Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.”
Mateo 5:48
By Pastor Juárez
Cuando Nuestro Padre cambia el nombre de una persona y le da uno nuevo, generalmente es para establecer una nueva identidad. Cuando Dios cambió los nombres de Abram que significa «padre enaltecido», por el de «Abraham», que significa «padre de una multitud» (Génesis 17:5). Al mismo tiempo, Dios cambió el nombre de «Sarai», la esposa de Abraham, que significa «mi princesa», por el de «Sara», que significa «madre de naciones» (Génesis 17:15). Para la salvación tenemos que cambiar nuestra mente (arrepentirse) y la manera de Dios es mejor que nuestro camino.
Una vez, en China, un hombre trajo su niño a la casa de un misionero cristiano y dijo a éste que deseaba que ese niño fuera dedicado a Dios, y que se llamara «Moo Dee» (pronúnciese Mú Dí). El misionero nunca había oído ese nombre chino y preguntó al padre del niño por qué deseaba que su hijo se llamara así. El chino contestó: «He oído decir que hubo un gran hombre que dedicó su vida a Dios, que siempre hizo la voluntad de Dios y que ganó muchas almas para Cristo. El misionero que nos ha contado la historia lo llama Moody (pronúnciese Múdy). En nuestro idioma Moo (Mú) quiere decir amor, y Dee (Di) quiere decir Dios. Yo quiero que mi niño ame a Dios y guarde sus mandamientos como el gran Moody, y por lo mismo le he dado este nombre.» Teniendo un nombre de un significado tan hermoso, es probable que cuando el niño Moo Dee creció y conoció el significado de su nombre y los deseos de su padre, haya hecho lo posible por hacer honor a su nombre y por amar a Dios y guardar sus mandamientos. (Encinardemamre.com)
El cambio de nombre y de mente es para hacerle saber a la persona que estaba destinada para una nueva misión en la vida. El nuevo nombre era una manera de revelar el plan divino y también para asegurarles que el plan de Dios se cumpliría en ellos. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.
Dios tiene un nuevo nombre para usted cuando Cristo venga en la Nueva Jesrusalén.
Bendito Dios.
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