Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.”
Génesis 1:27-28
By Pastor Juárez
El matrimonio es la unión que Dios demanda en su palabra, de un hombre y una mujer, para multiplicar y bendecir la familia. Es el requisito de las relaciones entre pareja y debe estar con dirección con el propósito de Dios para nuestras vidas. El propósito de Dios con respecto al matrimonio es la familia; su descendencia, ese es el punto principal de la unión. Es Dios quien creó el matrimonio. Dios nos pide que el amor hacia nuestras esposas sea como el que tenemos por sí mismos, sin fingimientos, un amor auténtico, transparente, con compromiso de Dios.
“Las muchas aguas no podrán separar el amor; ni lo ahogarán los ríos” Cantares 8:7 Dios creó al hombre y la mujer para que fueran el uno para el otro: “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos llegan a ser como una sola persona” (Génesis 2,24). El agradecimiento, la alegría, la benevolencia, la confianza en el amor y en el cuidado de Dios son cosas incomparables que Dios establece en el matrimonio. La sociedad actual piensa que la vida conyugal no es más que un acontecimiento cultural, sociológico o biológico o un proceso de socialización, pero va más allá, el matrimonio y la vida familiar son elementos fundamentales que provienen del Dios Creador mostrando el poder de su voluntad, y la importancia que le da a dicha unión, dándole el maravilloso poder vivificador que se encuentra en la alegría, la abnegación y la gratitud.
La verdadera revelación de Dios en el matrimonio nos lo dice Jesús: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Mateo 19:5
