Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma…”
Cantares 1:7
By Pastor Juárez
Es posible que la gran carencia en el cristianismo de hoy sea el amor. El amor que habla la escritura es el amor incondicional, podríamos decir que es “amor a pesar de”, te amo a pesar de que no me ames… a pesar de que me hagas daño… a pesar de que no me des nada.
Jesús nos enseñó acerca de los dos mandamientos más importantes en la vida cristiana: el primero es “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” “y el segundo es semejante —dice Jesús—: amarás a tu prójimo como a ti mismo. En nuestro texto vemos que la esposa habla aquí de Cristo como de alguien que ella sabía que existía en realidad; no como una abstracción, sino como una persona. Habla de Él como de una persona real. (Spurgeon)
El hecho de que amemos, sirvamos y compartamos con los demás, nuestro amor por Jesús tiene que estar por encima de todo esto, solo así podemos amar a los demás con un amor divino. Es por esto que Jesús dijo: “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.” Lucas 14:26.
Cuando tenemos el amor a Jesús, hacemos todo por causa de Jesús. El amar a Jesús es buscar su imagen y aprender a actuar y reaccionar igual como Él lo hubiera hecho. Si el amor a Jesús no está detrás de todo cuanto hacemos, de acuerdo a la enseñanza de nuestro texto a los ojos de Dios eso no sirve para nada.
Gloria a Dios.
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