No haré ahora acepción de personas, Ni usaré con nadie de títulos lisonjeros. Porque no sé hablar lisonjas; De otra manera, en breve mi Hacedor me consumiría.”
Job 32:21-22
By Pastor Juárez
La definición de palabras lisonjeras es: Que alaba de forma exagerada y generalmente interesada a alguien para conseguir un favor o ganar su voluntad. A las personas por naturaleza le gustan las cosas buenas que hablen de sí mismo.
Reinaba en Siracusa Dionisio, quien tenía un vasallo y cortesano adulador que se llamaba Damocles. Se dedicaba particularmente Damocles a pronunciar delante de Dionisio largos discursos acerca de la felicidad de los monarcas. Cansado ya Dionisio, y deseando corregir a su cortesano, hizo un gran banquete y ordenó a Damocles que ocupara el lugar del rey, vestido con ropas reales como si fuera el verdadero rey. Damocles estaba orgulloso de tanto honor. Pero en lo mejor del banquete, el rey lo interrumpió ordenándole que levantara la vista sobre su cabeza. ¡Y lo que vio Damocles! Una espada filosa y aguda pendía precisamente sobre su cabeza, sostenida apenas por un hilo bastante débil que de un momento a otro podía reventarse. Damocles se llenó de terror, y suplicó al rey que lo librara de semejante peligro. El rey lo hizo con la condición de que Damocles de allí en adelante no volviera a importunarlo con sus adulaciones. Web de recursos cristianos.
En la vida cristiana estamos sujetos a escuchar muchas voces. La voz de nuestra propia conciencia, la de nuestros hermanos en la fe, la de los predicadores, las voces del mundo, las voces de nuestros amigos y cada una de ellas reclama para sí nuestra atención.
Pero debemos estar atentos a una voz que nos llevará a la Victoria y a la vida Eterna, y esa es la Voz de Dios.