Hay quien todo el día codicia; Pero el justo da, y no detiene su mano.”
Proverbios 21:26
By Pastor Juárez
La codicia es un deseo fuerte y egoísta por tener más de algo. El diccionario de la RAE lo define como “Afán excesivo de riquezas.” Hay muchas advertencias en la escritura acerca de ceder a la codicia.
Una anciana ciega pactó con un cirujano, que si la curaba de los ojos le daría una fuerte suma en recompensa. Empezó la cura con frecuencia de parte del doctor; pero aprovechando éste la ceguera de la paciente se llevaba cada día algún objeto de los bienes de la enferma. Se curó ésta al fin, y cuando el cirujano pidió su paga, no sólo se negó la vieja a dársela, sino que le citó ante los jueces. Allí el doctor exhibió las pruebas terminantes de su reclamación; más la ciega dijo con calma: Les juro, señores, que estoy más ciega que antes; pues desde que este hombre dice que me ha curado, no veo ninguno de los muebles y objetos que había en mi casa.
Moraleja: La codicia deja siempre contra los perversos las pruebas de su delito. (web de recursos cristianos) Las posesiones materiales no nos protegerán, ni en esta vida ni en la eternidad. Cuando ponemos nuestra confianza en las cosas materiales o cuando somos consumidos por un insaciable deseo de tener más y más, estamos cometiendo la equivocación de no dar a Dios toda la gloria y la honra que merece.
Señor enséñanos a depender totalmente de tu persona.