Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras.”
Romanos 4:6
By pastor Juárez
El rey David del Antiguo Testamento sabía lo que era ser un pecador culpable; Pablo lo elige como testigo, difícilmente se recordará su nombre sin asociarlo con la relación en adulterio con Betsabé, él sabía la seriedad del pecado y lo bueno que es el ser verdaderamente perdonado. Si David se salva tendría que ser por gracia. Él conocía la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras. Motivo por el cual nos representa un caso excelente para probar la justicia sin obras.
David está de acuerdo con Abraham en cuanto a la idea de una justicia imputada, una bondad que es dada, contada y no ganada. Y nosotros como pecadores nos encontramos en el mismo nivel, sin importar nuestro gran número de pecados. Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Salmo de David. Masquil. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño. Salmo 32:1-2 Los pecados del creyente fueron imputados a Cristo – por esto Él sufrió y murió en la cruz. Cristo fue hecho legalmente responsable de los pecados del creyente, y sufrió el justo castigo que a éste correspondía.
La justicia de Cristo es otorgada al creyente, y Dios le ve como si él mismo hubiera hecho todo lo bueno que Cristo hizo. Hay amplitud en la misericordia de Dios y está dispuesto a salvar a aquel que acuda a Él en fe.