Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.”
Salmo 46:1
By Pastor Juárez
Como creyentes en Cristo debemos estar protegidos por la armadura de Dios. Dios bendice nuestras vidas, y todo el tiempo quiere bendecirnos, pero es necesario acercarnos a Dios con toda fidelidad. Todo esto es posible si hacemos eso, es cuando Dios va a proporcionarnos la protección y ayuda necesaria.
En un viaje por el océano, una señora se puso tan enferma por el mareo que el médico le dijo que solamente el comer muchas naranjas podría restablecerla. La señora, en su debilidad dijo: -Doctor no se apure. Mi padre celestial me las enviará. Yo voy a pedírselo ahora. -Pero, querida señora –contestó él- no olvidéis que nos encontramos en medio del océano. -No importa amigo mío; para Dios todo es posible. Unas horas más tarde, el mismo doctor entraba corriendo hasta la enferma, para poner a los pies de su cama un cesto colmado de naranjas. Como pudo, nervioso y maravillado, explicó su procedencia. -Un buque averiado… Un cargamento de naranjas en el buque…Un… ¡Un milagro de mi Padre celestial, doctor! –le interrumpió la enferma. Tomado de sígueme.net
Nuestro caminar con Dios determina que tengamos la protección Divina. Debemos completar esa unión con oración y alabanza. Dios tiene en cuenta a quienes andan en Su presencia en rectitud y apartados del mal. Probemos las inmutables promesas de Dios.
Bendito sea Dios.
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