Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios.”
Romanos 10:3
By pastor Juárez
La historia del hombre nos demuestra que desde Adán hasta nuestros días todos hemos pecado y por consecuencia no hemos llegado a la altura de las demandas justas de Dios. Pero cuando aceptamos con verdadera fe que somos justicia de Dios hay cambios perceptibles en nuestro ser. “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,” Romanos 3:21.
Ahora debemos comportarnos coherentemente a la voluntad de Dios, tanto en su pensamiento, palabra y obra. Demostrando ante las personas que hay fe (Stg. 2:18). Los justos tienen la mente de Cristo. Sus pensamientos son rectos y puros. No confía en su propia justicia, sino que vive bajo la justicia imputada de Cristo. Es un proceso en el cual continuamente se están haciendo progresos. El Espíritu Santo se encarga de que lleguemos a ser la plenitud de lo que el Padre quiere que seamos en Cristo Jesús. Nos convertimos en “los justos”, pero si no permanecemos en Dios y nos entregamos totalmente a Él, entonces Él no puede comenzar hasta que aceptemos la correcta posición ante Dios. Los justos poseen el Reino de Dios (Mateo 5:10)
¿Es usted justo?