By pastor Juárez.
7 Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa. 2 Samuel 9:7
Cuando leemos la bella historia de David y Mefi-boset vemos la demostración de amor que había entre David y Jonatán. Este joven se consideraba indigno de comer en la mesa del Rey, de recibir las tierras de su padre. Una historia que nos recuerda que debemos tener acciones de agradecimiento.
Nuestros sentimientos vienen a ser un reflejo de nuestros pensamientos. David se mantiene meditando en la Palabra de Dios siempre como agradecimiento “Me acordé de los días antiguos; meditaba en todas tus obras; reflexionaba en las obras de tus manos” Salmo 143:5. Meditando la palabra de Dios motiva a ser agradecido. Si dedicamos tiempo a reflexionar nos llevará a ser agradecidos.
El agradecimiento contribuye a nuestra salud Colosenses 3:15: “Y la Paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y ser agradecidos”. La medicina lo alaba, dice que: el agradecimiento está ligado a nuestra felicidad; según Harvard Mental Health Letter, Quienes son agradecidos experimentan sentimientos más positivos, disfrutan de los buenos momentos, tienen mejor salud, enfrentan mejor las dificultades y forjan buenas amistades”.
Nuestro Padre nos pone ejemplo y en forma humilde muestra agradecimiento al hombre: “Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre…” (Hebreos 6:10) Para Dios ser desagradecido es una injusticia.
No basta decir gracias, tenemos que ser agradecidos. 13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad. (1 Tesalonisenses 2:13)
¡Oh Señor ayúdanos a ser agradecidos!