Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. 2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; 3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
Efesios 6:1-3
Notas de sermón:
Las Madres. Se ha puesto usted a pensar ¿Cómo las ve Dios? ¿Hemos de valorarlas? Será necesario saber el valor que tienen las madres ante Dios. Porque si Dios las valora tanto, nosotros debemos hacer lo mismo.
En este tiempo de feminicidio en el mundo en el cual el amor se ha enfriado, y hay maltrato para las mujeres, incluido el amor a las madres, es importante hacer reflexionar a los hijos sobre el respeto que estas mujeres dignas merecen, ¿Cómo los hijos demuestran honrar a sus madres?
I. ¿A QUIENES ESTAN DIRIGIDAS LAS PALABRAS?
Este día puede ser uno de los más felices para algunas, pero en otras habrá gran cantidad de dolor. Hay quienes no tienen hijos, porque los han perdido en la guerra o en otras circunstancias y tienen que soportar otra celebración del día de la Madre, pero no de la misma forma que todas las madres que reciben flores, regalos, y mucho amor, y están rodeadas de buenos hijos, y que son valoradas por sus esposos y sus familias. Es posible que haya relaciones rotas entre las madres e hijos, así como entre las madres y los esposos. A veces se recrimina a la madre porque no nos dio una buena educación y nosotros, los hijos, no debemos tener resentimientos hacia nuestra madre por la forma de nuestra crianza. Debido a que no hay manual perfecto para educar un hijo. Y a veces como hijos tomamos otro rumbo en nuestras vidas. La palabra de Dios nos dice: Proverbios 23:22: ‘Oye a tu padre a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere no la menosprecies”. La historia misma y las culturas de una manera u otra han procurado honrar a sus madres. La escritura nos enseña la gran responsabilidad de amor que tienen los hijos hacia sus madres. El mandato viene de Dios, tiene una gran seriedad, es tanto que quien no lo haga irremisiblemente muera. Y Dios nos llama a honrarlas. ¿Qué significa honrarlas? Significa amarlas, respetarlas, cuidar de ellas, proveer económicamente para ellas, visitarlas, estar pendiente de sus necesidades. Seguir sus consejos y mandamientos, etc.
Veamos algunos pasajes que tratan sobre lo que significa honrar a nuestras madres.
Proverbios 1:8 “Oye, hijo mío, …no desprecies la dirección de tu madre;” Es decir, no rechaces sus instrucciones. Ella busca tu bien. Y sus consejos debemos seguirlos, tomarlos con seriedad y respeto. Aun siendo adultos no lo sabemos todo.
II. ¿CUALES SON LOS CONSEJOS?
La obediencia, lo que las madres demandan de sus hijos, es justo.
Un hijo puede confiar en lo que la madre le dice, siempre es con el fin de hacerle bien.
La obediencia a los padres es un mandamiento directo de Dios. «Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo» (Efesios 6:1). La palabra obedecer en este versículo no se puede separar de la idea de «honrarlos». Efesios 6:2-3 continúa: «Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra». La honra tiene que ver más con una actitud de respeto hacia los padres, y se entiende que la obediencia debe hacerse con una actitud de honra hacia ellos.
El plan de Dios es que los hijos aprendan a honrar y obedecer a sus padres a medida que se desarrollan, a fin de que puedan vivir sabiamente. Mientras aprenden el respeto en casa, van a respetar a otros cuando salgan de casa. Incluso Jesús siendo joven, aunque era el Hijo de Dios, obedeció a sus padres terrenales y creció en sabiduría (Lucas 2:51-52). La Palabra de Dios dice que los hijos que no son disciplinados o que no obedezcan a sus padres, son mucho peor en la vida (ver Proverbios 22:15; 19:18; 29:15). La necedad está ligada en el corazón del muchacho;
Mas la vara de la corrección la alejará de él. Proverbios 22:15 Reina-Valera 1960
Honrar. Honramos a nuestro padre y a nuestra madre cuando agradecemos todo lo que han hecho por nosotros. Y demostramos que los valoramos teniendo en cuenta sus consejos: Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos. Proverbios 23:26 Reina Valera 1960
Al envejecer, puede que los padres necesiten nuestra ayuda. Los honramos al asegurarnos de hacer todo lo posible para que tengan lo que les haga falta (1 Timoteo 5:4, 8). Por ejemplo, justo antes de morir, Jesús se encargó de que alguien cuidara de su madre (Juan 19:25-27). Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios. 1 Timoteo 5:4, 8 porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
Honrar no significa: que los padres controlen el matrimonio de sus hijos. la unión entre el esposo y la esposa tiene prioridad sobre las demás relaciones familiares. Génesis 2:24 dice: “El hombre dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa”
Un matrimonio puede que decida, y con razón, limitar cuánto van a intervenir los familiares en su relación (Mateo 19:6).
Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Las mujeres que son bendecidas para ser madres, deben tomar seriamente esa responsabilidad. Las madres tienen un único y crucial papel en la vida de sus hijos. Todas las madres deberán tener la habilidad de alentar, nutrir y capacitar a quienes las rodean para que vivan vidas maduras, efectivas y que honren a Dios.
Bendecidas sean las madres en este día. Y si usted no ha aceptado al Señor Jesús, le invito a que lo haga ahora y tendrá la Vida eterna si es la Voluntad de Dios.