“Camina en su integridad el justo; sus hijos son dichosos después de él. ”
Proverbios 20:7
La Escritura nos habla que dos personas que tuvieron el potencial de ser padres perfectos, fueron hechos a imagen y semejanza de Dios. Pero perdieron esa gran oportunidad de tener hijos que reflejaran la gloria divina. Como padres terrenales y descendientes de Adán y Eva desilusionamos o lastimamos a nuestros hijos, los vemos tomar decisiones diferentes y caminos diferentes.
¿Será que ésta es la familia que Dios quiere usar para bendecir a todas las familias de la tierra? Pero nuestro Padre Celestial que si es perfecto tuvo otro hijo y se llegó el momento cuando le anunciaron a María que iba a tener un hijo que sería Santo, y sería llamado el Hijo de Dios. Jesús personificó todo lo que Dios quería en un hijo. Nuestro Padre es; misericordioso y clemente es Dios; lento para la ira, y grande en misericordia. (Salmo 103:8).
Cuando un padre que ama al Señor corrige, amonesta, instruye, y es buen proveedor para las necesidades de sus hijos, hace aquello en lo que lo que Adán falló, mostrando algo de nuestro Padre celestial perfecto.
– Pastor Juarez
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