Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses.
Lucas 14:18
By pastor Juárez
El mundo está lleno de excusas para no acercarse a Dios, pero cuando enfrentan dificultades olvidan las excusas y vienen al Señor. El predicador Moody nos narra una experiencia en su iglesia y dice: Yo estaba terminando una reunión en nuestra iglesia de Chicago, cuando un joven soldado se puso de pie y rogó a los presentes que aceptaran a Cristo. Nos contó que acababa de llegar de una escena muy triste. Un compañero de regimiento, hijo de cristianos, frente a los ruegos de su buen padre, siempre decía que aceptaría a Cristo cuando terminara la guerra. Por fin fue herido y llevado al hospital, en donde se vio que no había esperanzas de mejoría. Unas cuantas horas antes de su muerte, le llegó una carta de su hermanita, pero ya no tenía fuerzas para leerla. ¡Era una carta tan solemne! Un compañero se la leyó, pero no parecía entender, hasta que llegó a las últimas palabras que decían: «Oh mi querido hermano, te ruego que cuando recibas la presente, aceptes al Salvador de tu hermanita.» El moribundo se sentó en la cama, y gritó – ¿Qué dice? ¿Qué dice? – Luego, cayendo pesadamente sobre la almohada exclamó: – Es demasiado tarde Es demasiado tarde. Mis queridos amigos: Gracias a Dios que no es demasiado tarde para ustedes hoy.
El Maestro todavía les está llamando. Que todos nosotros, jóvenes y viejos, ricos y pobres, vengamos a Cristo ahora mismo, y quitará todos nuestros pecados. Recordemos que el Padre Celestial espera que aceptemos su invitación. El te espera con los brazos abiertos y te da la bienvenida.