No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre
1 Juan 2:15-17
Notas de sermón:
El mundo que estamos viviendo puede parecernos un buen mundo, porque la ciencia ha avanzado muchísimo, hay libertad para hacer lo que usted quiera hacer, porque nos libera de las ataduras de la familia en la que hemos sido criados. Pero, por un lado, todos los jóvenes esperan con ansias este momento de salir al mundo. Sus padres, le animan a esperarlo; les aconsejan que su disciplina en la casa tiene como objetivo prepararlos para el mundo. Bueno, Juan está considerando a estos Efesios como miembros de una familia grande en sus diferentes etapas de su crecimiento. Los niños, los jóvenes, los padres, todos son tratados como hijos de Dios y como hermanos entre sí. Juan quiere que entiendan que lo que se enseña en familias particulares pequeñas es real también en esta gran familia. Lo más probable es que las atracciones en el mundo de afuera, creen una gran separación entre un período de su vida en casa, y otro en él mundo; éstos pueden hacer que la enseñanza y amor de los padres se vaya perdiendo en ellos. Pasar de uno a otro es un gran cambio en verdad.
ro y conduce a la condenación eterna; sin embargo; el que hace la voluntad de Dios ese permanece para siempre. 2Pedro 3:7, 11-13 7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. 11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! 13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. El pueblo de Israel no pudo entrar a la Tierra Prometida hasta no dejar su mentalidad de Egipto y desierto. Toda una generación tenía que morir para entrar a la tierra. Pero incluso el vivir en la buena tierra, las personas se rebelaron contra Dios. Lo desobedecieron muchas veces, hasta que los llevó de vuelta a la cautividad, esta vez a manos de los babilonios.
O sea que antes de proclamar nuestra estancia en Sion celestial debemos primero salir de Babilonia lo cual representa vivir en cautividad del mundo. Aquí es cuando debemos recibir el mensaje del evangelio, restaurar el pacto con Dios, ser liberado y entrar en comunión con los santos justos de Dios. No podemos vivir en Babilonio y en Sion a la misma vez, deberemos separarnos de Babilonia. Apocalipsis 18:4 Reina-Valera 1960
4 Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas;
Isaías 48:20 20 Salid de Babilonia, huid de entre los caldeos; dad nuevas de esto con voz de alegría, publicadlo, llevadlo hasta lo postrero de la tierra; decid: Redimió Jehová a Jacob su siervo. Dios no desea que sus hijos permanezcan en Babilonia. Es un lugar opuesto a la Sion celestial. El mundo es un lugar de lágrimas y cautividad, mientras que el reino de Dios, Sion, es un lugar de gozo y de libertad. El mundo ofrece brujería, hechicería y adivinación. El reino de Dios (Sion) es un lugar de profetas y gente profética. Dios redimió a su pueblo de Babilonia. Babilonia está llena de sabiduría mundanal, pero Sion de Dios está llena de sabiduría de Dios. El mundo es carnal y pecaminoso; Dios es espiritual y celestial. El mundo está lleno de inmundicia y demonios, Sion es el lugar de la gloria. A Babilonia le encanta controlar la riqueza es codiciosa y se come la riqueza de la gente. Sion da voluntariamente y de manera sacrificada.
2. El mundo se opone al Padre.
versículo 16: «Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo «.
El pecado siempre tendrá su origen en el corazón del hombre, y el crecimiento de ese pecado, seguirá un proceso para que ese pecado de fruto y como consecuencia cause la muerte espiritual y alejamiento total de Dios. Todo hombre sabe qué es lo que le gusta a la carne, y ese deseo separará la comunión con Dios, él mismo cristiano alimenta sus pensamientos a través de lo que ve, de lo que oye, de lo que toca, etc. y es seducido hasta que finalmente cae en pecado. Es importante conocer la tentación y pedir a Dios que aumente nuestro dominio propio dado por el Espíritu Santo, para que, así como creyentes evitemos decidir pecar. El mundo siempre querrá hacernos dudar de los mandatos de Dios. Si usted hoy quiere tomar la decisión de no pecar contra Dios, entonces debe entender que es indispensable que cuide sus pensamientos.
1 Pedro 4:1-3 Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, 2 para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. 3Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías. Aliméntese de la Palabra de Dios, lo que le alejará del pecado o en caso contrario, el pecado lo alejará de la Palabra de Dios. Y se opondrá a Dios.
3. Si amamos al mundo, moriremos espiritualmente
Juan 2:17: “Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”
Amar al mundo es peligroso, y cómo la verdadera vida está en hacer la voluntad de Dios.
El mundo pasa y sus deseos, pero en el Reino de Dios, el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. No tenemos que llegar a ser hombres exitosos en este mundo. Puedes ser que seamos poca cosa para el mundo. El mundo odia a los humildes, pero Dios los ama. Quien se acerca a Dios con un corazón anhelando su misericordia, la encontrará. Todo deseo piadoso que usted tenga terminará en el cielo de Dios. Esto es muy importante, usted puede ser rico y estar cerca de Dios y puede ser pobre y también estar cerca de Dios. Porque no se trata de obtener riquezas materiales. Se trata de cómo se relaciona usted con la riqueza material, sobre qué base está usted construyendo su identidad. Si usted construyes su vida sobre las cosas temporales del mundo, pasará igual con usted. Pero si usted construye su vida en la voluntad de Dios, todo aquello por lo que usted vivió permanecerán para siempre.
