Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que hiciereis.”
Deuteronomio 29:9
By Pastor Juárez
Dios demanda de nosotros fidelidad en todo, la fidelidad a Dios debe darse en obediencia y total sometimiento a su voluntad, a guardar fielmente sus mandamientos. La fidelidad que demanda Dios es la que determina si somos salvos o no, y son nuestros frutos los que lo demuestran. Debemos nacer de nuevo y tener una vida transformada.
Micaías era profeta del tiempo de Acab de Israel y de Josafat de Judá. No figuraba como uno de los grandes profetas; sin embargo, era grande. Cuando el mensajero de los reyes le habló diciendo que Acab y Josafat querían que les informara acerca del éxito de la campaña contra Ramot de Galaad, y el mensajero le aconsejó que hablase en el mismo tenor que los demás profetas, entonces Miqueas respondió “Vive Jehová que lo que Dios me dijere, eso hablará” (2 Crónicas 18:13). Como consecuencia de su osadía lo encerraron en la cárcel y le dieron “pan de aflicción y agua de angustia” (2 Crónicas 18:26). (Alfredo Lerín)
Dios es fiel por toda la eternidad, el hombre promete, pero falla en sus compromisos, pero; las promesas de Dios permanecen para siempre. Porque Dios es fiel a su palabra. El Señor requiere de nosotros: fidelidad, el apóstol Pablo lo dijo: «se requiere que cada uno sea hallado fiel» (1 Corintios 4:2) Sin creyentes fieles, ni la iglesia ni el hogar, ni la sociedad pueden estar firmes; si no se basa en la lealtad a Dios.