. 9 Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!

Mateo 21:7-9

Notas de sermón: 

Este evento destaca la última semana en la vida de Jesús, en ese momento ya había completado su Ministerio, ya había preparado a sus discípulos, les había enseñado su doctrina, y estaba por cumplir el propósito de su venida al mundo que es salvarlo. Hay cosas que son inevitables en el ser humano y una de esas es el encuentro con la muerte, Jesús sabe que la hora ha llegado y habrá que tener el encuentro. Jesús tiene una cita con el plan de su Padre; Jesús va a encontrarse con el final de su misión. Se llegó la hora, y el lugar de encuentro es Jerusalén. En Jesús, el Padre mismo viene a visitar a su pueblo elegido, a enfrentarle y a hacerles tomar una decisión.

Y es que ese mismo histórico momento salvífico se está repitiendo una vez más. Se está repitiendo aquí y ahora. Jesús tiene una cita con usted; y conmigo, Jesús tiene una cita salvadora, un momento donde su presencia salvadora nos llaman a un momento de encuentro y decisión. La hora es ya, y el lugar de encuentro es este y no importa el lugar. En Jesús, Dios mismo viene a visitarnos, a enfrentarnos y a llevarnos a tomar una decisión.

1.       La encomienda extraña a dos de sus discípulos.

El Mesías esperado, el que había de venir, el Rey pacifico, cuyo gobierno sería salvífico, no es otro que Jesús de Nazaret. Su cabalgata en un potrito joven y dócil, es señal y confirmación de su ministerio de paz. Su palabra aguda, segura y certera, deja claro que su misión proviene de Dios. Esto tomó lugar para cumplir lo dicho por el profeta: “Di a la Hija de Sion, ‘Mira, tu rey viene a ti, manso y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.’ Nuestro Señor determinó entrar en Jerusalén con toda esta algarabía, cinco días antes de su muerte, para que se cumpliera la escritura, ya que en el libro del Éxodo se establecía que cinco días antes de la Pascua llevasen el cordero pascual al lugar santo con ramos y cánticos (Éxodo 12). Y esta entrada de nuestro Señor fue tan célebre, como jamás en el mundo hubo otra igual, tanto para los emperadores como para los reyes de la época. Muchas veces había entrado Jesús antes en Jerusalén, pero nunca le habían hecho tanta fiesta; y ahora, que va a morir, sí. Y esto lo hizo para que todos nos sintamos obligados a darle gracias a Dios por su gran misericordia, puesto que, para redimirnos a grandes y pequeños, quiso morir. Got Question lo describe así: El propósito de Jesús al desplazarse hacia Jerusalén era hacer pública su declaración de ser su Mesías y el Rey de Israel, en cumplimiento a la profecía del Antiguo Testamento. Mateo dice que el rey que viene sobre un asno fue un cumplimiento exacto de Zacarías 9:9, “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna». Jesús iba en un asno hacia su ciudad capital, como un rey victorioso y es aclamado por el pueblo como era la costumbre. Las calles de Jerusalén, la ciudad real, están abiertas a Él, y como un rey que sube a su palacio, no un palacio temporal sino el palacio espiritual que es el templo, porque su reino es un reino espiritual, Él recibe la alabanza y la adoración de la gente, porque sólo Él se lo merece. El colocar los mantos fue un acto de homenaje a la realeza (ver 2 Reyes 9:13). Jesús estaba declarando abiertamente a la gente que Él era su Rey y el Mesías que habían estado esperando.

2.       Reacción de las personas en su entrada a Jerusalén.

La reacción de las personas que conocieron a Jesús durante Su ministerio terrenal fue variada y profunda. El comentario Biblia chat dice: Desde asombro y adoración hasta escepticismo y rechazo, las respuestas a Jesús fueron de muchas formas como las personas mismas. Una de las reacciones más comunes a Jesús fue el asombro y la admiración. La gente a menudo se sorprendía por Su enseñanza autoritativa y Sus hechos milagrosos. Marcos 1:22 Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Los unos, lo aclaman como enviado de Dios y tienden sus mantos a su paso en señal de reconocimiento y reverencia (Lucas19:35-37). Los otros, miran recelosos a la distancia y le piden a Jesús que acalle a sus discípulos (19:40). 40 Él, respondiendo, les dijo: Os digo que si estos callaran, las piedras clamarían. Muchas personas que encontraron a Jesús respondieron con una profunda confianza en Su poder y compasión. Sin embargo, no todas las reacciones a Jesús fueron positivas. Los líderes religiosos, en particular, a menudo respondieron con escepticismo, hostilidad y rechazo absoluto. Se sentían amenazados por la creciente influencia de Jesús y Sus desafíos a su autoridad. En el Evangelio de Juan, vemos la creciente tensión entre Jesús y los líderes judíos, culminando en su complot para matarlo. Juan 11:53 dice: «Así que desde ese día planearon matarlo» (ESV). Su reacción se basaba en una combinación de miedo, celos y una negativa a aceptar la naturaleza radical del mensaje de Jesús. Incluso entre la población general, hubo quienes rechazaron a Jesús. En Su ciudad natal de Nazaret, la gente se ofendió con Él,

3.       El principio del fin.

Hoy comienza el objetivo del fin, el momento de encuentro, el momento de decisión. Nuestra actitud de hoy puedes ser mirar de lejos y criticar la figura del maestro, o bien, puede usted tomar un manto, ponerlo a sus pies y decir: “¡Bendito el Rey que viene en nombre del Señor!”.

Que los sucesos de Jerusalén nos hagan entender que Jesús no necesita actos especiales este Domingo, sino discípulos construyendo juntos su reino y dando más y más testimonio de justicia, solidaridad y generosidad. Amén.

Si usted no ha aceptado a Cristo como su salvador personal, este día es ahora cuando comienza el principio del fin, acéptelo ahora.

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