Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.
1 Timoteo 6:7-8
By Pastor Juárez
El ejemplo más claro respecto al amor a Dios y a los hombres es Jesús, quien amaba más a la gente que a las cosas. Por eso estuvo dispuesto a sacrificar todo lo que tenía, hasta su propia vida (Juan 15:13). Si usted dedica tiempo y recursos a las personas, estas se sentirán impulsadas a hacer lo mismo. Quienes aman las cosas materiales nunca quedan satisfechos y sufrirán mucho dolor e insatisfacción (1 Timoteo 6:9, 10)
A principios del siglo, en los días de la revolución rusa, algunos revolucionarios, escasos de fondos para poder financiar todas sus actividades, tomaron la decisión de quitárselo a los zares muertos. Fueron y abrieron los sarcófagos donde estaban los restos embalsamados de los zares de Rusia. Allí estaban los cadáveres revestido con todos sus atributos reales de gran valor. Los revolucionarios los despojaron de todo lo que pudiera servirles para disponer de dinero e irónicamente destruir a los sucesores de los zares. Esto nos demuestra que los hombres nada nos llevamos de este mundo, todo queda aquí: Nuestras coronas, cetros, joyas, uniformes; todos nuestros símbolos humanos de gloria y poder. Sólo nos llevamos aquellos valores morales y espirituales que no destruye la polilla ni los ladrones pueden robar. Tomado de 501 ilustraciones
Si pudiéramos administrar bien nuestro tiempo y nuestras energías, podremos conseguir las cosas más importantes como es ayudar al prójimo y servir a Dios, quien nos ha dado todo (Mateo 6:24; Hechos 17:28).