Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.”
2ª Timoteo 1:12
Es importante saber en qué creemos y por qué. Es muy bueno leer la Biblia, practicar la oración, y ahondar en algunos temas teológicos, pero mi Señor es el alma de todo, todo queda en segundo plano al compararlo en quien he creído.
El 12 de octubre de cada año se celebra el descubrimiento de América por Cristóbal Colón. Colón tenía la convicción de que la tierra era redonda y, en consecuencia, si alguien navegaba hacia occidente llegaba también a las costas de la India. Las ideas en boga de la época defendían la teoría de que la tierra era plana y que al navegar hacia occidente, en mar abierto, se llegaba a una parte de grandes abismos y cataratas. En ninguna de las cortes europeas de aquel tiempo hicieron caso a Colón. No creyeron en sus convicciones ni se arriesgaron. Al llegar a España, la reina Isabel compartió las ideas de Colón, pero el Estado español no podía financiar el viaje porque el tesoro del Estado estaba exhausto por las continuas guerras con los árabes. La reina, entonces, decidió empeñar sus joyas personales para financiar el proyecto y que el viaje pudiera llevarse a cabo. Y así se hizo. Las convicciones deben llevar a los compromisos personales con aquello o aquel en quien creemos. (501 ilustraciones)
Sé que puedo depositar toda mi confianza en Él Señor. La vida y todo lo que pueda obtener o poseer, son cosas que pasarán, nada puede darnos la seguridad de lo que necesitamos ante las adversidades, sólo Dios puede ser nuestra fortaleza y la Roca inconmovible sobre la que podemos pararnos.