Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan.
Salmo 37:25
By Pastor Juárez
Estamos viviendo en un tiempo en donde la economía familiar se ve en apuros, en donde los artículos de primera necesidad cada día suben de precio, y el bolsillo nuestro está siendo a diario golpeado. Pero ante toda esta incertidumbre todo creyente debe creer en la promesa de que Dios proveerá. muchas veces nos olvidamos de esta promesa, y empezamos a buscar resolver la situación por nuestros propios medios, aun reconociendo que Dios es nuestro proveedor. Debemos tener mucha fe para creer en esta promesa.
Hace unos cien años, vivía en Bristol un cristiano mercader, que era famoso por su generosidad con los pobres y sus éxitos en el negocio. La Providencia de Dios parecía sonreírle en todo. Se decía que nunca había asegurado ni perdido ni un solo barco, Sin embargo; estaba viajando una vez de retorno a su hogar, cuando su navío chocó contra una roca que abrió una vía de agua tal que amenazaba con su destrucción. Inmediatamente se adoptaron medidas para salvar el bagaje, pero todo parecía inútil, pues el agua subía rápidamente. Sin embargo, el agua ceso de subir instantáneamente, sin ninguna causa aparente, y el barco pudo llegar a Bristol sin novedad. Al examinar el agujero se encontró un pez, que se decía ser un delfín. Se había introducido en el agujero que había abierto la roca al chocar con el casco, privando así de que el agua entrara durante el resto del viaje. SIGUEME .NET
Dios no defrauda a los que con corazón sincero creen en sus promesas. Él nos suplirá de todo aquello que sea necesario ya sea material o espiritual. Con amor eterno te he amado Jeremías 31:3
