Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Hebreos 12:1-2
Pastor Juarez
Notas de sermón:
Estos cristianos judíos sin importar cuáles fueran, habían comenzado a enfrentar varias tentaciones, y el autor escribe para exhortarles a no caer en ellas. Estos hebreos se estaban volviendo perezosos (Hebreos 6:12). a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas. Habían empezado a perder el ánimo y a sentir cansancio hasta desmayar (Hebreos 12:3). Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Su entusiasmo y celo inicial empezó a enfriarse, no habían madurado en su fe, algunos se habían dejado de reunir, se habían opuesto a sus propios líderes cristianos, muchos de estos estaban a punto de abandonar su fe completamente (Hebreos 3:12; 10:26). V.12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;
A medida que se medita sobre la condición espiritual de estos hebreos se puede decir que los creyentes de hoy han llegado a ser como ellos, entonces esta carta también fue escrita para los creyentes de hoy en día.
La expresión » puestos los ojos en Jesús » es igual a que dijéramos «ver», es decir, que nuestra atención no debe estar dividida, o estar viendo otras cosas, sino fija, con un solo objetivo, Cristo Jesús. Nuestro salvador. La carta a los hebreos fue escrita a los judíos que se habían convertido al evangelio, es decir, habían aceptado a Cristo como su salvador personal, pero se encontraban en constante peligro de volver al judaísmo, ellos querían seguir practicando los ritos judíos. y así como se les dijo a ellos (pero es también para nosotros) puestos los ojos en Jesús esta carta es también para que en este tiempo nosotros la apliquemos, porque el que quita su mirada de Cristo está en peligro y va a sufrir las consecuencias de los problemas de la vida. Nuestra esperanza está en Jesús.
- Despojémonos de todo peso.
Estamos rodeados de “tan grande nube de testigos”. Significa que hay gente que nos está diciendo algo a nosotros, nos están testificando; hemos visto gente de fe que nos inspiran, que nos retan a hacer lo mismo y por eso son testigos en ese sentido. Sus vidas nos están diciendo que deberíamos despojarnos de todo peso, o sea, lo que entorpezca la fe. ¡Nunca podremos decir que seguimos a Cristo sin decir que no a las cosas del mundo! Es importante que miremos a estos hombres y mujeres de fe, sí, pero no dejemos de poner nuestros ojos en Jesús. ¿Por qué? Porque Él es el autor y consumador de nuestra fe. Él ya recorrió este camino, despojándose de cada peso, dejó familia y amistades. Él confió en su Padre y es nuestro ejemplo. Hemos visto tantas personas que van a la iglesia y su enfoque es en las personas y no en Cristo.
El mundo observa nuestra fe y conducta. Estamos rodeados de ellos, así como los espectadores en un estadio rodean y observan a los jugadores. El pecado puede evitar que avancemos. Pero también hay otras cosas que no son pecado (todo peso) sino simples estorbos que pueden impedir que sigamos corriendo efectivamente la carrera que Dios tiene para nosotros. Generalmente nuestras decisiones no siempre han sido entre lo correcto y lo incorrecto, siempre debemos decidir por lo correcto como cristianos. (Tomado de Enduring Word) Algunos pecados son fáciles de evitar, a veces admiramos cosas que son pecado, pero podemos evadirlos. Y algunos pecados se vuelven más peligrosos, y la exhortación es que nos despojemos de todo peso y del pecado que nos asedia. Despojémonos de ese peso que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. El problema es que los creyentes no viven de acuerdo con Dios. Son salvos, dan testimonio de su salvación, y eso es todo lo que llegan a alcanzar. Nunca mantienen un estudio serio de la Palabra de Dios, el cual es esencial para el crecimiento espiritual. Debemos continuar hacia adelante pues estamos en una carrera. El apóstol Pablo lo expresó de la siguiente manera, en su primera carta a los Corintios, 1 Corintios 9:24: “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren?” Vemos que todos corren para obtener un premio. Luego, Pablo continuó diciendo en el versículo 26: Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire. Y, nuevamente, en su carta a los Gálatas capítulo 5, versículo 7, el apóstol reprendió a algunos de sus seguidores diciéndoles: “vosotros conocíais bien, ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?” todo peso es algo innecesario en una carrera; en realidad, el peso es un estorbo, un obstáculo. No deberíamos estar llevando peso.
- Tener paciencia pues la vida está llena de pruebas
Ahora a correr con paciencia. Corramos con paciencia: Lo que necesitamos es paciencia, para terminar lo que hemos empezado en Cristo Jesús: la carrera que tenemos por delante. Dios quiere que emprendamos un camino, y nos ha dado a cada uno de nosotros, una carrera. Debemos correrla, y esto requerirá esfuerzo y compromiso. No podemos quedarnos pasivos, viendo únicamente, de esa manera no ganaremos la carrera. Dios quiere que corramos la carrera, ¡y que la terminemos bien! Él va con nosotros. El escritor mismo nos dice corramos, no nos dice corran, el se involucra también. El quiere que todos participemos. Que participemos en la carrera. Que nos pongamos en movimiento, en acción, en vez de permanecer quietos. Tenemos que avanzar, pues somos corredores. Debemos tener cuidado que uno de los mayores peligros de la vida cristiana es el de simplemente permanecer inmóvil, vagando y sin hacer nada.
En esta clase de paciencia, no es de sentarse a esperar; de acuerdo a la definición de Barclay : “la cual no habla de la paciencia que se sienta y acepta las cosas, sino de la paciencia que domina las cosas… Es una determinación, que no apresura, sin embargo; no retrasa, la cual avanza firmemente y se niega a ser desviada”. (Barclay)
Qué pasaría si en estos días, quedáramos atrapados en la carretera por desperfectos mecánicos de nuestro automóvil, debido a las bajas temperaturas, existe el grave peligro de congelarse hasta la muerte. El primer paso sería evitar quedarse dormido. Una persona en esas circunstancias tiene que luchar contra el sueño, y debe mantenerse en movimiento, porque de otra manera, quedará congelada y morirá. Ahora, nosotros diríamos que, en un sentido espiritual, para nosotros los creyentes existe ese mismo peligro. Tenemos que obligarnos a permanecer despiertos y a mantenernos en movimiento, avanzando en nuestra relación con Cristo. De otra forma, sencillamente, nos quedaremos dormidos y como consecuencia, la muerte misma. Muchos cristianos dicen que recibieron a Cristo y tienen vida eterna y que ha llenado su vida. Pero esta vida nunca ha rebosado, no manifiesta una vida abundante. No han pasado de ahí, están como en el principio de su vida cristiana. Y no ha habido un crecimiento. Se nos dice, que debemos avanzar, debemos vivir por la fe. La vida cristiana es aquí comparada con una carrera Griega. El Señor Jesucristo es el camino hacia Dios, y a lo largo del camino, el creyente, como soldado que es, debe mantenerse firme, como creyente debe andar, pero como atleta, tiene que correr la carrera.
- Puestos los ojos en Jesús
Puestos los ojos en Jesús. Solo podremos correr esta carrera mientras veamos a Jesús y tengamos nuestra mirada fija en Él. Él es nuestro enfoque, nuestra inspiración y nuestro ejemplo. Debemos de apartar la mirada de todo excepto Jesús. No nos detengamos a mirar la nube de testigos; serán un estorbo si te apartan la mirada de Jesús. No nos fijemos en la carga y el pecado que nos rodea; estos ya los hemos dejado a un lado, apartemos la mirada de todo. Ni siquiera fijes tu mirada en el curso de la carrera, ni en los competidores, sino mira a Jesús y así comienza la carrera”. (Spurgeon) Evite situaciones o lugares que despierten su deseo de pecar y piense en las promesas de Dios. Las promesas y el gozo de nuestro Señor deben estar en nuestra mente.
Los hebreos cristianos a quienes se dirigió esta carta estaban pasando por persecución y dificultades de incredulidad. El autor los insta a pensar en Jesús y todo lo que Él sufrió, la hostilidad y la oposición que soportó aun siendo Dios. Pero esa tribulación no fue eterna y lo que suceda a nosotros también terminará. Vamos a tener dificultad en el camino, oposición y pruebas, pero no debemos desfallecer. En Cristo recibimos fuerzas para enfrentar los retos que nos presenta la vida. Él es nuestro ejemplo de perseverancia en fe.
El apóstol Pablo recomendó a Timoteo: 8 Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio, 9 en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa. 10 Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna. 11 Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; 12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará. 2Timoteo 2:8-12
El camino nos puede parecer muy duro, pero mantenga sus ojos en Jesús y piense en el futuro grandioso que disfrutará con él, por toda la eternidad. Acepte a Cristo como su salvador personal, ore para que su punto de enfoque, que define el valor en su vida, sea Cristo glorificado.