“entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo;”
Romanos 1:6
By pastor Juárez
Es algo maravilloso, Dios llamando a los Romanos, Dios ama a todos y no tenemos que hacer algo para merecerlo. Pablo les recuerda a los romanos que se encuentran entre los gentiles a quienes Pablo ha sido llamado a servir. Dios nos ha elegido para ser instrumentos para traer el mensaje de salvación a otras personas. Usted ha sido llamado a proclamar las Buenas Nuevas de salvación. Desde toda la eternidad, antes de que viviésemos, Dios decidió salvar a sus Hijos. Dios ha hecho una elección: nos ha escogido para ser salvos y tener el gozo de esa eterna bienaventuranza en el cielo.
El llamamiento de Dios para ser llamados sus Hijos proviene directamente de él. Dios nos llama. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:10 La salvación es dada por iniciativa divina, Dios se encarga de buscarnos, nuestra posición es de aceptar su invitación. Los Romanos que aceptaron la invitación de Jesucristo pertenecen a Cristo. Si en ti hay algo radicalmente malo, algo que requiere un cambio radical y tú no puedes lograr este cambio; y si sólo Dios puede hacerlo, Dios hará esta obra en ti sin tu ayuda, o la hará con tu consentimiento. Y por cierto Dios nunca salva al hombre sin su consentimiento. El hombre no es una máquina. Si tengo un reloj que no marca bien la hora, lo llevo al relojero, en cuyo caso desarma, encuentra la falta y la remedia, siendo el reloj completamente pasivo. Cualquier otra clase de máquina se reparará de la misma manera. Pero el hombre fue hecho a la imagen de Dios, y esta imagen queda en parte en el hombre aun después de la caída, en su poder de pensamiento y en el libre albedrío. Digo con gran reverencia que Dios respeta a las criaturas de su creación, y en consecuencia de ello no trata a los seres humanos como si fuesen máquinas.
El creador respeta la mente, capaz de pensar; el corazón, capaz de amar; la conciencia, capaz de juzgar; la voluntad, capaz de escoger. Por lo tanto, nos presenta la salvación como algo que se puede escoger y aceptar: no la puedes ganar, o conseguir por tu esfuerzo; pero la puedes tomar por fe; y nunca será tuya si no la tomas así. (ilustración tomada de web de recursos cristianos) Gracias Señor por tu llamamiento y tu redención.