Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.”
Génesis 6:5
Pastor Juarez
Notas de sermón:
Nuestra sociedad se está alejando de Dios a pasos agigantados. De no enmendarse este rumbo, tendremos que sufrir las consecuencias que nos dice Nuestro Señor y vamos sufrir la condenación eterna de una multitud de almas.
Cuando Dios creó al hombre a su imagen y semejanza moral, por consiguiente, estaba dotado de santidad, pero el hombre pecó, entonces fue cuando perdió la imagen de Dios y corrompió su naturaleza. Es en esa condición que el hombre atrae sobre sí la muerte, la corrupción, la enfermedad y todos los males que se derivan del pecado. Cuando el hombre procreó sus primeros hijos, éstos heredaron la naturaleza caída naciendo muertos espiritualmente (Ro. 5:12; 18-19). Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
Desde entonces, todo ser humano nace cargando la culpa del pecado y mereciendo la condenación. El hombre es incapaz de hacer lo bueno y no puede por sí mismo elevarse en busca de su Salvación. A esta condición humana es a la que se le llama depravación total; por cuanto el hombre se encuentra totalmente incapacitado de hacer el bien. Entonces porque creo Dios al hombre. Dios nos creó para su propia gloria. El hecho de que Dios nos creó para su gloria determina la respuesta correcta a la pregunta: «¿Cuál es nuestro propósito en la vida?» Nuestro propósito debe ser cumplir la razón por la que Dios nos creó: Glorificarle a él. Estamos llamados a hacer todo lo que hagamos «para la gloria de Dios» (1ª Corintios 10: 31). Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
La plenitud del gozo se encuentra en el conocimiento de Dios y en deleitarse en la excelencia de su carácter. Estar en su presencia, gozar de su compañerismo, es una bendición más grande que cualquier cosa que podamos imaginar.
I. LA DEPRAVACION DEL HOMBRE
Una de las doctrinas básicas cristianas, que con mayor énfasis debe enseñarse en nuestras iglesias, sin duda alguna, es: LA DEPRAVACION TOTAL. La depravación total se refiere a tu forma de ser. Esto significa que eres pecaminoso y corrupto por dentro.
La Biblia dice: “el pecado es infracción [quebrantamiento] de la ley” (I Juan 3:4). Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. Cuando quebrantas la ley de Dios, tú pecas. Cuando Dios dice que no hagas algo y lo haces, tú pecas. La Biblia dice: “No hablarás…falso testimonio [no mentirás]” (Éxodo 20:16). Usted no debe mentir, pero lo hace de todos modos. Peca contra Dios. La Biblia dice: “No hurtarás” (Éxodo 20:15). Cuando robas pecas contra Dios. Cuando Dios dice que haga algo y no lo haces, usted peca. Jesús dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37). Sin embargo, usted ha vivido durante años como si Dios no fuera importante. Cada vez que no viene a la iglesia el Domingo, quebranta ese mandamiento. Usted peca.
“Depravación” significa maldad; corrupción; la perversidad propia del hombre degenerado. El agregar la palabra “total” a la depravación, es enfatizar la verdad de que no hay bien en lo que es el ser del hombre natural—en el hombre que es nacido de Adán. Depravación total significa que el pecado controla todas las facultades del pecador, a tal punto, que él es incapaz de desear o hacer algo para convertirse a sí mismo a Cristo o para prepararse para su conversión. La depravación total, no significa que los pecadores sean tan malvados como sea posible ni que quisieran serlo. El hombre no ha caído al nivel de los demonios. Esto sería una depravación absoluta. La benevolencia de Dios preservó al hombre de caer en esas profundidades absolutas. Cuando una nación cae en una rebelión total contra Dios, las personas se entregan a adorarse a sí mismas, a su sexualidad, a su inmoralidad. Ya no practican simplemente estas cosas ellos mismos; atraen activamente a otros a su estilo de vida pecaminoso. Hace algunos años en nuestra cultura solía decirse: “Oh, hago esto, pero me da vergüenza, así que lo escondo”. Ahora, el comportamiento torcido y corrupto está a la vista. Hay una velocidad sin precedentes en la que nos estamos eliminando las restricciones. Hay una adoración a uno mismo, una glorificación del pecado y una intolerancia por las cosas de Dios en nuestra cultura actual. La depravación humana es un síntoma de nuestro aislamiento de Dios. Esta depravación es la raíz del declive moral de nuestra sociedad. Deseamos lo que nos hace sentir bien en lugar de lo que es bueno. La Palabra de Dios nos presenta al hombre, no solo como un ser pecador que se rebela constantemente contra la ley de Dios, sino también como alguien que no puede ni quiere cambiar la condición en la que se encuentra. Como las naciones hacen con Dios, Dios hace con las naciones. El poder como tal que ignora a Dios, será como tal por Dios ignorado. (Cardenal Pie) Porque el fundamento de esa ley son las palabras de Cristo: “Aquel que me confesare delante de los hombres… pero aquel que me negare delante de los hombres…” “El primer gran castigo es que Dios aparta sus ojos de la Nación. “El segundo gran castigo es la decadencia moral.
Pablo dice en Romanos 3:10-12
10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 13 Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; 14 Su boca está llena de maldición y de amargura. 15 Sus pies se apresuran para derramar sangre; 16 Quebranto y desventura hay en sus caminos. 17 Y no conocieron camino de paz. 18 No hay temor de Dios delante de sus ojos. Romanos 3:10-18 El hombre pecador no viene a Cristo, no porque no quiere hacerlo; y porque, tampoco puede. Esa es lo que dice Jesucristo en Juan 6:44: “Nadie puede venir a Mí si no lo trae el Padre que Me envió”. Es imposible que vengan, a menos que Dios los traiga, porque todo lo que surge de nuestra naturaleza no regenerada es “enemistad contra Dios” El hombre está totalmente depravado en el sentido de que todas sus facultades han sido profundamente afectadas por el pecado: su intelecto, su voluntad, sus emociones. Ese es el diagnóstico que Dios nos da de la condición humana.
II. DECLIVE MORAL
Un creciente número de ateos influyentes han comenzado a alertar de que el declive del cristianismo está dañando gravemente a la sociedad. Algunos de los mismos laicos que ridiculizaban la idea de que la humanidad necesitaba distinguir lo correcto de lo incorrecto de acuerdo a las enseñanzas de Dios, empiezan a descubrir que con el avance de la secularización incluso comienza a resultar difícil distinguir al hombre de la mujer, señaló el periodista Jonathon Van Maren para Life Site News. “Sin los fundamentos cristianos de nuestra sociedad, dependerá de nosotros decidir qué está bien y qué está mal, y como lo ilustran claramente nuestras guerras culturales actuales, nuestra civilización se desgarrará antes de recuperar el consenso”, advirtió Van Maren. Los castigos para el País cuando se desliga de Nuestro Señor Jesucristo. “Son tres castigos. Primero la tiranía, segundo la inestabilidad, tercero la nulidad de los hombres. “Tiranía: Cuando el derecho de Dios desaparece, sólo resta el derecho del hombre, y el hombre no tarda en encarnarse en el Poder, en el Estado, en la omnipotencia anónima. Inestabilidad Cuando la religión deja de ser la medianera entre los lideres y los pueblos, el mundo es alternativamente víctima de los excesos de unos y de otros. El poder libre de todo freno moral. El hombre es anulado porque las sociedades no tienen más hombres que puedan sacarlas de las tiranías. A pesar de todos los vanos esfuerzos para crecer, los hombres continúan decayendo, “Faltando los principios, la desgracia de los hombres es la que toma cuenta de la situación.” La violencia juvenil es intolerable la Organización Mundial de la Salud informa la situación mundial Se calcula que en el mundo se producen 200 000 homicidios anuales entre los jóvenes de 10 a 29 años, por lo que homicidio resulta ser la cuarta causa de muerte en este grupo etario. Las tasas de homicidio entre los jóvenes son muy variables de un país a otro, e incluso en un mismo país. A escala mundial, el 83% de los jóvenes víctimas de homicidio son del sexo masculino, y la mayoría de los homicidas son también varones en todos los países. Factores de riesgo individuales
- déficit de atención, hiperactividad, trastorno de la conducta y otros trastornos conductuales
- delincuencia
- consumo temprano de alcohol, drogas y tabaco
- nivel intelectual bajo y malos resultados académicos
- escaso compromiso con la escuela y fracaso escolar
- desempleo
- exposición a violencia en la familia
Factores de riesgo en las relaciones cercanas (familia, amigos, pareja y compañeros)
escasa vigilancia y supervisión de los hijos por los padres
prácticas disciplinarias de los padres severas, relajadas o incoherentes
vínculos afectivos deficientes entre padres e hijos
escasa participación de los padres en las actividades de los hijos
abuso de sustancias o delincuencia de los padres
depresión de los padres
ingresos familiares bajos
desempleo en la familia
asociación con compañeros delincuentes y/o pertenencia a pandillas
Factores de riesgo en la comunidad y en la sociedad en general:
acceso al alcohol y su consumo indebido
acceso a las armas de fuego y su uso indebido
pandillas y tráfico local de drogas ilícitas
gran desigualdad de ingresos
pobreza
calidad de la gobernanza de un país (sus leyes y nivel de aplicación, así como la normativa de educación y protección social)
Nos hemos convertido en una sociedad profana, cada vez con menos restricciones en la conducta y el lenguaje, y con un respeto cada vez menor por la vida humana, el entretenimiento digital nos hace separarnos de Dios, los canales de cable en la televisión y las otras redes principales, toma la fantasías más morbosas de la mente humana y nos conduce al embrutecimiento de nuestra sociedad. No hemos vuelto una sociedad profana sin ninguna restricción. La abundancia de bienes materiales se ha vuelto en un ídolo para muchos cristianos. Lamentablemente la mayoría ni siquiera se dan cuenta de ello. En la mente del cristiano del siglo 21, especialmente los que viven en países desarrollados, consideran que los cristianos “deben” ser prósperos en todo lo que emprendan. Sin embargo, la escritura dice que el pecado de Sodoma fue la abundancia de pan y de ociosidad.
La organización mundial de turismo (OMT) calcula que en 2005 el turismo mundial generó ingresos por un total de US $723.000 millones y que la cifra fue superada en 2006. Los ingresos por turismo internacional y transporte de pasajeros representaron en América Latina el 3% del Producto Bruto Interno (PIB) de la región en 2005.
La región recibió 122 millones de turistas internacionales en 2005, que generaron ingresos US $92.000 millones, cifra que representa el 12,7% del total de los ingresos mundiales por turismo. En los últimos 15 años, según datos de la OMT, Latinoamérica ha registrado un fuerte incremento en el número de turistas captados tanto por América Central como por Sudamérica, y el organismo espera que la región alcance las 200 millones de llegadas anuales en 2020. La abundancia en si, no es mala, el problema es la soberbia que origina tener mas de lo necesario; muchos cristianos ni siquiera oran por los alimentos puesto que creen que tienen tanto que no amerita hacerlo.
III. FINAL DE LA DEPRAVACION MORAL
El primer hombre puso al Señor Jesús sobre la cruz, allí donde la posición del primer Adán, y bajo responsabilidad Adámica, llegó a un fin. Esta fue la coronación del acto del primer hombre al declararse el mismo perdido. De este modo Pablo, y nosotros también, podemos decir, «estoy crucificado con Cristo» Yo, en mi posición en Adán, el primer hombre, estoy crucificado con Cristo. La palabra de Dios nos dice claramente que los juicios que llegaron a Sodoma y Gomorra solo fueron ejemplos de lo que acontecerá cuando Jesucristo regrese a la tierra, y destruya a todas las naciones que no creyeron en él. Las naciones se entregan con avidez a los placeres sexuales y a la búsqueda de la satisfacción del Yo; basta ver en las calles de cualquier cuidad del mundo como abunda la prostitución, la pornografía, las drogas, el alcohol y el tabaco; estos son vicios que van contra la naturaleza de Dios, de tal manera que de la misma manera que él destruyó al mundo antiguo. También lo hará en el futuro con todas las naciones de la tierra que no han creído a su reprensión: “como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contranaturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego” (Judas 1:7) (2 Pedro 2:5-7). Si los juicios de Dios fueron grandes en aquellas ciudades en donde no se predicó el evangelio. ¿Cómo será en aquellos países en donde se ha anunciado el evangelio de Dios, y han menospreciado la sangre de Jesucristo? “Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad” (Mateo 10:14-15) La manera de sobrevivir a esta catástrofe está escrita en la Biblia y es obedecer los mandamientos de Dios porque él cumplirá lo que ha prometido hacer. El mayor problema que el cristiano enfrenta es creer que no estará en la tierra cuando esto ocurra, cuando la palabra de Dios dice lo contrario. Jesús le advirtió a sus discípulos que no se descuidaran y permanecieran en oración para que ese día no nos sorprendiera; sino por el contrario, que se prepararan para ser tomados como dignos de escapar de sus juicios. No te ayudará decir que eres tan bueno como la mayoría de la gente. No te ayudará decir que eres una “buena persona”. Sabes que eres un pecador. Dios lo sabe también. No te ayudará decir que alguien es peor que tú. Ambos serán arrojados al Lago de Fuego. Para los que no creen en el Señor Jesús No les ayudará renunciar a algunos pecados o tratar de ser una mejor persona. Los pecados del pasado ya se encuentran en los libros de Dios. Incluso si nunca más peca, va a ir al Lago de Fuego por lo que ya ha hecho. No le ayudará decir que podrías haber sido peor. Ya usted ha sido bastante malo. Está en un problema terrible, y no puede hacer nada para escapar. ¡Debes tener a Jesús! ¡Debes tener Su Sangre! Debes tener la misericordia de Dios para que te traiga a Jesús. No puedes salvarte a ti mismo. ¡Debes tener a Jesús! Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). ¿Lo duda usted? ¿Lo creas o no? Jesús dijo que no puedes venir a Dios sino por medio de Él – ¡Jesús Mismo! ¡No hay otra manera, no hay otra verdad, no hay otra vida! Has intentado las otras cosas y has fracasado. No hay nada allí. ¡Tienes que tener a Jesús! ¡Jesús! ¡Jesucristo Mismo! ¡Jesús! ¡Tienes que tener tu pecado perdonado por la Sangre de Jesús! ¡Sangre! ¡Sangre! ¡Sangre! ¡Debes tener a Jesús! ¡Jesús! ¡Jesús! Amén.