Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?
Marcos 5:30-34
Notas de sermón:
La mujer que tocó el borde del manto de Jesús había sido sanada y Jesús sintió que poder había salido de Él aún; cuando la multitud le oprimía Él sintió que solo una persona había sido sanada, porque la mujer supo cómo entrar a la misma presencia de Dios, ella tuvo un encuentro personal con Jesús.
En el tiempo de Moisés en Números. 15: 38-40, podemos ver que significaba un manto para el pueblo de Israel:
Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un cordón de azul.
39Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis.
40Para que os acordéis, y hagáis todos mis mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios.
Ese manto se llama Talit, es un manto que tiene unas franjas que representan los 613 mandamientos de Jehová, en el Antiguo Testamento no era un manto cualquiera, esto era para que el pueblo de Israel recordara el pacto, los mandamientos establecidos en esos tiempos, para que no se dejaran llevar por sus propios pensamientos o emociones.
Había una multitud que solo estaban allí de espectadores, su corazón estaba endurecido, no le buscaban a Él, por eso no podían sentir esa presencia, ese poder, esa unción y no podían ser sanados.
Hoy hay muchos que buscan a Jesús pero no de corazón, no quieren dar su tiempo, no le buscan se cansan o quieren las cosas fáciles y rápidas, no quieren pagar un precio.
Este día Dios te quiere sanar, te quiere liberar, te quiere bendecir pero también santificar, esto es, ser apartados para Él, muchos dirán su palabra es dura, porque no quieren dejar todavía el mundo, sin embargo en Hebreos 12:14 nos dice; Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
I. MUJER EN NECESIDAD
Dice la Palabra de Dios: “y le seguía gran multitud, y le apretaban” (v.24). Toda esta gente tenía la valiosa oportunidad de estar cerca de Jesús, de tocar a Jesús; sin embargo, les preocupaba más que haría Jesús con otros, que con ellos.
A lo mejor pensaban: “Que le va a hacer o decir Jesús a aquel”, en lugar de, “Que tiene Jesús para mí… que me va a decir… que hará para mí”.
En esta hora Jesús quiere hablarle a usted, ¡¡¡Escuche usted la voz de Dios para su vida!!! No vea si Dios está haciendo esto o aquello en la vida de otros, ¡¡¡Deje que Él haga una obra grande en su vida en este momento y usted sea bendecido!!
Esta gente seguía a Jesús para ver qué haría con otros, yo sigo a Jesús para que él transforme mi vida. Yo no voy atrás de él, vamos junto a Él, caminamos juntos. Estoy cerca de Él pues tengo necesidad de Él.
Esa multitud tenían tan cerca a Jesús que podían tocarle, pero no querían acercar su vida a él. Esta mujer no se acercó a Jesús por curiosidad, sino por necesidad.
La Escritura nos dice que esta mujer llevaba doce largos años sufriendo de flujo de sangre, ¿Cómo estaría su ánimo? sus fuerzas físicas debían estar acabadas, drenadas con tanta pérdida de sangre y también debió en muchos momentos ser menospreciada porque en la ley una mujer en esta condición era considerada inmunda.
Había sufrido mucho de muchos médicos y gastado todo lo que tenía. Ningún médico pudo hacer nada por ella, en salmos 108:12 dice: Porque vana es la ayuda del hombre. Solo pudieron llevarla a sufrir más y encima de todo quedar sin dinero.
Fueron las angustias y necesidades las que hicieron que la gente buscara al Señor.
Y la gente reprendió a dos ciegos para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo:¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! Mateo 20:31 Reina Valera 1960
Ella era una mujer económicamente pudiente para poder gastar su dinero en médicos en aquel tiempo. Pero aquí esto no se trata de cuan buen status social tenga una persona, mientras más dinero tengo estoy mejor o libre de enfermedad. La enfermedad llega a cualquier persona con dinero o sin dinero.
El dinero en ciertos momentos nos ayuda y puede traer un alivio, pero hay enfermedades que no tienen cura, solo un milagro de Dios puede hacer que reciba la sanidad.
Se había terminado sus economías, había vendido todas sus propiedades. Había agotado todos sus recursos personales.
Muchas veces este es el medio que Dios usa para que nos rindamos, porque mientras quedan recursos, seguimos luchando contra él.
Cualquier persona dará todo lo que tiene para encontrar su salud física.
Estaba agotada emocionalmente, el hombre es una unidad en la cual la naturaleza física está íntimamente ligada a la emocional, cualquier cosa que afecte al cuerpo, afecta el estado de ánimo.
Por lo tanto, esta mujer había sufrido durante doce largo años no solo físicamente sino lo que es más grave, emocionalmente, esto es el martirio de la mente. Los recursos humanos son algunas veces ineficaces para solucionar los problemas del hombre.
¿Cuántas personas estarán pasando un problema así?
En ellas fracasan consejeros, psicólogos, psiquiatras, no por que sean incompetentes, sino porque los problemas llegan al punto en que ningún recurso humano es eficaz.
II. UNA MUJER TENAZ
Esta mujer estuvo buscando un remedio en todos los sitios, y con todo el mundo, pero no lo halló.
Su situación es una buena ilustración de tanta gente que busca remedio para su alma en religiones, filosofías, obras, sacrificios, pero no encuentran nada.
Necesitan ir a Cristo, volverse a Él. Él es el único que puede traer salvación a tu vida.
¿Cuántos pensamientos habrán podido pasar por la mente de esta mujer que quisieron robarle la fe y deseo de allegarse a Jesús?
¿y si las fuerzas no me dan para llegar hasta dónde está Jesús? ¿Y si me ve algún conocido que sabe de mi enfermedad y me señala como inmunda?
Si la mujer se hubiera puesto a pensar en los obstáculos que iba a enfrentar quizá no hubiera llegado donde Cristo.
A pesar de la multitud que seguía a Jesús siguió caminando hasta donde Cristo estaba y no se detuvo porque su objetivo final era tocar el manto de Cristo y recibir su sanidad.
¿Cuál será el objetivo final de tu vida? ¿Qué es lo que andas buscando en la vida? ¿Cuál es la meta que traes cuando vienes a la iglesia?
¿Será que quieres entretenerte como cuando vas a ver un espectáculo? ¿Pasar un rato agradable como lo tenemos cuando vamos a un parque?
¿O tocar a Cristo para que traiga un cambio a la vida?
Hay gente que nunca logra o intenta acercarse más al Señor por estar pensando en lo que no pueden hacer, y no en lo que si pueden hacer.
Esta mujer se esforzó y no dejó que la multitud le impidiera lo que se había propuesto en su corazón, ella sabía que había un gran poder en Jesús, que si solo lograba tocar el borde de sus vestiduras sería sana, ¡que gran fe tuvo esta mujer!!
III. UNA MUJER SANADA
La Sanidad de la mujer fue instantánea.
Cuando Dios interviene en los problemas,
Él los puede solucionar, si quiere, inmediata y espontáneamente.
La mujer fue donde Cristo encubiertamente y ni siquiera le dirigió la palabra.
Posiblemente lo hizo así de la enfermedad que sufría.
Según la Ley mosaica, una mujer con flujo era considerada inmunda y cualquier persona que la tocaba se contagiaba de su impureza.
Entre los judíos no se podía tocar un cadáver, un leproso y una mujer que padecía flujo, sin contaminarse legalmente de su impureza.
Jesús le contesta con palabras llenas de sensibilidad y compasión espiritual.
Este es el único lugar en los evangelios donde Jesús llama a alguien “hija”. La fe de la mujer en Jesús fue el medio para obtener la ayuda de Jesús v.34.
Jesús con estas palabras le asegura que su sanidad era completa y permanente. “Tu fe te ha salvado” es la misma palabra para salvación, no solo sanidad.
Por lo tanto, esta mujer no solo fue sanada de sus hemorragias sino de su pecado, fue salva.
La sanidad fue total, la fuente de su sangre se secó. Una fuente es algo de donde está brotando constantemente algo, no solo detuvo la hemorragia, sino que la causa misma desapareció. El milagro tomó lugar en la raíz misma de la enfermedad.
Jesús pregunta quien le había tocado.
Ella pensó tocarlo solamente, pero no, porque el que se llega al Señor recibe la bendición completa no a medias y había algo que faltaba en su vida.
Entonces ella con temor y vergüenza se acercó y le dijo toda la verdad entonces Jesús le dice; Tu fe te ha salvado, ve en paz, queda sana de tu azote. ¡Gloria a Dios!!
De la misma manera en las iglesias: muchos están en contacto con las cosas de Dios, pero solamente reciben la bendición aquellos que buscan un cambio para sus vidas.
La decisión que tomó esta mujer no tan solo la llevo a recibir sanidad sino, salvación y paz en su vida, cuan grande es el Señor.
En este pasaje Jesús va con prisa a cumplir una misión, pero a su paso hay tiempo para que otros puedan buscarlo y ser salvos.
Él tiene un milagro para la hija de Jairo, y para la mujer con flujo, pero Él tiene también un milagro para mí y para usted:
Este es tu día para buscar a Dios, este es tu día de salvación, no te vayas con el corazón vacío: extiende tu vida y tócale y recibe de Cristo poder de bendición para tu vida.