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PROMESA

Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel. Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo.”

Hebreos 8:10

By Pastor Juárez

El pueblo judío vivió una vida llena de injusticias. Es el pueblo elegido de Dios, pero vive en el egoísmo, en la impureza y parece que el corazón de su pueblo está lleno de todos los deseos mundanos excepto el de servir verdaderamente a Dios, tienen el corazón endurecido. Aman a los carnales más que a Dios.

Para disfrutar de esta relación con Dios, necesitamos tener un corazón nuevo. Y el único que puede hacer esa transformación de corazón y poder escribir sus leyes sobre él y transformar radicalmente a esa persona es Jesús. Este mismo Jesús es el que viene a fundamentar nuestra fe. Es el mismo que, una vez resucitado, alzando los ojos al cielo, les dio la misión de ir a todas las naciones y predicar el evangelio. Jesús asumió verdaderamente todo lo que significa ser un hombre. Porque casi siempre actuamos desde nuestro egoísmo, desde nuestro orgullo, desde nuestra envidia, rechazando a quien puede iluminar nuestra mente o que nos puede mostrar el camino.

No tengamos un corazón endurecido; tenemos que esforzarnos por abrirlo a todo lo que el Señor quiere darnos. Mantengamos su palabra en nuestro corazón.

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