Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,»
Gálatas 5:22
Notas de sermón:
La paciencia posee tres aspectos:
Primero, en relación a personas impertinentes y molestas que uno tolera. En este caso la paciencia es sinónima de Tolerancia.
Segundo, en relación a experiencias o eventos desagradables que uno resiste sin dejarse vencer. En este caso la paciencia es sinónimo de resistencia.
Tercero, en relación a eventos agradables que uno espera disfrutar. En este caso, la paciencia es sinónima de perseverancia, esperanza.
Consideremos ahora lo que la palabra de Dios nos dice acerca de la paciencia.
I. LA PACIENCIA EN RELACION A DIOS
La paciencia es una cualidad divina, por causa de su paciencia Dios esperó que los hombres se arrepintieran de sus pecados en los días de Noé. Cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé… 1 Pedro 3:20
Por causa de su paciencia Dios no quiere que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Cuando todo va como queremos, es fácil mostrar paciencia. La verdadera prueba de la paciencia, viene cuando nuestros derechos son violados; cuando otra persona se nos adelante en el paso para pagar en el supermercado; cuando nos tratan injustamente; cuando nuestro compañero de trabajo se burla de nuestra fe.
Algunas personas piensan que tienen el derecho de enojarse ante las pruebas y aquello que les irrita. La impaciencia parece como una ira santa. Sin embargo, la Palabra de Dios alaba la paciencia como un fruto del Espíritu (Gálatas 5:22) el cual debe ser producido por todos los seguidores de Cristo (1 Tesalonicenses 5:14).
La paciencia revela nuestra fe en el tiempo, la omnipotencia y el amor de Dios.
El poder de Dios y la bondad son vitales para el desarrollo de la paciencia. Colosenses 1:11 nos dice que somos fortalecidos por Él para “toda paciencia y longanimidad,”
mientras que
Santiago 1:3-4 nos anima a saber que las pruebas son la manera de perfeccionar nuestra paciencia.
Nuestra paciencia se desarrolla y fortalece más, resistiendo de acuerdo a los perfectos tiempos y voluntad de Dios, aún ante el hombre malvado que “prospera en su camino” (Salmos 37:7). Al final, nuestra paciencia será recompensada. “. . .tened paciencia hasta la venida del Señor” (Santiago 5:7-8).
“Bueno es JEHOVÁ a los que en Él esperan, al alma que le busca” (Lamentaciones 3:25).
Saber esperar es una de las capacidades más apreciadas y valoradas en nuestra época. Los que han conseguido avanzar en la paciencia saben que para que muchos problemas se resuelvan solamente es necesario esperar.
Aprender a ser paciente tiene mucho que ver con la sabiduría, con aprender a reflexionar antes de obrar, con ver las cosas con perspectiva, con ser conscientes de la temporalidad de la vida y que nada en esta tierra es para siempre.
II. RESPONSABILIDAD CRISTIANA HACIA LA PACIENCIA.
La paciencia de Jesucristo también se revela en su relación con la gente, en su perseverancia en las pruebas y en el sufrimiento de muerte. Los seguidores de Cristo son llamados a imitar este tipo de paciencia en las relaciones interpersonales y en cualquier circunstancia.
La paciencia se presenta no como un privilegio, sino como una responsabilidad cristiana de todos los días y esto hacia todos los hombres sin distinción.
Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,
2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; Efesios 4:1-3
El responder por nuestras acciones es esencial para el funcionamiento de cualquier sociedad, y la responsabilidad cristiana no es diferente. Todos tenemos que responder por nuestras acciones de una manera o de otra.
Responsabilidad es simplemente rendir cuentas por las acciones de uno.
Si la paciencia no adorna nuestra alma, careceremos de una actitud semejante a la de Cristo.
El apóstol Pablo no sólo exhortó a la iglesia por medio de sus cartas a que fueran pacientes, sino que el mismo demostró serlo, dando así su ejemplo a sus lectores.
2 Corintios 6:3-5 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
3 No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado;
4 antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias;
5 en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos;
La paciencia no es pasividad ante el sufrimiento, no reaccionar o un simple aguantarse: es fortaleza para aceptar con serenidad el dolor y las pruebas de la vida, como venidos del amor de Dios. (Encuentra.com)
Si tenemos paciencia, seremos fieles a Dios, salvaremos nuestras almas y también las de muchos otros que Él Señor pone constantemente en nuestro camino.
“En la vida suceden tantas cosas que no todas son siempre buenas. Veamos la paciencia de una persona como virtud en la actitud de los padres cuando llega un hijo enfermo o minusválido, cuando nace así. Y los padres dicen ‘¡Pero gracias a Dios que está vivo!’: éstos son los pacientes. Y llevan toda la vida a ese hijo con amor, hasta el final. Y no es fácil llevar durante años, años y años a un hijo minusválido, a un hijo enfermo… Pero la alegría de tener a ese hijo les da la fuerza para ir adelante y esto es paciencia.
La Paciencia es un resultado de la presencia del Espíritu Santo en la vida del cristiano, la paciencia es sinónimo de perseverancia y de esperanza.
Que Él Señor le bendiga y le guarde con paciencia en este día esperando que usted entregue su vida al Señor para que le de la Vida Eterna, hoy es el día de salvación, oraremos para que la sangre de Cristo le de Salvación.
Gracias hermano Juarez, espero y se encuentre bien.
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Gracias hermana, estamos bien, saludos a la familia.
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