Sunday Morning Service

Sermón de la Mañana #182 | EL HIJO PRODIGO



11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. 13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. 25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; 26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. 28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. 29 Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. 31 Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.

Lucas 15:11-32

Pastor Jose Juarez

Notas de sermón: 

Este día que es dedicado a los padres, siempre me ha sido difícil hacer un sermón que hable sobre los padres, y ahora trataré de hablar sobre esta parábola; pero desde el punto de vista del padre. Porque por parte del hijo el diría: quiero mi herencia, podemos pensar que en realidad el hijo le está diciendo al padre…. Ya estás muerto para mí, quiero largarme de aquí ya no quiero vivir contigo, ya no quiero saber nada de ti, lo que si me importa es el dinero, dame mi dinero y me voy….Puede ser que eso es lo que él estaba pensando.  Al pedir su parte de la herencia, lo normal es que se dé solo cuando una persona muere, este hijo estaba diciéndole al padre que ya no importaba para él.

En una ilustración de Sermon’s.com dice: Escuché a un ministro decir una vez que en su juventud, cuando sus hijos eran pequeños, tenía reuniones familiares. Estas reuniones eran para discutir los quehaceres, asuntos familiares, viajes, etc. Sin embargo, admitió, cuando convocaba estas reuniones, la expresión en los rostros de sus hijos solía ser: «¿qué hemos hecho mal, ahora?». Finalmente, dijo, mi esposa me señaló que el tono de mi voz cuando convocaba a estas reuniones era muy serio, el mismo tono que usaba cuando disciplinaba a sus hijos. Por lo tanto, respondieron con aprensión. He pensado en eso, y me pregunto si no es similar a la respuesta que muchas personas tienen cuando tienen una reunión con Dios. Vienen a él con la sensación: Bueno, realmente debemos estar en problemas ahora. A pesar de todo lo que hablamos en la iglesia acerca de cómo Dios nos ama, tengo la clara impresión de que muchos sienten que Dios simplemente los soporta. Incluso he hablado con algunas personas a lo largo de los años que hicieron una distinción entre el amor de Cristo y la actitud de Dios. Ven a Cristo como el que detiene la ira de un Dios enojado. La impresión es que, si no fuera por Cristo, a Dios le encantaría ponernos las manos encima. Algunos no irían tan lejos. Ellos decían: Oh, yo sé que Dios me ama, pero debo confesar con franqueza que probablemente no le gusto demasiado. Tal vez para algunas personas sus sentimientos se remontan al uso de la palabra padre. A lo largo de los años, muchas personas me han comentado de una manera casual, pero a menudo reveladora, lo severo que era su padre con ellos. Por lo tanto, es difícil para ellos imaginar un padre celestial que no sea nada estricto. Bueno, este problema ciertamente no es nada nuevo. Los judíos se ocuparon de ello hace muchos siglos. Creían que Dios no toleraría el pecado. Desarrollaron un sistema en el que las personas eran juzgadas por el grado de su pecado, cuanto peor era el pecado, peor estaba con Dios. Esto, por supuesto, dejaba al pecador con la sensación de que Dios lo despreciaba totalmente. Además, había personas cuyos trabajos eran tan impuros desde el punto de vista ceremonial que también se consideraban inaceptables. Al recaudador de impuestos, al carnicero e incluso a los pastores se les dijo que eran demasiado impuros para acercarse a Dios. Y así, en los días de Jesús, había, espiritualmente hablando, los que tenían y los que no tenían. Los que tenían percibían que tenían el amor de Dios, y los que no tenían creían que estaban más allá de él. Para cambiar este punto de vista, Jesús contó la historia del hijo pródigo. SERMONS.COM

  1. UNA VIDA DERROCHADA

La historia del hijo pródigo nos habla del deseo humano en el interior de su ser de obtener libertad y autonomía. El hijo que era el menor, al pedirle a su padre la parte de la herencia y marcharse, buscaba su independencia y placeres personales. Más, sin embargo, la búsqueda de libertad lo lleva a una vida de desenfreno e insatisfacción. Nos hace ver la importancia de reconocer la verdadera libertad, que se encuentra en una relación con Dios, y la falsa libertad que el mundo nos ofrece. En Lucas 15:12,  y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. El hijo menor le pide a su padre la parte de la herencia, que debía ser la mitad de lo que recibiría su hermano mayor (ver Deuteronomio 21:17). 17 mas al hijo de la aborrecida reconocerá como primogénito, para darle el doble de lo que correspondiere a cada uno de los demás; porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la primogenitura.

El nuevo testamento no nos dice de una herencia terrenal sino de una herencia espiritual. De hecho, en Lucas 12:13-21, Jesús no le da importancia a una herencia terrenal, explicando que dicha herencia nos puede conducir a la avaricia y a la obsesión con las riquezas. Es mejor almacenar tesoros en el cielo. Nuestra herencia, como la de los israelitas, es de Dios (Hechos 20:32; Efesios 1:11, 14, 18). Y, al igual que Abraham (Hebreos 11:8, 13), no vamos a recibir nuestra herencia en esta vida (1 Pedro 1:4). ¿Cuál es esta herencia? Salmo 37:11 y Mateo 5:5 dice que es toda la tierra. Santiago 2:5 dice que es el reino de Dios, y Hebreos 11:16 la llama una patria celestial. 1 Corintios 2:9 dice que es tan maravilloso, que «Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman». Y Apocalipsis 21 describe un nuevo cielo y una nueva tierra donde Dios habitará entre Su pueblo y quitará las lágrimas, el luto, el dolor y la muerte. En otras palabras, el hijo menor pide un tercio de la herencia. Aunque estaba perfectamente dentro de sus derechos para pedir, no fue un acto de amor, ya que implicaba que deseaba la muerte de su padre. En lugar de reprender a su hijo, el padre concede pacientemente su petición. Esta es una representación de Dios que permite que el pecador vaya por su propio camino (Deuteronomio 30:19). Got Question?

Como el hijo pródigo, en nuestra sociedad la mayoría de los casos, los hijos tienen la necesidad de ser independientes, que es la raíz que tiene el humano en su corazón de persistir en el pecado. Un estado pecaminoso es distanciarnos de Dios (Romanos 1:21). Un estado pecaminoso significa también que es un lugar de descontento. En Lucas 12:15 Jesús dice: «Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee». El hijo menor en la parábola aprendió de la manera más dura que la codicia lleva a una vida de insatisfacción y decepción. También aprendió que las cosas más valiosas en la vida son las cosas que no podemos comprar o reemplazar. En Lucas 15:13 el hijo menor viaja a un país lejano. Se ve por sus acciones que ya había planeado ese viaje en su corazón, y la partida hacia ese lugar fue una muestra de su desobediencia a toda la bondad que su padre le había ofrecido. En la tierra extranjera, el pródigo despilfarra toda su herencia, perdiendo todo. Su desastre financiero lo lleva a un desastre natural en forma de hambruna, lo cual no había planificado. En ese momento, se ofrece a trabajar para un gentil y termina alimentando cerdos, un trabajo detestable para el pueblo judío (Levítico 11:7).

  1. UN PADRE PERDONADOR.

De acuerdo al blog la familia, según la psicóloga clínica y experta en crianza, Rebecca Eanes, “los padres se espera que sean protectores, orientadores y proveedores emocionales para sus hijos” Es esencial que los padres establezcan una buena comunicación con sus hijos desde temprana edad. De esta forma, se fomentará el desarrollo saludable de los niños. Se espera que el padre sea un ejemplo a seguir para sus hijos y que les enseñen valores y buenos modales. Los padres esperan que los hijos sean responsables, que estudien y sean buenos estudiantes, que sean respetuosos, que sean felices, que sean saludables, que sean honestos, que sean buenos ciudadanos. Un padre esperado por su familia es una persona que está dispuesta a sacrificarse por sus hijos, que se preocupa por ellos y que tiene la capacidad de enseñarles valores. Además, es una persona que está presente en la vida de sus hijos y que se involucra en sus actividades. La palabra de Dios también nos enseña a ser pacientes y a perdonar, lo cual es esencial para la relación padre-hijo. En general, es importante que los padres sean flexibles y estén dispuestos a cambiar de acuerdo con las necesidades de sus hijos. Ser un buen padre es amar a los hijos, educarlos en la fe y enseñarles a obedecer a Dios. Como se refleja ser un buen padre según la biblia, siendo el responsable de guiar a los hijos hacia Dios, y ayudarles a crecer en su fe. Es una gran bendición ver cómo Dios transforma la vida de una persona a través de un hijo o hija. Ser padre para Dios es un privilegio y una gran responsabilidad que debemos darle mucha importancia. ¿Qué esperamos de un padre? del padre esperamos autoridad, que es lo mismo a referencia, guía, conocer el camino de la vida, marcar unos límites por el bien del hijo, saber corregir sin humillar. Del padre se espera tener respuesta de las cosas que suceden alrededor. Hay cosas importantes que los hijos necesitan de su padre.

Los niños necesitan compartir actividades familiares con su padre. …

necesitan sentir que su padre, le quiere, de forma incondicional. …

necesitan motivación para ir avanzando en el transcurso de la vida. (retos en su desarrollo)

Si vemos al padre perdonador, que permanece constante a lo largo de la historia, es una representación de Dios. Al contar la historia, Jesús se identifica con Dios en Su actitud amorosa hacia los perdidos, simbolizados por el hijo menor (los publicanos y pecadores de Lucas 15:1). Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle,

El hermano mayor representa a los que se creen justos (los fariseos y maestros de la ley de Lucas 15:2). 2 y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come. Vemos en esta historia que la misericordia del padre ensombrece la pecaminosidad del hijo, ya que es el recuerdo de la bondad del padre lo que lleva al hijo pródigo al arrepentimiento.

Criar un hijo es uno de los mayores desafíos para los padres. Usted necesita ayuda… no puede hacerlo solo 1 Crónicas 16:11 – «Buscad a Jehová y su poder; buscad su rostro continuamente”.  Hay algunas metas que los padres quieren para sus hijos:  que tengan Solvencia económica y que tengan una carrera. Que tengan un buen matrimonio. Y para las hijas, los padres desean que encuentren una buena pareja, vivan en un ambiente afectuoso y que tengan protección.

Un buen padre desea brindar a sus hijos una buena educación y cuidados en términos de salud y alimentación.

Además, el amor y la presencia emocional de un padre son fundamentales para el desarrollo psicológico y emocional del hijo. Proporcionan seguridad, apoyo y un modelo de relaciones saludables. En resumen, queremos que nuestros hijos sean felices y alcancen sus metas en la vida. Dios Padre es el modelo de Padre, el que ama perfectamente, da perfectamente, protege perfectamente, cuida perfectamente, escucha perfectamente, actúa perfectamente. En pocas palabras, Dios crea a los padres, en parte, para demostrar activamente y guiarnos hacia cómo es Él y quién es Él. Blog TGC coalición Entregue su vida a Cristo hoy acéptelo como su Salvador personal.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.